El desastre de Cuba: sólo el 5% apoya al Gobierno castrista en un país en desbandada

El informe confirma que siete de cada 10 cubanos han dejado de desayunar, comer o cenar debido a la falta de dinero o por la escasez de alimentos Leer El informe confirma que siete de cada 10 cubanos han dejado de desayunar, comer o cenar debido a la falta de dinero o por la escasez de alimentos Leer  

La deriva sin límites de la revolución cubana ha pulverizado los récords históricos de desaprobación a su gobierno y ha sacado de nuevo a la luz las evidencias del fracaso de su gestión. Según el octavo estudio de derechos sociales realizado en el interior de la isla por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), mientras la extrema pobreza se mantiene en un gigantesco 89%, el deseo de emigrar se ha disparado hasta el 78%.

Pese a la cruzada antimigrantes que sufren los latinos en Estados Unidos, los cubanos mantienen el sueño americano: para el 30% es su destino favorito. Pero hay otro destino que le supera, según adelantó a EL MUNDO Yaxis Cires, director de Estrategia del OCDH: «El 34% nos ha hecho saber que les sirve cualquier sitio al que puedan salir«.

Todo ello en un país del que más de un millón de personas, la mayoría jóvenes, se vieron obligados a huir desde la represión salvaje desatada por la dictadura tras la rebelión popular del 11J de 2021.

Tal es la situación social y económica, que los constantes apagones eléctricos y la eterna escasez de alimentos se han confabulado para llevar al presidente Miguel Díaz-Canel y al resto de su administración a cosechar un ínfimo 5% de valoración favorable, frente al 92% que hace ostensible su rechazo al castrismo.

Si ya se trata de una calificación muy baja, la peor del continente junto a la de Dina Boluarte, presidenta del Perú (compañera de ticket electoral del candidato procubano Pedro Castillo, pero que tras el fracasado golpe de Estado pactó con el fujimorismo para mantenerse en el poder), los apoyos de Díaz-Canel y del propio Raúl Castro (94 años) entre los jóvenes, de entre 18 y 30 años, es aún peor: sólo el 3,39% apoya sus medidas socioeconómicas.

El descalabro del Partido Comunista de Cuba (PCC) se aireó este año donde más le duele: en la Universidad, habitual «cantera» de cargos gubernamentales. Los jóvenes se pusieron al frente de la protesta nacional por la subida de tarifas para la telefonía e Internet.

«Todo esto demuestra el divorcio tremendo, el abismo que hay entre la gente joven y la revolución cubana. La valoración sobre el gobierno y la cifra del 78% de gente que quiere irse del país es el resultado de la pobreza creciente del pueblo y de la falta de esperanza de que el régimen tenga la intención de cambiar esta situación del país», añadió Cires a este periódico.

Apagones, crisis alimentaria, costo de la vida, bajos salarios y la ineficaz salud pública «golpean a millones de cubanos, que ven su vida pasar entre la negación de los problemas, llamados a la resistencia y el eterno culpar a otros por parte de las autoridades», sentenció el informe del OCDH, cuyas cifras de pobreza se han convertido en un referente mundial a la hora de analizar la crisis multisistémica que golpea el fracasado sueño revolucionario.

El informe confirma que siete de cada 10 cubanos han dejado de desayunar, comer o cenar debido a la falta de dinero o por la escasez de alimentos, siempre acompañada de las interminables colas, una de las grandes señas de identidad del castrismo. Pero la proporción es aún peor con los adultos mayores, que son quienes más sufren el batacazo revolucionario: ocho de cada 10 se salta una de las comidas diarias. El 82% de los entrevistados los consideran los más afectados por la situación, seguidos de quienes no reciben ayuda de familiares que están en el exterior (62%) y quienes están desempleados (34%).

El 14% de los mayores de 70 años continúa trabajando en lo que sea después de jubilarse. Y son precisamente una parte de estas personas las que coprotagonizaron uno de los grandes escándalos políticos del año, cuando la entonces ministra de Trabajo, Marta Elena Feitó, fue cesada tras asegurar que en Cuba no hay mendigos y que quienes aparecen en la calle buscando comida de forma desesperada son «gente que se hace pasar por mendigos para ganar dinero fácil».

Una teoría que hasta entonces formaba parte del relato revolucionario, aunque el terremoto que provocaron las palabras de la ministra en las redes forzaron al cambio de discurso. «Las palabras de la funcionaria serían una anécdota si no fueran porque la desconexión y la indolencia con los problemas de la gente caracterizan a todo el régimen», concluyó el OCDH.

Todas estas estas estadísticas serían mucho peores si no fuera por las remesas que llegan desde el exterior. En torno al 37% de los hogares reciben dinero de sus familiares en el exilio, ya sea a través de paquetes de medicinas o alimentos (55%), recargas de teléfonos móviles (58%) y transferencias de dinero (57%). El 23% de los encuestados admitió que recibe entre 50 y 100 dólares por las remesas, que en su gran mayoría llegan cada dos o tres meses.

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