La entidad española rechaza sufragar a la compañía que quiso comprar la filial internacional de la rusa Lukoil. La operación fracasó hace pocos días por la presión de Washington Leer La entidad española rechaza sufragar a la compañía que quiso comprar la filial internacional de la rusa Lukoil. La operación fracasó hace pocos días por la presión de Washington Leer
El terremoto provocado por las nuevas sanciones contra el Kremlin vuelve a alcanzar a la banca española. El cerco occidental al combustible ruso ha llevado a Lukoil, la segunda mayor petrolera de Rusia, a poner a la venta su filial internacional, actualmente cercada por esos vetos. La suiza Gunvor Group lanzó la oferta ganadora, pero hace una semana, Donald Trump dinamitó la operación al calificar a Gunvor de «marioneta de Putin». En medio de la polémica, Banco Santander ha decidido cortar la financiación al gigante suizo, según ha adelantado Bloomberg y ha podido confirmar EL MUNDO de fuentes conocedoras.
El primer banco español habría manifestado su interés por iniciar una relación comercial con Gunvor en el marco de una convocatoria que lanzó la multinacional suiza, especializada en el comercio mundial de materias primas energéticas. La energética suiza entabló estos contactos, en términos genéricos, algo común en este tipo de procesos. Buscaba bancos que financiasen su crecimiento. El problema es que una de las acciones de expansión que comprendía el acuerdo, como la propia empresa hizo público después, era la compra de los negocios internacionales de la rusa Lukoil.
Cuando esta información obró en poder del banco que preside Ana Botín, este decidió no seguir adelante con la nonata relación comercial. La retirada del Santander habría precedido al movimiento del presidente de Estados Unidos que hizo saltar por los aires la operación. Ni Gunvor Group ni Banco Santander han hecho comentarios ante las preguntas de este medio.
Lukoil llegó a aceptar la oferta de Gunvor a finales de octubre La transacción fue orquestada en el marco de la creciente presión internacional sobre la compañía, que ahora busca proteger el valor de sus activos y ganar margen de maniobra. Las recientes sanciones de Washington han metido más presión a la compañía, después de que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro estadounidense, incluyese a Lukoil y Rosnerft, y a una treintena de sus filiales, en su lista negra.
El 6 de noviembre, el Tesoro escribió un tuit que hizo fracasar la operación: «El presidente Trump ha dejado claro que la guerra debe terminar de inmediato. Mientras Putin continúe con los asesinatos sin sentido, Gunvor, la marioneta del Kremlin, jamás obtendrá una licencia para operar y lucrarse». Gunvor rechazó las acusaciones, pero también retiró su oferta por Lukoil International.
Gunvor nació en el 2000 y su sede está en Ginebra. Durante años estuvo vinculada al empresario ruso Gennady Timchenko. Este vendió su participación (43%) a su socio, el sueco Torbjörn Törnqvist, en 2014 justo un día antes de que EEUU lo incluyera en la lista de sancionados por la anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia. Aunque desde entonces es Törnqvist controla la mayoría del capital (más del 80%), en el negocio de hidrocarburos se sigue hablando de Gunvor como una firma próxima a Rusia.
El paquete de activos de Lukoil a los que aspiraba la empresa suiza incluía refinerías y redes de servicio en Europa y Estados Unidos; así como campos petroleros de Oriente Medio, África y Asia Central. En el caso del Viejo Continente, Lukoil controla dos refinerías (Bulgaria y Rumanía) y tiene una participación minoritaria en otra en Paises Bajos. Además, gestiona instalaciones de almacenamiento y estaciones de servicio en varios países del este de Europa. Aunque ni comprador ni vendedor difundieron el precio de la fallida operación, según el Financial Times, la valoración ronda los 22.000 millones de dólares (casi 19.000 millones de euros).
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