Debido a que el trono rumano está desaparecido desde que el 30 de diciembre de 1947 se proclamase la República Popular de Rumanía, y después de que el rey Miguel I se viese obligado a abdicar tras los conflictos internos de la institución y del propio país durante la Segunda Guerra Mundial, su familia real no tiene una especial popularidad fuera de sus fronteras.
El general y primer ministro Ion Antonescu estaba acercando su ideología a la de la Alemania nazi y el monarca, que el mismo Antonescu había aupado al trono tras conseguir que abdicase su padre, el rey Carol II, dio un golpe de Estado para apartarlo del poder. Pero el pueblo prefirió renovar su sistema de gobierno y ahí el primo hermano de la reina Sofía de España no tenía lugar.
Precisamente ese lazo familiar es el que nos lleva hasta Eelaz Biarneix, la primera persona de los royals europeos en haberse declarado públicamente como persona trans no binaria, como puntualizan desde el portal Vanitatis.
La historia de su madre, Sofía de Rumanía
Miguel I tendría, en 1957 y con su esposa, la princesa Ana de Borbón-Parma, a su cuarta hija —tuvo cinco—, a la que pondría por nombre, precisamente por su parentesco con la madre de Felipe VI, Sofía de Rumanía.
Sofía de Rumanía, que tuvo a la esposa del rey emérito Juan Carlos I como madrina en su bautizo, dado que además vino al mundo en el Palacio Real de Tatoi, en su Grecia natal, ha tenido una vida de lo más rocambolesca en el terreno amoroso, un caso que de hecho no sorprende si se tiene en cuenta que todas sus hermanas han pasado o por un divorcio, no han tenido descendencia o bien ambas cosas.
En el caso de la princesa Sofía, su desdicha tuvo un nombre propio: Alain Michel Biarneix. Este empresario francés llegó a presentarse públicamente como descendiente directo de la familia Habsburgo, utilizando para ello el nombre de Michael de Laufenburg. Sin embargo, todo esto era falso. Algo debía imaginar el rey Miguel I, dado que jamás aprobó la unión de su hija con él, la cual tuvo lugar en 1998, cuando ambos tenían ya 41 años.
Tal era el enfado del que fuera monarca rumano que inmediatamente después de la boda despojó a su cuarta hija de todos sus títulos y derechos sucesorios, pues no quería ver su apellido (la alemana Casa de Hohenzollern) manchado por un farsante. Sin embargo, el matrimonio apenas si duró tres años, hasta el 2002, cuando se divorciaron y el soberano reintegró a la princesa Sofía en la casa real rumana y le devolvió todo lo que le había arrebatado tras su casamiento.
Cuarto puesto en la línea de sucesión
Sin embargo, en el tiempo en que estuvieron juntos, la princesa Sofía tuvo en 1999, en Argenteuil, en París, a su única hija, un bebé al que bautizaron como Elisabeta-María de Rumanía Biarneix, honor a las dos reinas más importantes del país transilvano. A día de hoy, ocupa el cuarto puesto en la línea de sucesión al extinto trono de Rumanía, justo por detrás de su madre.
Sin embargo, a sus 26 años, ya no se identifica con ese nombre, sino con el de Eelaz, con el que interactúa con su círculo cercano y como se da a conocer en redes sociales. De hecho, en las mismas, donde muestra bastante actividad, detalla que se define como una «criatura trans no binaria, franco-rumana en Bélgica», ya que es allí donde reside en la actualidad, así como en su Instagram tiene escrito como descripción «Seres queer, animales extraños, gente rara».
«Hoy es el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, así que les recuerdo a mis followers (y a aquellos que siguen clasificándome de manera errónea) que no soy ni mujer ni hombre. Soy ambas cosas y ninguna. Estoy en un punto medio, en una zona difusa. Uso pronombres neutros (they/them en inglés, iel en francés) o pronombres masculinos cuando no están disponibles [en el idioma]. A la mierda con la transfobia y las TERF [siglas de Feminista Radical Trans-Excluyente]», ha llegado a publicar.
