La reciente imputación de Carlo Costanzia en el tedioso proceso legal que mantienen sus hijos con la justicia italiana, ha caído como un jarro de agua fría en el entorno de Las Campos.
Terelu no da crédito con cada una de las informaciones que aparecen y en círculos íntimos habla de vergüenza y desagradable sorpresa. Jamás pensó que su consuegro también podía estar directamente relacionado con los delitos de sangre que han manchado las manos del hermano del novio de su hija Alejandra.
Tanta presión ha hecho saltar la tranquilidad, también entra la pareja. Fuentes del entorno de la colaboradora de Vamos a ver aseguran a este periódico que la relación cada vez es menos sólida, que las discusiones son constantes y que las diferencias entre ellos son más que notables. No es de extrañar, pues a familia Campos nunca les gustó eso de emparentar con un exconvicto.
En las imágenes que captan los paparazzi también se aprecia una distancia que, los más pesimistas, presagian que terminará en ruptura. De momento nadie se atreve a ir tan lejos, sino más bien a que la crisis ha llegado a ese paraíso que radian en una especie de docureality que ya han empezado a grabar y que pretenden vender al mejor postor.
Eso sí, Alejandra y Carlo han perdido mucho valor en las revistas del corazón. Me cuentan que las últimas fotografías de la pareja no las ha querido ninguna publicación y que el precio en el mercado está totalmente devaluado. Tal vez tendría más interés si explicaran los motivos de sus diferencias y las personas en las que uno y otra se apoyan hasta que arrecia la tormenta. Hay amores que nunca se olvidan.
Fuentes del entorno de la joven aseguran que la relación cada vez es «menos sólida».
La reciente imputación de Carlo Costanzia en el tedioso proceso legal que mantienen sus hijos con la justicia italiana, ha caído como un jarro de agua fría en el entorno de Las Campos.
Terelu no da crédito con cada una de las informaciones que aparecen y en círculos íntimos habla de vergüenza y desagradable sorpresa. Jamás pensó que su consuegro también podía estar directamente relacionado con los delitos de sangre que han manchado las manos del hermano del novio de su hija Alejandra.
Tanta presión ha hecho saltar la tranquilidad, también entra la pareja. Fuentes del entorno de la colaboradora de Vamos a ver aseguran a este periódico que la relación cada vez es menos sólida, que las discusiones son constantes y que las diferencias entre ellos son más que notables. No es de extrañar, pues a familia Campos nunca les gustó eso de emparentar con un exconvicto.
En las imágenes que captan los paparazzi también se aprecia una distancia que, los más pesimistas, presagian que terminará en ruptura. De momento nadie se atreve a ir tan lejos, sino más bien a que la crisis ha llegado a ese paraíso que radian en una especie de docureality que ya han empezado a grabar y que pretenden vender al mejor postor.
Eso sí, Alejandra y Carlo han perdido mucho valor en las revistas del corazón. Me cuentan que las últimas fotografías de la pareja no las ha querido ninguna publicación y que el precio en el mercado está totalmente devaluado. Tal vez tendría más interés si explicaran los motivos de sus diferencias y las personas en las que uno y otra se apoyan hasta que arrecia la tormenta. Hay amores que nunca se olvidan.
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