Cuando Cillian Murphy ganó el Bafta al mejor actor protagonista por Oppenheimer no dudó a la hora de agradecer el premio a su director, Christopher Nolan, y a su productora, Emma Thomas, asegurando que eran «la asociación producción/dirección más dinámica, decente y amable de todo Hollywood». Y ellos sonrieron. No solo porque se entiendan a las mil maravillas a la hora de llevar a cabo los ambiciosos proyectos del afamado realizador, sino porque, más allá de la parte profesional, también en la personal son una dupla destacada. Y es que Nolan y Thomas llevan casados casi 30 años y mientras que él es el más conocido de los dos, ya no cabe ninguna duda de que no habría alcanzado el nivel de sus producciones actuales si no tuviese al lado a quien es también su esposa y madre de sus cuatro hijos.
Hoy por hoy, sin embargo, están viviendo una de sus más importantes polémicas, dado que están recreando la epopeya épica La Odisea en la ciudad de Dajla, en el Sáhara Occidental pero bajo control marroquí. Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental (conocido como FiSahara) emitía un comunicado en el que acusaba al director, a la productora y a varios de sus protagonistas, como Matt Damon o Zendaya, de estar contribuyendo activamente «a la represión del pueblo saharaui por parte de Marruecos» al estar filmando «en un territorio ocupado», pidiendo que se suspendiese inmediatamente el rodaje. Desde el certamen, petición a la que luego se han añadido voces como la de Javier Bardem, les instaban a «solidarizarse con el pueblo saharaui que ha estado bajo ocupación militar durante 50 años y que ha sido encarcelado y torturado por su lucha pacífica por la autodeterminación de forma sistemática».
Se trata, quizá, de una de las grandes controversias de un matrimonio no muy dado a dar titulares más allá de las películas y galas de premios en los que intervienen, prefiriendo que sea su trabajo el que hable por ellos. Pero de Emma, curiosamente, se ha recordado a raíz de esta polémica su pasado, ya que su padre trabajó toda su vida en la administración pública británica y ello hizo que la futura productora pasara gran parte de su infancia viviendo en Oriente Medio.
Nacida el 9 de diciembre de 1971 en Londres, iba a seguir en un principio los pasos de su padre en el sector público una vez completase sus estudios de historia antigua en la University College de Londres, conocida como UCL. Pero quizá se pueda hablar de destino, porque ambos acabaron en la misma residencia estudiantil —Christopher, que entonces estudiaba filología inglesa, es un año y medio mayor que su mujer— y se conocieron nada más empezar el curso académico. «Nos conocimos el primer día de universidad en la UCL y desde entonces no hemos parado de hacer películas», comentó en una de las pocas ocasiones en las que el director, muy poco dado a conceder entrevistas, hablar de su vida privada o usar redes sociales, que no tiene, ha hablado sobre su pareja en términos personales.
De hecho, cuando le pidieron cuál sería su mejor consejo para los cineastas que están empezando, el responsable de cintas como Memento, Tenet o Interstellar respondió de manera concisa pero elocuente «Buscaos un buen socio», en parte porque, aparte de su esposa, suele colaborar en la escritura de los guiones con su hermano, Jonathan Nolan. Pero volviendo a su historia conjunta, Chris y Emma, que tenían 19 y 18 años respectivamente, se enamoraron de un flechazo y no han cesado de estar uno al lado del (y para el) otro desde aquellas primeras semanas de universidad. El propio director, tanto poco dado a hablar de su intimidad, confesó en una ocasión: «He llegado a creer en el concepto de amor a primera vista porque me he dado cuenta de que a mí mismo me pasó de verdad».
Como no podía ser de otra forma, su relación nació y prosperó gracias al mundo del celuloide. Emma, de hecho, atribuye a Nolan y a que sus primeras citas fuesen en la Film Society del sindicato de estudiantes de la UCL, donde solían organizar proyecciones de diferentes películas en 35 mm y cuyos beneficios iban destinados a la producción de periódicos del alumnado y cortometrajes, su interés por el cine y por la producción, que comenzó de forma bastante amateur, a veces solo ofreciendo bebidas a los miembros del equipo y a los actores de los primeros cortos de su ya pareja, si bien realizó prácticas no remuneradas en la compañía Working Title Films, donde se desempeñaba como recepcionista y repartidora.
Eso sí, tras una primera película hecha con apenas 3.000 libras y rodada solo los fines de semana durante un año, Following, la segunda ya serviría para consagrar a la dupla, pues Memento fue tal éxito que recibió dos nominaciones al Oscar. Para entonces, y antes de fundar Syncopy Films en 2001, la pareja se había casado. Ocurrió en 1997 y, desde entonces, han tenido cuatro hijos, Flora, Rory, Oliver y Magnus, quienes han participado, de una forma o de otra, en las películas de sus padres. De hecho, Christopher y Emma suelen ponerle como títulos provisionales a sus largometrajes títulos con sus nombres. Verbigracia, y por orden cronológico, El caballero oscuro se rodó siendo El primer beso de Rory, Origen era La flecha de Oliver e Interstellar como La carta de Flora.
Todos ellos viven en Los Ángeles y, en una de sus pocas palabras acerca de su esposo, Emma puntualizó que si bien «la gente cree que es muy serio y acusan a sus películas de ser también muy sobrias», Christopher es una persona «muy divertida». Por último hay que añadir que, al igual que su esposo, Emma Thomas opina que el streaming es solo una vía más de distribución, abogando siempre por la experiencia en salas de cine. De hecho, esa mentalidad es la que hizo que, al mismo tiempo que Nolan era nombrado caballero, ella fuese nombrada Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones al séptimo arte.
