Los ucranianos retoman su rutina en Kiev pese al ataque ruso a la energía Leer Los ucranianos retoman su rutina en Kiev pese al ataque ruso a la energía Leer
Hacia las cuatro de la madrugada, varias explosiones rompieron el silencio de la capital de Ucrania, sumida en el toque de queda y en los apagones puntuales, barrio a barrio, que la van dejando a oscuras por partes. Eran drones Shahed, derribados por la defensa antiaérea. Entre las detonaciones, destacó una más intensa que las demás, que movió todos los edificios de la orilla izquierda del río Dnipro que parte Kiev en dos. Un misil balístico Iskander cayó sobre una subestación eléctrica, causando al menos un muerto y profundizando en el problema más grande de Ucrania este invierno: cómo calentar a su población.
Tras el ataque, la gente salió de sus casas en el mismo barrio como si de un sábado normal se tratara, porque en realidad es un sábado normal, con bombardeos nocturnos pero con las rutinas habituales. Un mercadillo cercano a la zona del impacto se llenó de gente para hacer compras mientras que los bomberos trataban de apagar el incendio con un helicóptero.
En total, Rusia mató al menos a cuatro personas en todo el país e hirió a otras 20, lo que llevó a su presidente, Volodimir Zelenski, a renovar su petición de sistemas de defensa antiaérea a sus aliados occidentales. «Explosiones en la capital. La ciudad está bajo un ataque balístico», escribió el alcalde, Vitali Klitschko. En Dnipropetrovsk, dos personas fallecieron y otras siete sufrieron heridas, comentó el gobernador interino, Vladyslav Haivanenko. La ofensiva causó daños en edificios residenciales y viviendas privadas, agregó.
De acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia disparó nueve misiles y 62 aviones no tripulados y sus defensas antiaéreas interceptaron cuatro proyectiles y 50 drones. Zelenski denunció que en lo que va de 2025, Rusia ya ha usado 770 misiles balísticos contra el territorio ucraniano, cinco de ellos, los misiles hipersónicos Kinzhal. «Nuestros socios disponen de los sistemas necesarios y pueden ayudar a defender a Ucrania» contra los misiles balísticos rusos utilizados en «casi todos sus ataques», explicó el dirigente ucraniano en redes sociales. Zelenski dijo que hay que prestar «especial atención a los sistemas Patriot», las costosas baterías antiaéreas de diseño estadounidense, eficaces contra estos misiles.
La guerra energética, que Rusia inició en otoño de 2022 como parte del plan del defenestrado general Sergei Surovikin para desmotivar al pueblo ucraniano, vive este octubre un momento álgido. Las temperaturas bajan, los días se acortan y la calefacción se vuelve imprescindible. Muchos ucranianos se han marchado a sus dachas de campo para pasar allí estos meses, ya que la chimenea asegura un calor que, quizá, en la ciudad no vayan a disfrutar de manera continua.
Los cortes de luz comienzan por un barrio durante unas horas y van pasando a otros mientras que el primero recupera la luz. Además, cuando Rusia ataca una central generadora de energía, Ucrania apaga todo su sistema para que no sufra más daños, y lo va conectando poco a poco a lo largo del día. Esa operación tan compleja a veces se realiza varias veces a la semana. La respuesta de Ucrania es mantener los ataques a las refinerías rusas, un plan que, de momento, está perjudicando gravemente el refino de petróleo ruso.
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