La hasta ahora viceprimera ministra y titular de Vivienda había admitido un «error» fiscal en la compra de un piso en el sur de Inglaterra Leer La hasta ahora viceprimera ministra y titular de Vivienda había admitido un «error» fiscal en la compra de un piso en el sur de Inglaterra Leer
Angela Rayner, representante de la izquierda laborista en el Ejecutivo británico, ha renunciado a sus cargos en el Ejecutivo de Keir Starmer y en la directiva del partido debido a un «error» en el pago de impuestos en la compra de su nueva vivienda.
Diputada en el Parlamento de Westminster, ocupará ahora las bancadas secundarias de la Cámara de los Comunes, tras dimitir como viceprimera ministra y responsable de la cartera de Vivienda. Cesa también de su función como vice líder del laborismo.
La decisión se deriva de una urgente investigación del asesor gubernamental en ética que concluye que Rayner infringió el código de conducta ministerial.
El informe de Sir Laurie Magnus reconoce que la ahora dimisionada ministra «actuó con integridad» y demostró un «compromiso dedicado y ejemplar con el servicio público», pero falló a la hora de prestar la debida diligencia a los detalles fiscales de la compra de un piso en primera línea del paseo marítimo de Hove, localidad próxima a Brighton, en el sur de Inglaterra.
«Lamento profundamente mi decisión de no solicitar asesoramiento fiscal especializado«, expone Rayner en la habitual carta de dimisión remitida al primer ministro, antes de añadir que acepta «la responsabilidad absoluta de este error».
Starmer respondió afectuosamente a su ‘número dos’ en el Gobierno y al vínculo hasta ahora efectivo entre Downing Street y el ala izquierda del grupo parlamentario y la más amplia militancia. El primer ministro ha defendido a Rayner con tesón desde que saltó el escándalo la semana pasada.
«Continuarás siendo una importante figura en nuestro partido y seguirás luchando por las causas que te preocupan» y en las que te vuelcas «apasionadamente», escribió el premier.
Rayner abandona también su puesto como vice líder del laborismo, cargo que eligen los miembros del partido en un proceso de elecciones, y que desempeñaba desde 2020.
El embrollo, que descubrió inicialmente el diario conservador The Daily Telegraph, se centra en un impuesto obligatorio en la compraventa de viviendas, con distintas bandas de acuerdo con las circunstancias de la vivienda y del comprador. Rayner abonó el gravamen inferior, ahorrándose unos estimados 45.000 euros al hacerse con la propiedad de su apartamento con vistas al mar, valorado en casi un millón de euros.
La salida de Rayner, divorciada y madre de un hijo discapacitado, fuerza a Starmer a remodelar su gabinete en un momento de crisis económica, frustración política y derrumbe del laborismo en los sondeos de intención de voto.
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