El contexto de soberanía estratégica europea y los futuros cambios de regulación hacen que estos sectores acaparen miradas. Leer El contexto de soberanía estratégica europea y los futuros cambios de regulación hacen que estos sectores acaparen miradas. Leer
El Mobile World Congress se ha caracterizado históricamente por mostrar tecnologías sorprendentes que generan exclamaciones y momentos que lucen en redes sociales y televisiones, pero que suelen quedar en anécdotas sin aún grandes casos de negocio detrás.
Los perros robots de Boston Dynamics han sido un gran ejemplo en los últimos años y en esta edición los protagonistas han sido algunos simpáticos humanoides que han acaparado los selfies en los expositores. Pese a ello, la robotización no ha aumentado drásticamente de peso en la feria, especialmente entre las ‘telecos’, que han revelado que su interés se centra especialmente en otros dos verticales: los drones y el espacio.
El crecimiento de la movilidad aérea lleva siendo una promesa de la economía digital desde hace más de una década, pero ahora el sector parece estar despegando realmente gracias a la cantidad de casos de usos posibles, para muchos de los cuáles hacen falta redes, y a los cambios normativos que se avecinan en Europa con la iniciativa U-Space.
En este sentido, los operadores de telecomunicaciones están viendo el negocio a medida que el 5G se despliega en Europa. Un ejemplo es Telefónica. La compañía presentó en el Mobile una demostración junto Nokia de un servicio que combina drones autónomos y nidos, donde se recargan y se estacionan los vehículos.
El servicio que Telefónica empieza a probar y que planea lanzar comercialmente incluye la gestión del mismo a través de su centro de control remoto, que permite gestionar nidos a cientos de kilómetros y una monitorización continúa.
¿El cliente que tiene en el punto de mira? Sobre todo el sector público, especialmente los servicios de emergencia y seguridad para actuaciones como extinción de incendios, gestión de catástrofes e incluso transporte de medicinas, aunque hay otros usos como logística.
En la misma línea, Masorange también ha mostrado un servicio en alianza con la empresa salmantina Arbórea Intellbird para el control autónomo de posibles incendios con robots y drones en instalaciones agropecuarias. En este caso, el dron por ejemplo usa su cámara térmica para mandar fotos de zonas donde haga un calor anormalmente alto.
Esta apuesta de empresas más grandes también está sirviendo a otras para crecer junto a ellas, impulsadas además por el auge del gasto en defensa. Una de ellas es TRC, que facturó más de 100 millones en 2024 gracias a sus soluciones antidrones. En declaraciones a EL MUNDO, su CEO, Alfredo Estirado, resalta que la «operatividad» de estos sistemas es clave, así como la aplicación de componentes de ciberseguridad para que los productos sean más seguros en un contexto de «soberanía estratégica».
Unos kilómetros por encima de los drones, los satélites y todo lo que rodea a su cambiante negocio ha sido otro de los focos que ha marcado el evento. «Todo cambió en 2022, antes no había casi ninguna compañía de satélites. Ahora están todas», explica en declaraciones a EL MUNDO el CEO de Sateliot, Jaume Sanpera.
Su compañía es pionera en establecer conectividad IoT por satélite, especialmente en zonas rurales o de difícil acceso donde hay poca o ninguna cobertura, una de las funciones que los operadores demandan cada vez más al sector.
«Tienen que extender la cobertura a sitios donde no llegaba. Nosotros somos esa extensión de cobertura», asegura el directivo, que también vaticina que se empezará a ver un nuevo fenómeno: operadoras de telecomunicaciones que desmantelan torres porque es más rentable dar la conectividad vía satélite.
La compañía española tiene acuerdos firmados en 58 países y dará el salto comercial este año con el objetivo de facturar 1.000 millones en 2030. No es la única entidad en esta carrera porque otras startups españolas del sector como Open Cosmos y Fossa Systems.
Todas ellas aspiran también a beneficiarse, una vez más, de la necesidad de que Europa despierte tecnológicamente y reafirme su autonomía en un campo que es especialmente relevante para la industria militar, sobre todo en las telecomunicaciones.
Un claro ejemplo de ello es que Eutelsat, la compañía francesa de satélites, triplicó su valor en bolsa durante la ferie «gracias» al rumor de que podría ser la alternativa europea para sustituir al Starlink de Elon Musk para dar servicio de conectividad a Ucrania.
En esta línea de crecimiento de exposición de los operadores al sector, Vodafone cerró una joint venture con AST SpaceMobile, una empresa estadounidense en la que lleva años invirtiendo y con la que prestará servicios en Europa de banda ancha móvil segura, ya que esta compañía es de las primeras en permitir llamadas satelitales con un móvil convencional.
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