Usted puede ser testigo de la restauración de ‘La ronda de noche’, la obra más famosa de Rembrandt

Cinco años después de que el Rijksmuseum de Ámsterdam se embarcara en la “operación La ronda de noche”, la mayor investigación llevada a cabo sobre el famoso cuadro pintado por Rembrandt en 1642, ha llegado el momento de quitar el barniz del óleo. A partir de este martes, un equipo de ocho conservadores limpiarán poco a poco una tela que mide 3,79 metros de largo por 4,36 metros de alto. Lo harán con un tipo especial de tejido para evitar daños en el lienzo. La restauración, que preservará el cuadro para el futuro, podrá seguirse en directo, pues los trabajos se realizarán a la vista del público. La obra está en una urna de cristal abierta por arriba, instalada en el museo en 2019, que la ha protegido de microclimas dañinos para los pigmentos durante la fase previa de investigación.

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 Los visitantes del Rijksmuseum de Ámsterdam podrán seguir en directo los trabajos. Un equipo de ocho conservadores empieza a quitar el barniz del óleo  

Cinco años después de que el Rijksmuseum de Ámsterdam se embarcara en la “operación La ronda de noche”, la mayor investigación llevada a cabo sobre el famoso cuadro pintado por Rembrandt en 1642, ha llegado el momento de quitar el barniz del óleo. A partir de este martes, un equipo de ocho conservadores limpiarán poco a poco una tela que mide 3,79 metros de largo por 4,36 metros de alto. Lo harán con un tipo especial de tejido para evitar daños en el lienzo. La restauración, que preservará el cuadro para el futuro, podrá seguirse en directo, pues los trabajos se realizarán a la vista del público. La obra está en una urna de cristal abierta por arriba, instalada en el museo en 2019, que la ha protegido de microclimas dañinos para los pigmentos durante la fase previa de investigación.

Para retirar las capas de barniz, aplicadas entre 1975 y 1976, los conservadores pondrán el tejido, preparado con un disolvente, sobre la superficie de la tela durante “un tiempo breve y limitado”, según el Rijksmuseum. El barniz se vuelve soluble al contacto y es absorbido por el tejido. A continuación, se retirará cualquier resto con unos bastoncillos de algodón y la ayuda de un microscopio. “La eliminación del barniz dejará al descubierto la azarosa historia de La ronda de noche y será una experiencia única para el público poder seguir el proceso desde tan cerca”, dice Taco Dibbits, su director.

Frente al cuadro, que tiene un andamio especial para que los restauradores lleguen a todos sus rincones, Anna Krekeler, conservadora de pinturas, muestra el tejido con el que lo limpiarán. “Es orgánico, sin productos químicos y ya lo hemos probado en otros cuadros del museo”. Quitar el barniz “costará varios años y luego se pondrá una nueva capa”. Antes, de todos modos, “restauraremos las partes que estén dañadas, algo para lo que no hubo tiempo en los años setenta”. Cuando todo esté listo, “esperamos que La ronda de noche haya recuperado su tono original”. Dibbits apunta: “Ahora veremos la verdad desnuda del lienzo. En las restauraciones anteriores no solía pasarse de las figuras, que eran el foco de atención. Veremos pues los matices del fondo”.

La ronda de noche es uno de los principales reclamos del museo, que no quería descolgarlo de la galería de honor durante unos trabajos de larga duración. La solución consistió en ponerlo sin marco —aún así, pesa 170 kilos, según el museo— en esa especie de escaparate que deja la obra a siete metros del espectador. A cambio, puede seguirse en directo el trabajo de conservadores, investigadores, informáticos y fotógrafos, que han ido descubriendo los secretos de La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburg, su título original. La ronda de la milicia cívica retratada por Rembrandt tuvo lugar de día, pero las capas de barniz, oscurecidas con el tiempo, acabaron por dotar de nocturnidad popular al cuadro.

Un detalle de cómo se está realizando la restauración de ‘La ronda de noche’.
Un detalle de cómo se está realizando la restauración de ‘La ronda de noche’.Rijksmuseum

Durante estos cinco años, se han tomado más de 12.500 fotografías de alta precisión del lienzo. Han sido aplicados rayos fluorescentes, que permiten llegar a las capas de óleo sin dañarlas; técnicas de espectroscopia y microscopía. Con ayuda de la inteligencia artificial (IA), por otro lado, se ha reconstruido la pintura, ya que cuatro porciones fueron cortadas en 1715. No cabía en la sala del Ayuntamiento de Ámsterdam que le correspondía y esa fue la extraña forma de encajarlo. Los trozos que faltan no han podido encontrarse, pero se sabe que a la izquierda del cuadro había otros tres personajes gracias a una copia hecha antes del tijeretazo y atribuida al artista neerlandés Gerrit Lundens. En junio de 2021 se presentó una imagen del lienzo completo a base de alinear más de 10.000 elementos de información obtenidos de ambos cuadros. Era la primera vez que se veía la obra entera en 300 años, y el resultado fue una imagen “geométricamente consistente con el tamaño y la posición de las tres figuras cortadas”, explicó entonces a la prensa Robert Erdmann, especialista en patrimonio cultural del museo.

Las investigaciones siguieron su curso y en diciembre de 2021 el Rijksmuseum desveló que el cuadro tenía un bosquejo inicial bajo la obra definitiva. Es el origen de la composición y equivalía “a un mapa de tiza de la obra”, dijo Peter Roelofs, jefe de pintura y escultura del Rijksmuseum. Vieron también que unas plumas de adorno de un miembro de la milicia habían desaparecido en la versión final. Y se encontró un pigmento con arsénico, poco asociado al pintor. En enero de 2022, la pinacoteca neerlandesa publicó una fotografía de La ronda de noche compuesta por 8.439 imágenes, unidas de nuevo con ayuda de la IA. Gracias a un visor, podía ser ampliada frente al ordenador para contemplar todos los detalles sin distorsiones.

Otro momento de los trabajos en el famoso cuadro de Rembrandt.
Otro momento de los trabajos en el famoso cuadro de Rembrandt. Rijksmuseum

En diciembre de 2023, los investigadores hicieron otro descubrimiento. El maestro del Siglo de Oro había utilizado plomo en una capa de impregnación situada por debajo de la que se aplica para preparar la obra. Era la primera vez que se observaba en toda la superficie del lienzo y fue posible gracias a la combinación de técnicas de imágenes de rayos X y en 3D. El plomo crea unas protuberancias minúsculas que pueden caerse dañando la pintura y que deben ser tenidas en cuenta para la conservación. Este estudio fue publicado en la revista estadounidense Science Advances, y Fréderique Broers, investigadora científica del museo y autora principal del trabajo, señaló a este periódico: “La caída de las protuberancias ha causado ya pequeños agujeros en la tela”, que son imperceptibles al ojo humano. Sin embargo, este tipo de análisis puede contribuir a preservar la tela.

Menos de un año después, en julio de 2024, los investigadores comprobaron que Rembrandt había mezclado pigmentos de sulfuro de arsénico en su obra. De este modo, creó la ilusión de que había un hilo de oro en los bordados del jubón del teniente Willem van Ruytenburg. Es la figura que va vestida de amarillo en el centro del cuadro. El hallazgo, en el que participó la propia Broers, amplía la paleta del pintor y también la gama de materiales usados en el XVII en Ámsterdam.

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