El FC Barcelona no pudo doblegar a la Atalanta este miércoles en Montjuic en un partido que les privó de asaltar el liderato de la Champions (2-2) . Los culés necesitaban los tres puntos y la derrota del Liverpool, pero aunque los ingleses pusieron de su parte los hombres de Flick igualaron ante un aguerrido combinado italiano que empató el duelo en las dos ocasiones en las que consiguieron adelantarse en el marcador.
El Barça de Hansi Flick cerró anoche su actuación en la primera fase de esta nueva Champions League con un empate ante la Atalanta que le privó de alcanzar el ansiado liderato. Necesitaban los tres puntos y esperar la derrota del todopoderoso Liverpool, pero aunque los ingleses se lo pusieron en bandeja, los culés no pudieron doblegar a un combativo conjunto italiano que acabó el partido con diez hombres sobre el césped.
Arrancó el partido tenso. La pelota se la quería quedar el Barça, pero eso llevó también a que recayera sobre el equipo de Flick la incomodidad de no saber qué hacer con ella ante la intensa presión de los visitantes.
Fue Lamine Yamal quién tomó la iniciativa de bajar para sacar el balón desde atrás, pero la solidez de la Atalanta era tan férrea en la presión en campo contrario como en los marcajes defensivos.
El equipo de Gasperini, no obstante, no solo se limitaba a lo defensivo, pues encontró dos acercamientos muy seguidos. Primero, Zappacosta remató un centro que cayó llovido en la parte superior de la red y, a continuación, otro centro del mismo protagonista mal despejado por Balde exigió una gran parada de Szczęsny.
Coreó la grada el nombre del cuestionado portero cuando Lamine, en la otra área, buscó el tanto con su clásico disparo de zurda. Se le marchó fuera.
Retegui volvería a probar a Szczęsny, en un tiro sin ángulo, antes de que se inaugurara un tramo de puro fútbol de pizarra. Nadie cedía un metro y la coreografía posicional perfecta de los italianos marchitó por completo la creatividad culé y su chispa a la contra.
El susto llegó en la recta final. Zappacosta, el más activo, cazó un rebote fruto del intento de internada de De Ketelaere y remachó con un disparo potente. El VAR detectó una ajustadísima posición adelantada y salvó al Barça del serio apuro.
Poco más hubo hasta el descanso. Salvo un extraño gesto de Gavi que silenció a toda la grada de Montjuic. Se dolía mucho el joven recientemente recuperado de una larga lesión. Cuando se reincorporó sin más problema recibió una ensordecedora aclamación.
Empezó frenética la segunda parte. Apenas pasaron segundos desde el pitido del colegiado hasta la volea de De Roon que se marchó por el lateral de la portería de Szczęsny. El gol entraría justo en la siguiente jugada y en la meta contraria. Lewandowski prolongó el saque de puerta para la carrera de Raphinha en la banda y el brasileño vio a Lamine por el otro costado. Llegó forzado al pase cruzado que batió a Carnesecci, pero el internacional español se adelantó a Kolasinac y marcó a placer.
El gol de los locales fue un verdadero jarro de agua fría para una Atalanta que veía esfumarse las opciones de lograr el billete directo a octavos. Hundidos por el golpe, los italianos cedieron espacios y la veloz delantera culé se lanzó para remachar el partido.
La tuvo muy clara Lewandowski tras recibir un pase perfecto de Raphinha en área rival, pero el pistolero, que sabe lo que es marcar cientos de goles en jugadas idénticas, se trabó con un balón que se escapó ante la incrédula mirada de todos por la línea de fondo.
Carnesecci voló por los aires para despejar un fortísimo disparo de Lamine. Había tocado con la yema de los dedos el segundo un Barça que, en su mayor momento de superioridad, encajaría el empate a continuación. Fue Ederson quien, tras hacerse con un rechace de un ataque lanzado por los suyos, hizo una maravilla con la pelota ante Gavi, encontró hueco y reventó el esférico de la Champions al fondo de la red. Imparable.
El empate no valía a los culés para buscar el liderato, tampoco a los italianos para entrar en el Top-8, aunque el Barça no tardaría en resolver el entuerto. Fue en un córner botado por Raphinha y muy mal defendido por la zaga de la Atalanta, en el que Araujo conectó un cabezazo casi desde el suelo en un remate raso pegadito al segundo palo.
Ahora parecía muerta la Atalanta. Eso sí, un gol nunca fue garantía de nada en la exigente competición europea y así lo demostró Pasalic tras aprovechar un centro perfecto de De Roon para plantarse ante Szczęsny e igualar el partido con toda la calma del mundo.
Quemó las naves el Barça para buscar una victoria a la desesperada. Lo intentó con ahínco, más aún después de que la lesión de Scalvini dejara a los visitantes con diez. Ferran no pudo con un enorme Carnesecchi y, Raphinha, el más desesperado, intentó hasta el gol olímpico para cambiar un empate inamovible.
Pese al pinchazo, la segunda plaza de los culés les permite evitar al Liverpool hasta una hipotética final y descansar hasta la llegada del sorteo de octavos. El 21 de febrero, después de la disputa del playoff los culés esperarán en el sorteo a PSG, Brest, Benfica o Mónaco.
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El FC Barcelona recibe este miércoles a la Atalanta (21.00 horas) en el Estadi Olímpic Lluís Companys, en la octava y última jornada de la Fase Liga de la Champions League, en un duelo sin nada en juego para los ‘culers’ —más allá del posible sorpasso al Liverpool en la primera plaza—que, no obstante, serán jueces para el equipo italiano, que sí se juega el pase directo a los octavos de final y evitar los ‘Play-offs’.
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