El cáncer de mama es cada vez más frecuente entre las mujeres Españolas, como revelan los datos publicados en el último informe al respecto de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Afortunadamente, es también cada vez menos letal, gracias en buena medida a los avances médicos tanto en los tratamientos como en las medidas preventivas.
En este sentido, desde hace un tiempo los expertos vienen advirtiendo de que la actividad física es uno de los pilares fundamentales a la hora de reducir tanto el riesgo de padecer cáncer de mama como las posibilidades de padecer los peores desenlaces del mismo.
Cuánto ejercicio a la semana reduce el riesgo de cáncer
Así lo explicó en una entrevista a 20minutos la responsable de prevención de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) Estíbaliz García, en la que detalló cuáles son las recomendaciones de ejercicio físico de cara a la prevención del cáncer.
«La Organización Mundial de la Salud es muy clara», dijo. «Como mínimo tendríamos que hacer entre 30 y 60 minutos de actividad moderada cinco veces por semana. Si la actividad es vigorosa, bastarían con 30 minutos cinco veces por semana».
Eso sí, aclara que «decimos cinco veces por semana, pero muchas veces nuestro ritmo de vida podría no permitirnos cumplir exactamente con ello. En esos casos, podríamos acumular el tiempo que nos ha faltado en otra sesión, por ejemplo concentrando dos horas y media en el fin de semana».
El papel del ejercicio de fuerza
Aún así, recuerda que «no es tan efectivo el atracón de ejercicio como la cotidianidad; es decir, que lo incorpore a mi rutina», por lo que insiste en intentar ajustarse al patrón de entre 30 y 60 minutos de actividad moderada cinco veces por semana.
Respecto al tipo de ejercicio más beneficioso, García aconseja: «el que a cada mujer le guste. Es importante que disfrutemos, porque lo tenemos que incorporar a nuestra rutina habitual».
De todas maneras, sí que defiende que «los ejercicios de fuerza deberían considerarse básicos, sobre todo a partir de la mediana edad, pero no deberían ser exclusivos. Debe ser una actividad que nos resulte exigente y, además, que esté pautada en el tiempo».
Cómo saber si el ejercicio que hacemos es suficiente
Aquí, la experta señala que cabe preguntarse cómo sabemos que este ejercicio nos está sirviendo. «A los diez minutos las pulsaciones y la respiración se tienen que haber acelerado; hay también que empezar a sudar. Si no se acelera el pulso, si no tengo la respiración más rápida ni sudor, es que ese ejercicio no está contrarrestando el riesgo de cáncer que supone el sedentarismo».
«Por tanto, se tiene que acelerar el pulso, se tiene que acelerar la respiración y se tiene que empezar a sudar. La forma de distinguir entre actividad, ejercicio moderado y ejercicio intenso es que con la actividad podemos hablar y podemos cantar; con el ejercicio moderado podemos hablar pero no cantar. Y, al hacer ejercicio vigoroso, no deberíamos poder ni hablar ni cantar», añade.
Y concluye: «Si no estoy sudando, si la respiración no se acelera, si no se acelera el pulso si encima mientras lo hago puedo hablar y cantar, ese ejercicio o esa actividad no son suficientes. Cuando cumple estas características está bien, y si lo podemos complementar con ejercicios de fuerza mejor todavía».
Referencias
SEOM. Las cifras del cáncer en España 2025. Consultado online en https://seom.org/images/LAS_CIFRAS_DMC2025.pdf el 12 de marzo de 2025.

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Estíbaliz García, responsable de Prevención de la AECC, explica a 20minutos cómo hacer ejercicio para disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama
El cáncer de mama es cada vez más frecuente entre las mujeres Españolas, como revelan los datos publicados en el último informe al respecto de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Afortunadamente, es también cada vez menos letal, gracias en buena medida a los avances médicos tanto en los tratamientos como en las medidas preventivas.
En este sentido, desde hace un tiempo los expertos vienen advirtiendo de que la actividad física es uno de los pilares fundamentales a la hora de reducir tanto el riesgo de padecer cáncer de mama como las posibilidades de padecer los peores desenlaces del mismo.
Cuánto ejercicio a la semana reduce el riesgo de cáncer
Así lo explicó en una entrevista a 20minutos la responsable de prevención de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) Estíbaliz García, en la que detalló cuáles son las recomendaciones de ejercicio físico de cara a la prevención del cáncer.
«La Organización Mundial de la Salud es muy clara», dijo. «Como mínimo tendríamos que hacer entre 30 y 60 minutos de actividad moderada cinco veces por semana. Si la actividad es vigorosa, bastarían con 30 minutos cinco veces por semana».
Eso sí, aclara que «decimos cinco veces por semana, pero muchas veces nuestro ritmo de vida podría no permitirnos cumplir exactamente con ello. En esos casos, podríamos acumular el tiempo que nos ha faltado en otra sesión, por ejemplo concentrando dos horas y media en el fin de semana».
El papel del ejercicio de fuerza
Aún así, recuerda que «no es tan efectivo el atracón de ejercicio como la cotidianidad; es decir, que lo incorpore a mi rutina», por lo que insiste en intentar ajustarse al patrón de entre 30 y 60 minutos de actividad moderada cinco veces por semana.
Respecto al tipo de ejercicio más beneficioso, García aconseja: «el que a cada mujer le guste. Es importante que disfrutemos, porque lo tenemos que incorporar a nuestra rutina habitual».
De todas maneras, sí que defiende que «los ejercicios de fuerza deberían considerarse básicos, sobre todo a partir de la mediana edad, pero no deberían ser exclusivos. Debe ser una actividad que nos resulte exigente y, además, que esté pautada en el tiempo».
Cómo saber si el ejercicio que hacemos es suficiente
Aquí, la experta señala que cabe preguntarse cómo sabemos que este ejercicio nos está sirviendo. «A los diez minutos las pulsaciones y la respiración se tienen que haber acelerado; hay también que empezar a sudar. Si no se acelera el pulso, si no tengo la respiración más rápida ni sudor, es que ese ejercicio no está contrarrestando el riesgo de cáncer que supone el sedentarismo».
«Por tanto, se tiene que acelerar el pulso, se tiene que acelerar la respiración y se tiene que empezar a sudar. La forma de distinguir entre actividad, ejercicio moderado y ejercicio intenso es que con la actividad podemos hablar y podemos cantar; con el ejercicio moderado podemos hablar pero no cantar. Y, al hacer ejercicio vigoroso, no deberíamos poder ni hablar ni cantar», añade.
Y concluye: «Si no estoy sudando, si la respiración no se acelera, si no se acelera el pulso si encima mientras lo hago puedo hablar y cantar, ese ejercicio o esa actividad no son suficientes. Cuando cumple estas características está bien, y si lo podemos complementar con ejercicios de fuerza mejor todavía».
Referencias
SEOM. Las cifras del cáncer en España 2025. Consultado online en https://seom.org/images/LAS_CIFRAS_DMC2025.pdf el 12 de marzo de 2025.

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