Desde que se conocieran en la University College de Londres, han estado juntos tanto en lo personal como en lo profesional.
Cuando Cillian Murphy ganó el Bafta al mejor actor protagonista por Oppenheimer no dudó a la hora de agradecer el premio a su director, Christopher Nolan, y a su productora, Emma Thomas, asegurando que eran «la asociación producción/dirección más dinámica, decente y amable de todo Hollywood». Y ellos sonrieron. No solo porque se entiendan a las mil maravillas a la hora de llevar a cabo los ambiciosos proyectos del afamado realizador, sino porque, más allá de la parte profesional, también en la personal son una dupla destacada. Y es que Nolan y Thomas llevan casados casi 30 años y mientras que él es el más conocido de los dos, ya no cabe ninguna duda de que no habría alcanzado el nivel de sus producciones actuales si no tuviese al lado a quien es también su esposa y madre de sus cuatro hijos.
Hoy por hoy, sin embargo, están viviendo una de sus más importantes polémicas, dado que están recreando la epopeya épica La Odisea en la ciudad de Dajla, en el Sáhara Occidental pero bajo control marroquí. Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental (conocido como FiSahara) emitía un comunicado en el que acusaba al director, a la productora y a varios de sus protagonistas, como Matt Damon o Zendaya, de estar contribuyendo activamente «a la represión del pueblo saharaui por parte de Marruecos» al estar filmando «en un territorio ocupado», pidiendo que se suspendiese inmediatamente el rodaje. Desde el certamen, petición a la que luego se han añadido voces como la de Javier Bardem, les instaban a «solidarizarse con el pueblo saharaui que ha estado bajo ocupación militar durante 50 años y que ha sido encarcelado y torturado por su lucha pacífica por la autodeterminación de forma sistemática».
Se trata, quizá, de una de las grandes controversias de un matrimonio no muy dado a dar titulares más allá de las películas y galas de premios en los que intervienen, prefiriendo que sea su trabajo el que hable por ellos. Pero de Emma, curiosamente, se ha recordado a raíz de esta polémica su pasado, ya que su padre trabajó toda su vida en la administración pública británica y ello hizo que la futura productora pasara gran parte de su infancia viviendo en Oriente Medio.
Nacida el 9 de diciembre de 1971 en Londres, iba a seguir en un principio los pasos de su padre en el sector público una vez completase sus estudios de historia antigua en la University College de Londres, conocida como UCL. Pero quizá se pueda hablar de destino, porque ambos acabaron en la misma residencia estudiantil —Christopher, que entonces estudiaba filología inglesa, es un año y medio mayor que su mujer— y se conocieron nada más empezar el curso académico. «Nos conocimos el primer día de universidad en la UCL y desde entonces no hemos parado de hacer películas», comentó en una de las pocas ocasiones en las que el director, muy poco dado a conceder entrevistas, hablar de su vida privada o usar redes sociales, que no tiene, ha hablado sobre su pareja en términos personales.
De hecho, cuando le pidieron cuál sería su mejor consejo para los cineastas que están empezando, el responsable de cintas como Memento, Tenet o Interstellar respondió de manera concisa pero elocuente «Buscaos un buen socio», en parte porque, aparte de su esposa, suele colaborar en la escritura de los guiones con su hermano, Jonathan Nolan. Pero volviendo a su historia conjunta, Chris y Emma, que tenían 19 y 18 años respectivamente, se enamoraron de un flechazo y no han cesado de estar uno al lado del (y para el) otro desde aquellas primeras semanas de universidad. El propio director, tanto poco dado a hablar de su intimidad, confesó en una ocasión: «He llegado a creer en el concepto de amor a primera vista porque me he dado cuenta de que a mí mismo me pasó de verdad».
Como no podía ser de otra forma, su relación nació y prosperó gracias al mundo del celuloide. Emma, de hecho, atribuye a Nolan y a que sus primeras citas fuesen en la Film Society del sindicato de estudiantes de la UCL, donde solían organizar proyecciones de diferentes películas en 35 mm y cuyos beneficios iban destinados a la producción de periódicos del alumnado y cortometrajes, su interés por el cine y por la producción, que comenzó de forma bastante amateur, a veces solo ofreciendo bebidas a los miembros del equipo y a los actores de los primeros cortos de su ya pareja, si bien realizó prácticas no remuneradas en la compañía Working Title Films, donde se desempeñaba como recepcionista y repartidora.
Eso sí, tras una primera película hecha con apenas 3.000 libras y rodada solo los fines de semana durante un año, Following, la segunda ya serviría para consagrar a la dupla, pues Memento fue tal éxito que recibió dos nominaciones al Oscar. Para entonces, y antes de fundar Syncopy Films en 2001, la pareja se había casado. Ocurrió en 1997 y, desde entonces, han tenido cuatro hijos, Flora, Rory, Oliver y Magnus, quienes han participado, de una forma o de otra, en las películas de sus padres. De hecho, Christopher y Emma suelen ponerle como títulos provisionales a sus largometrajes títulos con sus nombres. Verbigracia, y por orden cronológico, El caballero oscuro se rodó siendo El primer beso de Rory, Origen era La flecha de Oliver e Interstellar como La carta de Flora.
Todos ellos viven en Los Ángeles y, en una de sus pocas palabras acerca de su esposo, Emma puntualizó que si bien «la gente cree que es muy serio y acusan a sus películas de ser también muy sobrias», Christopher es una persona «muy divertida». Por último hay que añadir que, al igual que su esposo, Emma Thomas opina que el streaming es solo una vía más de distribución, abogando siempre por la experiencia en salas de cine. De hecho, esa mentalidad es la que hizo que, al mismo tiempo que Nolan era nombrado caballero, ella fuese nombrada Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones al séptimo arte.
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