Con 32 años, encarna la quinta generación familiar al frente del Grupo Ruiz. Abraza la tecnología y la sostenibilidad como pilares de crecimiento y busca nuevos mercados Leer Con 32 años, encarna la quinta generación familiar al frente del Grupo Ruiz. Abraza la tecnología y la sostenibilidad como pilares de crecimiento y busca nuevos mercados Leer
Era 1890. Y Mariano Ruiz transportaba vino y algunas mercancías desde Arganda del Rey a Madrid. Por el camino, recogió a un pasajero que se dirigía a la capital y lo llevó en su carreta tirada por caballos. En ese momento se le ocurrió que podía ser una fuente extra de ingresos y, sin saberlo, Mariano ponía así la primera piedra de lo que hoy, 135 años y cinco generaciones después, es el Grupo Ruiz, una empresa con presencia internacional y que ya factura más de 200 millones al año. Mariano fue el tatarabuelo de Andrés (Madrid, 1993), el actual CEO del grupo, quien hoy proyecta un futuro con transporte autónomo y sostenible y con la tecnología como gran motor de crecimiento. Andrés (tras Mariano, Gregorio, Andrés y Gregorio) emerge con la fuerza de la juventud, pero con la experiencia acumulada de una empresa centenaria que busca activamente nuevos horizontes.
- Creo que es el CEO más joven que hemos sentado en Tip@s de Interés… ¿Le supone la edad algún problema en su día a día?
- Pienso que los prejuicios existen. De los jóvenes se esperan cuestiones positivas y negativas: más empuje, mayor conocimiento tecnológico, pero también menos experiencia. Y la realidad es que es así. Cada año que pasa, siento que sé mucho más que el anterior y alucino aprendiendo de la gente que tiene muchos años más que yo de experiencia, en el sector o en general.
- ¿Le toman menos en serio en ciertos círculos que a otros pares, más veteranos?
- Soy consciente de que ser joven puede ser visto o juzgado como una debilidad, cada año menos, pero se compensa trabajando mucho más. De cualquier manera, Grupo Ruiz no es Andrés, de 32 años. Grupo Ruiz es una empresa que tiene 135 años de experiencia, que tiene a los mejores profesionales, y con edades, conocimientos y experiencias muy diversas.
- Asumió el rol de CEO en marzo de 2024, la quinta generación de la familia. ¿Se nota ya su huella? ¿Hacia dónde quiere llevar la compañía?
- La verdad es que la sucesión con mi padre ha sido muy paulatina y natural y es difícil ver una influencia mayor de uno u otro antes o después de marzo de 2024. El sello que yo le intento dar a la empresa es el de apostar muy fuertemente por las energías alternativas. Ya lo hacíamos, arrancó mi tatarabuelo con el motor y mi padre muy pronto también apostó por el gas natural y por la energía eléctrica en 2019, siendo pioneros. Pero ahora se trata de hacer una apuesta mucho más potente. Se ha implantado un mantra: poner siempre la opción más sostenible a nuestro alcance y lo demás, pues ya lo solucionamos luego.
- Tiene también, tengo entendido, una gran fe en el papel transformador de la tecnología.
- Sí, es otra gran apuesta del Grupo Ruiz ahora mismo. La tecnología es muy importante para nosotros y hemos invertido un montón en personas del mundo tecnológico súper capaces, gente fantástica. Hemos invertido también en infraestructura tecnológica de primer nivel, tenemos partners de primer nivel y por primera vez empezamos también a desarrollar tecnología que antes, tradicionalmente, se subcontrataba.
- ¿De qué tipo?
- Me refiero a tecnología de apoyo a las operaciones del grupo, como la monitorización de flota, de la conducción de los vehículos, de comportamiento de vehículos, consumos, etcétera. Todo eso está súper digitalizado y tenemos unos cuadros de mandos muy completos que nos permiten tomar decisiones basadas en el dato. Es una apuesta muy importante. Recientemente hemos desarrollado también nuestros propios sistemas de ticketing. No creo que en el sector haya ninguna otra empresa que haga esto, que haya sido capaz de integrarse verticalmente y empezar a desarrollar este tipo de tecnologías complejas. Hemos desarrollado recientemente el pago con tarjeta, nuestra propia validadora para permitir la entrada a personas con discapacidad física más cómodamente a los autobuses… En definitiva, hemos empezado una dinámica de apuesta muy fuerte por la tecnología.
