Niños, pantallas y música

Últimamente me está dando por mirar cada mañana qué día internacional se celebra y esta semana venía cargadita: el Día Mundial de la Infancia, el de la Tele y hoy el de la Música. La música es un lenguaje universal y unida a la infancia se convierte en magia: enseña valores, despierta emociones, es refugio y una herramienta esencial para la imaginación. Desde las nanas de los bebés a los éxitos que suenan en la radio, pasando por el Baby Shark y los Cantajuegos, la música entretiene y educa. Pero en la era digital se consume tanto a través de las pantallas que podría ser un problema.

Es común ver a los peques con una tablet o el móvil en la mano viendo videoclips y, aunque estos contenidos pueden ser enriquecedores, también abren el debate sobre la cantidad de tiempo que pasan delante de las pantallas. ¿Afecta esto a su desarrollo? ¿Cuánto es demasiado? Según varios estudios, los niños pasan de media más de dos horas al día frente a móviles, tablets o televisores y el problema no es solo el tiempo, sino cómo ese tiempo afecta a su capacidad de atención, su creatividad y su relación con la música.

Usadas con criterio, las pantallas son una herramienta maravillosa. Plataformas como Spotify o YouTube hacen que los niños accedan a géneros, idiomas y culturas diversas. Hablan mejor inglés que nunca, bailan más ritmos y son más curiosos aunque también pienso que la sobreexposición hace que la música deje de ser algo que se siente y se vive para convertirse en algo que solo se consume. Hay que equilibrar esto: Viva la música en TikTok y viva una guitarra o un teclado en el salón de casa. La música tiene el poder de unir a las personas, de hacerte sentir mejor tras un mal día y de transformar una pantalla en una ventana al mundo. Que la magia no se pierda con el ruido del scroll y los likes.

 Últimamente me está dando por mirar cada mañana qué día internacional se celebra y esta semana venía cargadita: el día del niño, el de la tele y hoy…  

Últimamente me está dando por mirar cada mañana qué día internacional se celebra y esta semana venía cargadita: el Día Mundial de la Infancia, el de la Tele y hoy el de la Música. La música es un lenguaje universal y unida a la infancia se convierte en magia: enseña valores, despierta emociones, es refugio y una herramienta esencial para la imaginación. Desde las nanas de los bebés a los éxitos que suenan en la radio, pasando por el Baby Shark y los Cantajuegos, la música entretiene y educa. Pero en la era digital se consume tanto a través de las pantallas que podría ser un problema.

Es común ver a los peques con una tablet o el móvil en la mano viendo videoclips y, aunque estos contenidos pueden ser enriquecedores, también abren el debate sobre la cantidad de tiempo que pasan delante de las pantallas. ¿Afecta esto a su desarrollo? ¿Cuánto es demasiado? Según varios estudios, los niños pasan de media más de dos horas al día frente a móviles, tablets o televisores y el problema no es solo el tiempo, sino cómo ese tiempo afecta a su capacidad de atención, su creatividad y su relación con la música.

Usadas con criterio, las pantallas son una herramienta maravillosa. Plataformas como Spotify o YouTube hacen que los niños accedan a géneros, idiomas y culturas diversas. Hablan mejor inglés que nunca, bailan más ritmos y son más curiosos aunque también pienso que la sobreexposición hace que la música deje de ser algo que se siente y se vive para convertirse en algo que solo se consume. Hay que equilibrar esto: Viva la música en TikTok y viva una guitarra o un teclado en el salón de casa. La música tiene el poder de unir a las personas, de hacerte sentir mejor tras un mal día y de transformar una pantalla en una ventana al mundo. Que la magia no se pierda con el ruido del scroll y los likes.

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