Asimismo, ha opinado que el mundo cree que ser trans es una patología «porque lo único en lo que pueden centrarse es en la angustia significativa que provoca la disforia de género», si bien «olvidan que enfrentar la disforia de frente (en lugar de intentar ignorarla con fuerza) y la transición» llevan a esa persona «al polo opuesto». «La euforia de género es una sensación maravillosa una vez que la experimentas, y también sigue creciendo a medida que avanzas hacia ella».
Todo ello lo ha divulgado a través de una cuenta en la que únicamente saca su vena artística —la cual está muy ligada a su madre, dado que la princesa Sofía es fotógrafa profesional y ha expuesto tanto en Rumanía como en el extranjero—. En su perfil de Instagram, Eelaz solo comparte las ilustraciones que realiza mientras está estudiando en la Escuela Superior de Artes Saint-Luc de Lieja, en Bélgica.
Antes, sin embargo, vivió en Francia hasta 2018, trasladándose posteriormente a Rumanía, ya que su madre intensificó justo antes de la pandemia, después de que se lo pidiera su hermana mayor, la princesa Margarita, actual Custodia de la Corona rumana, su rol institucional, participando en diversos actos de carácter cultural y educativo. Es más, la primera vez que Eelaz viajó al país de origen de su familia fue cuando tenía cinco años, por el 80º cumpleaños de la reina Ana, así como la primera vez que fue vista en público por el pueblo rumano fue en 2016, en el funeral de su abuela.
Por último, hay que reseñar aquello que más remarcan desde los medios rumanos: que la princesa Sofía, a pesar de que las monarquías han sido habitualmente asociadas a ideologías conservadoras, no ha dudado ni un segundo en seguir cerca de Eelaz y en amparar todas sus decisiones, siendo siempre uno de sus mayores apoyos y respetando su identidad, si bien por privacidad apenas si aparece con él en redes sociales.
Eelaz Biarneix forma parte de la casa real rumana.
Debido a que el trono rumano está desaparecido desde que el 30 de diciembre de 1947 se proclamase la República Popular de Rumanía, y después de que el rey Miguel I se viese obligado a abdicar tras los conflictos internos de la institución y del propio país durante la Segunda Guerra Mundial, su familia real no tiene una especial popularidad fuera de sus fronteras.
El general y primer ministro Ion Antonescu estaba acercando su ideología a la de la Alemania nazi y el monarca, que el mismo Antonescu había aupado al trono tras conseguir que abdicase su padre, el rey Carol II, dio un golpe de Estado para apartarlo del poder. Pero el pueblo prefirió renovar su sistema de gobierno y ahí el primo hermano de la reina Sofía de España no tenía lugar.
Precisamente ese lazo familiar es el que nos lleva hasta Eelaz Biarneix, la primera persona de los royals europeos en haberse declarado públicamente como persona trans no binaria, como puntualizan desde el portal Vanitatis.
La historia de su madre, Sofía de Rumanía
Miguel I tendría, en 1957 y con su esposa, la princesa Ana de Borbón-Parma, a su cuarta hija —tuvo cinco—, a la que pondría por nombre, precisamente por su parentesco con la madre de Felipe VI, Sofía de Rumanía.
Sofía de Rumanía, que tuvo a la esposa del rey emérito Juan Carlos I como madrina en su bautizo, dado que además vino al mundo en el Palacio Real de Tatoi, en su Grecia natal, ha tenido una vida de lo más rocambolesca en el terreno amoroso, un caso que de hecho no sorprende si se tiene en cuenta que todas sus hermanas han pasado o por un divorcio, no han tenido descendencia o bien ambas cosas.
En el caso de la princesa Sofía, su desdicha tuvo un nombre propio: Alain Michel Biarneix. Este empresario francés llegó a presentarse públicamente como descendiente directo de la familia Habsburgo, utilizando para ello el nombre de Michael de Laufenburg. Sin embargo, todo esto era falso. Algo debía imaginar el rey Miguel I, dado que jamás aprobó la unión de su hija con él, la cual tuvo lugar en 1998, cuando ambos tenían ya 41 años.