- 2024 fue un buen año para ustedes, de nuevo con una facturación por encima de los 200 millones. ¿Qué tal está yendo 2025?
- Pues 2025 tiene pinta de ser un fantástico año también. Seguimos invirtiendo muy fuertemente en el futuro. Hemos aumentado las inversiones a nivel interno, reforzándonos, como hablábamos, a nivel tecnológico y para los retos que nos vienen por delante, pero también a nivel externo, para crecer, que es nuestro principal objetivo para estos próximos años.
- ¿Hasta dónde quieren llegar?
- Queremos exportar este modelo de negocio y de gestión que pensamos que es muy exitoso y en los próximos años nos vamos a volcar en el crecimiento, en la expansión. Estamos mirando principalmente el panorama nacional, donde actualmente ya estamos súper concentrados, pero apostamos mucho por este país y este país apuesta mucho por el transporte público sostenible. Por tanto, ahí tenemos un match y queremos aprovecharlo. Va a haber un montón de oportunidades de crecimiento.
- ¿Como cuáles?
- Esto es un sector concesional, con concursos cada 10 o 15 años, y esperamos que en los próximos uno, dos, o tres años se acumulen un montón de oportunidades que queremos capitalizar. Tenemos un equipo muy potente, formado, con gente de primer nivel para poder competir en estos concursos y también tenemos un equipo muy formado a nivel de operaciones para ser súper eficientes y súper competitivos tanto en precio como en calidad.
- ¿Y crecer fuera de España? Ustedes ya están en Portugal y Marruecos.
- Efectivamente. La primera pata del crecimiento es España y luego otros países donde ya estamos, como Portugal y Marruecos. A Marruecos llegamos en el año 2000, llevamos ya mucho tiempo allí, y hemos visto el crecimiento y el desarrollo que ha tenido durante todo este tiempo. Ahora está apostando muy fuertemente por el transporte, también está apostando por el turismo, se está desarrollando un montón y pensamos que podemos aportarles nuestro conocimiento en el transporte público. Queremos apostar por la internaciolización en aquellos países donde crean en un transporte público sostenible, un transporte público que cause un impacto social y que sea estratégico para el país.
- Pero, además de crecer en los que ya están, como Marruecos, ¿buscan nuevos mercados en los que implantarse a corto plazo?
- Sí, activamente. Y no nos ponemos límites geográficos. Transporte existe en todo el mundo, pero un tipo de transporte que sea estratégico para un gobierno ya no existe en todo el mundo. Hay determinados países donde sí deciden dar ese paso y ofrecer a sus ciudadanos un transporte público accesible y potente y otros donde no. Entonces, aquellos donde sí, pues ahí es donde queremos estar, sin límites geográficos.
- El transporte en autobús, al calor de las cifras de uso, vive un momento dulce, de alza constante. ¿Espera una estabilización pronto o hay margen para seguir subiendo?
- or lo que lo que estamos viendo, sigue teniendo bastante recorrido de crecimiento. Ha experimentado un salto muy importante, especialmente después del Covid, con un montón de ayudas hacia los usuarios para poder acceder al transporte. Esos picos se fueron reduciendo paulatinamente, lógicamente, pero el crecimiento sigue y el propio mercado como tal también crece. En los nuevos concursos hay más oferta, más autobuses, hay un crecimiento de la flota disponible… y van a hacer que el transporte en autobús sea una opción cada vez para más gente, para toda esa gente a la que actualmente no llega, pero también para quien vive en grandes urbes, con todo lo que está sucediendo.
- ¿A qué se refiere?
