La intromisión de Elon Musk en la política británica pone en aprietos al ‘premier’ Leer La intromisión de Elon Musk en la política británica pone en aprietos al ‘premier’ Leer
La bola de nieve echó a rodar con el año nuevo. El magnate estadounidense Elon Musk se hizo eco de una entrada en X sobre bandas de captación sexual con ancestros paquistaníes en el Reino Unido. Sus más de 200 millones de seguidores amplificaron la historia y el canal GB News puso la puntilla con el reciente rechazo de la laborista Jess Phillips, alta funcionaria del Departamento de Interior, a abrir una investigación pública sobre los abusos de los grooming gangs en la localidad de Oldham, en el norte de Inglaterra.
La polémica ha sacado a la luz la existencia de investigaciones abiertas contra bandas de captación sexual que han explotado durante décadas a miles de menores en lugares tan dispares como Telford, Rochdale, Rotherham, Derbyshire o Bristol. Los acusados han sido mayoritariamente hombres de origen paquistaní, y las víctimas, menores blancas reclutadas a la salida de los colegios y en centros de acogida.
Pese a los juicios puntuales (19 hombres y dos mujeres fueron condenados en 2017 a penas de hasta 35 años en Rotherham por la explotación sexual de hasta 1.400 niñas) y a la investigación sobre el abuso sexual de menores en el Reino Unido en 2022, la sensación general es que no ha existido una respuesta política ante la gravedad del problema.
«En el nombre de lo políticamente correcto, el Gobierno ha hecho todo lo posible por ocultar estos delitos», podía leerse en el post rebotado por Elon Musk, que aprovechó la ocasión para disparar a lo más alto: «En el Reino Unido, los delitos graves como la violación requieren la aprobación de la Fiscalía de la Corona para que la Policía presente cargos contra los sospechosos. ¿Y quién estaba al frente cuando se permitía que las bandas de captación explotaran a las niñas sin tener que hacer frente a la Justicia? Keir Starmer (2008-2013)».
Los expertos en fact-checking se han aprestado a recordar que fue Starmer quien permitió precisamente la revisión de uno de los casos más notorios, el del anillo de tráfico sexual de Rochdale, por el que fueron condenados en última instancia 42 hombres a 432 años de cárcel. Las reformas emprendidas mientras desempeñó el cargo permitieron, de hecho, la revisión de numerosos casos desde los años 90.
Pero el escándalo político está servido por gentileza de Musk, dispuesto a aguarle aún más la fiesta al premier laborista, hundido en las encuestas cuando se cumplen seis meses desde su llegada al poder. Y la líder de la oposición del Partido Conservador, Kemi Badenoch, ha aprovechado para reclamar la apertura de una investigación sobre las bandas de explotación sexual a nivel nacional. «Se han celebrado juicios en todo el país, pero nadie en un puesto de autoridad ha sido capaz de unir los puntos», declaró Badenoch, obviando el hecho de que en los últimos 14 años ha habido gobiernos tories.
La secretaria de Interior, Yvette Cooper, ha recordado estos días su petición, firmada junto a Jess Phillips, para que las autoridades de Oldham abrieran en 2022 su propia investigación sobre bandas de explotación sexual (después de que el Gobierno conservador declinara intervenir en el tema).
Elon Musk ha pedido, sin embargo, la dimisión de Jess Phillips «por negarse a investigar los grooming gangs» y ha insinuado que debería ir a prisión por ello. El diario conservador The Daily Telegraph ha apuntado al «multiculturalismo» como uno de los factores que han dificultado las acciones legales y ha aireado un informe de la Policía de West Midlands advirtiendo que el hecho de que los acusados sean «predominantemente hombres paquistaníes» y que las víctimas «predominantemente menores blancas» podría causar «significativas tensiones sociales en las comunidades».
El líder de Reform UK, Nigel Farage, que se dejó fotografiar recientemente junto a Musk en la residencia de Mar-a-Lago de Trump, se subió al carro, alegando que los casos de explotación sexual son «el resultado de una política de puertas abiertas a la inmigración masiva sin asimilación». Farage, quien este domingo vio cómo Musk le revocaba su apoyo tras un desacuerdo sobre la encarcelación del activista Tommy Robinson, reclamó la apertura de «una investigación completa, abierta y a escala nacional para que toda la gente el país sepa la verdad».
El secretario de Salud, Wes Streeting, arremetió por su parte contra Musk por «dirigir una difamación humillante contra una gran mujer que ha pasado su vida apoyando a las víctimas de los abusos sexuales». Durante el fin de semana, el fundador de Space X y dueño de X subió su retórica contra Jess Phillips y llegó a llamarla «apologista de la violación y el genocidio».
Un portavoz de Downing Street aseguró que el Gobierno laborista está «trabajando urgentemente para reforzar la ley y hacer que estos delitos sean denunciados e investigados apropiadamente». Starmer, que aspira a relanzar en los próximos días su alicaído liderazgo, no se ha pronunciado aún sobre el tema.
Internacional // elmundo