Tal era el enfado del que fuera monarca rumano que inmediatamente después de la boda despojó a su cuarta hija de todos sus títulos y derechos sucesorios, pues no quería ver su apellido (la alemana Casa de Hohenzollern) manchado por un farsante. Sin embargo, el matrimonio apenas si duró tres años, hasta el 2002, cuando se divorciaron y el soberano reintegró a la princesa Sofía en la casa real rumana y le devolvió todo lo que le había arrebatado tras su casamiento.
Cuarto puesto en la línea de sucesión
Sin embargo, en el tiempo en que estuvieron juntos, la princesa Sofía tuvo en 1999, en Argenteuil, en París, a su única hija, un bebé al que bautizaron como Elisabeta-María de Rumanía Biarneix, honor a las dos reinas más importantes del país transilvano. A día de hoy, ocupa el cuarto puesto en la línea de sucesión al extinto trono de Rumanía, justo por detrás de su madre.
Sin embargo, a sus 26 años, ya no se identifica con ese nombre, sino con el de Eelaz, con el que interactúa con su círculo cercano y como se da a conocer en redes sociales. De hecho, en las mismas, donde muestra bastante actividad, detalla que se define como una «criatura trans no binaria, franco-rumana en Bélgica», ya que es allí donde reside en la actualidad, así como en su Instagram tiene escrito como descripción «Seres queer, animales extraños, gente rara».
«Hoy es el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, así que les recuerdo a mis followers (y a aquellos que siguen clasificándome de manera errónea) que no soy ni mujer ni hombre. Soy ambas cosas y ninguna. Estoy en un punto medio, en una zona difusa. Uso pronombres neutros (they/them en inglés, iel en francés) o pronombres masculinos cuando no están disponibles [en el idioma]. A la mierda con la transfobia y las TERF [siglas de Feminista Radical Trans-Excluyente]», ha llegado a publicar.
Asimismo, ha opinado que el mundo cree que ser trans es una patología «porque lo único en lo que pueden centrarse es en la angustia significativa que provoca la disforia de género», si bien «olvidan que enfrentar la disforia de frente (en lugar de intentar ignorarla con fuerza) y la transición» llevan a esa persona «al polo opuesto». «La euforia de género es una sensación maravillosa una vez que la experimentas, y también sigue creciendo a medida que avanzas hacia ella».
Todo ello lo ha divulgado a través de una cuenta en la que únicamente saca su vena artística —la cual está muy ligada a su madre, dado que la princesa Sofía es fotógrafa profesional y ha expuesto tanto en Rumanía como en el extranjero—. En su perfil de Instagram, Eelaz solo comparte las ilustraciones que realiza mientras está estudiando en la Escuela Superior de Artes Saint-Luc de Lieja, en Bélgica.
Antes, sin embargo, vivió en Francia hasta 2018, trasladándose posteriormente a Rumanía, ya que su madre intensificó justo antes de la pandemia, después de que se lo pidiera su hermana mayor, la princesa Margarita, actual Custodia de la Corona rumana, su rol institucional, participando en diversos actos de carácter cultural y educativo. Es más, la primera vez que Eelaz viajó al país de origen de su familia fue cuando tenía cinco años, por el 80º cumpleaños de la reina Ana, así como la primera vez que fue vista en público por el pueblo rumano fue en 2016, en el funeral de su abuela.
Por último, hay que reseñar aquello que más remarcan desde los medios rumanos: que la princesa Sofía, a pesar de que las monarquías han sido habitualmente asociadas a ideologías conservadoras, no ha dudado ni un segundo en seguir cerca de Eelaz y en amparar todas sus decisiones, siendo siempre uno de sus mayores apoyos y respetando su identidad, si bien por privacidad apenas si aparece con él en redes sociales.
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