- A que cada vez estamos más concentrados en grandes ciudades. Madrid, por ejemplo, está creciendo un montón, pero lo hará un montón más en pocos años. Y la manera de canalizar apropiadamente este aumento de población es mediante transporte público. No hay más hueco para más infraestructura, no se pueden hacer más carreteras, hay un límite, y la única manera de poder combatir el atasco es utilizando medios de transporte masivos como el autobús.
- Los atascos, además de ser un quebradero de cabeza diario, tienen un coste económico. ¿Sabría estimarlo?
- Totalmente. Es un tiempo que perdemos, que podríamos dedicar a ocio o a trabajo, un recurso perdido. Diversas fuentes hacen estimaciones de ese impacto, como el Estudio de Movilidad Urbana 2025 del INE y Eraneos, y sitúan el coste del atasco en áreas urbanas en más de 3.000 millones de euros al año, el equivalente al 2% del PIB nacional. Cada autobús quita una cantidad de coches de la carretera tremenda y es lo que puede hacer que el transporte sea mucho más fluido, que es fundamental. Queremos crecer más y ser la solución.
- ¿Cómo cree que va a evolucionar la movilidad en las ciudades españolas dentro de 20 o 50 años?
- Va a seguir existiendo una importante concentración en las ciudades, que van a seguir creciendo por lógica de servicios, por lógica de inversiones en infraestructuras… Entonces, ¿cómo vamos a resolver el tema del tráfico? Ahí la clave van a ser los sistemas de transporte masivos. Hablamos de autobuses, de cercanías, de trenes, etcétera. Estos alimentarán lo que serán los principales corredores de transporte y el principal movimiento masivo de pasajeros, que es donde están los atascos ahora mismo. Y luego, alimentando estos principales corredores, habrá transportes mucho más específicos y pequeños que ocupen poco espacio en la carretera. Estamos hablando de movimientos de última milla o de proximidad, que son muy personales. No tiene sentido mover a la gente en coches de cuatro plazas, cuando es un movimiento que solo hace una persona, ahí van a existir micromovimientos de vehículos que serán unipersonales y lógicamente autónomos.
- Ustedes ya están probando el autobús autónomo, ¿no?
- Sí, ya hemos hecho varias pruebas. Hicimos una aquí, en Leganés, que duró una semana o dos. Probamos un autobús autónomo en tráfico real y funcionó, fue un éxito. Vamos a hacer ahora otra prueba en la que vamos a complementar esta tecnología con una herramienta, una aplicación que nosotros tenemos de transporte a demanda, que supone aumentar un nivel.
- ¿Transporte a demanda?
- En la prueba que hicimos al autónomo, básicamente se decía: tienes que hacer esta línea y siempre, durante esas dos semanas, el autobús hizo esta línea. Ahora, en este siguiente paso, se le va a decir: vas a hacer lo que necesite la gente y será la gente, a través de una aplicación, la que le diga que quiere ir del punto A al punto B, nosotros juntaremos todas esas solicitudes con un algoritmo y las eficientaremos y le diremos en tiempo real lo que tiene que hacer al autobús. Eso es absolutamente autónomo.
- ¿De qué plazos hablamos?
- Estamos en el camino, pero todavía le queda tiempo. Aún se requiere que haya una persona supervisando, por la tranquilidad de todos. Es una tecnología muy avanzada y que funciona fantásticamente, pero estamos al principio y por precaución tiene que haber una persona controlando.
- Cuando plantean este tipo de proyectos, ¿cómo los recibe su plantilla? ¿No temen por sus empleos?
- Es un melón bastante importante. Lógicamente, sí que existe una amenaza ahí, pero no a corto plazo, ni a medio plazo. La garantía que te da tener a una persona en el autobús no compite con el retorno que puede tener el no tenerla. No vale pena. Estamos hablando de que lleva a 60, 70, 80 personas dentro y el valor que aporta un ser humano ahí supervisando es fundamental. A muy largo plazo, en un futuro en el que los autobuses sean totalmente autónomos y todas las carreteras estén ocupadas por coches autónomos, ya no tendrá el mismo sentido y la profesión de conductor que tendrá que reinventarse. Pero seguramente también las nuestras.
- ¿Qué salud le ve al modelo concesional?
- El modelo concesional tiene una cuestión crítica y fundamental que parte de que el bien de un único usuario muchas veces no coincide con el bien del conjunto de los usuarios. Es decir, el sistema concesional permite pensar en el bien todos, en vez de en el bien individual. Permite, por ejemplo, exigir ciertas cuestiones, como puede ser la sostenibilidad, que son buenas para todos los ciudadanos de una ciudad.
- ¿A qué se refiere?
- Por ejemplo, si tú vives cerca de una parada de autobús en la que descansan los autobuses cinco minutos antes de empezar la siguiente línea, con autobuses de gasoil, vas a tener algún problema de ruido, sin duda. Si fueran eléctricos no te darías ni cuenta. Puede que tú como usuario, lógicamente, prefieras pagar menos e ir en autobús de gasoil antes que hacerlo en un eléctrico, pero para el bien común, es mucho mejor que haya autobuses eléctricos. Hay otra cuestión fundamental: las emisiones de partículas contaminantes, de CO2 o de NOx, que tienen un impacto brutal en nuestra salud. La Agencia Europea del Medioambiente cuantifica en más de 20.000 las muertes prematuras que se producen anualmente en España por contaminantes atmosféricos que degradan el aire, siendo el transporte el principal emisor de estas partículas. El sistema concesional permite ver la foto completa, no sólo un interés particular, y corregir esto.
- También tiene riesgos desde el punto de vista empresarial, si hay fluctuaciones en el precio de los insumos por crisis geopolíticas , no se amortiguan…
- Totalmente, el sistema no es perfecto. Hemos vivido el Covid, en el que los viajeros se han derrumbado, hemos vivido guerras que han causado que los precios de las materias primas se disparen, cosas imposibles de prever en el momento cero que es cuando se presenta una oferta que es vigente durante 10 años. Efectivamente, hay que dar una vuelta a ver cómo podemos introducir mecanismos que amortigüen riesgos porque lógicamente esto no es sostenible.
- ¿Hablábamos antes del futuro de las ciudades, pero qué solución ve para la España vaciada?
- Eso es fundamental y lo estamos trabajando. Son zonas estratégicas para el país. Es de donde sale nuestra comida y de donde sale nuestra energía: las plantas fotovoltaicas, las eólicas, el biogás del futuro… Tenemos que cuidarlas y necesitamos que la gente quiera vivir ahí y, sobre todo, que pueda vivir ahí. Y para eso hay que dotarlas de servicio y principalmente de transporte.
- Pero que sea rentable es más difícil, entiendo.
- Las necesidades allí son distintas, hay mucha menos gente y hay que tirar hacia un transporte mucho más personalizado y enfocado, que gracias a la tecnología es posible. Antes las rutas eran muy fijas porque no existía la conectividad en tiempo real que tenemos hoy. Ahora somos mucho más flexibles. Todos tenemos un móvil y acceso a internet. Y nosotros podemos saber lo que necesita la gente en tiempo real. Sistemas como el autobús a demanda, que es una de las partes que comentamos para el autónomo, son fundamentales. Hacer líneas estancas que solo se cambian cada 10 años, cuando se concursa o después de acumular quejas, no tiene mucho sentido. Hay que apostar por sistemas mucho más proactivos gracias a la tecnología.
- Pero buena parte de la población de esas zonas es muy mayor y no siempre está al día tecnológicamente
- Eso lo complementamos con formación, organizamos cursos en los que enseñamos a estas personas a tener más acceso al mundo digital, a poder pedir su propio autobús a través del teléfono. Y estas formaciones han sido un éxito. Pero también tenemos a disposición un call center por si les resulta más fácil pedirlo a través de llamadas. También existe la posibilidad de crear aliados locales para canalizar esa demanda, un centro cívico, un familiar…
- Con 32 años, no le pregunto todavía por la sexta generación del Grupo Ruiz, ¿verdad?
- Estamos trabajando en ello.
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