Hubo lotes desiertos en la última convocatoria por la baja rentabilidad de los despliegues y cada vez se ve más al satélite como mejor alternativa Leer Hubo lotes desiertos en la última convocatoria por la baja rentabilidad de los despliegues y cada vez se ve más al satélite como mejor alternativa Leer
El Gobierno se prepara para reactivar el año que viene las ayudas a la fibra óptica y el 5G en zonas ultrarrurales tras un año de parón, y dar por cerrada la brecha digital en España en numerosas declaraciones públicas, en un movimiento que no genera entusiasmo entre los operadores por la ineficiencia y la poca rentabilidad de invertir en estas zonas.
El Ministerio para la Transformación Digital trabaja en dos nuevos programas para 2026: uno para llevar fibra óptica a entre 90.000 y 95.000 viviendas ultrarrurales y otro para el despliegue de 5G en zonas con baja población en la que los operadores no tengan planes de instalar sus torres sin que medie dinero público.
El secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando, lleva varios días prometiendo que el Gobierno continuará trabajando en mejorar la conectividad. Hace una semana, en el 39º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de Santander, aseguró que la calidad de la red en algunas zonas no era suficiente y prometió que el Gobierno seguiría tomando medidas en este sentido para corregir este déficit. «Dos de cada diez personas en el mundo rural no tienen 5G y actualmente eso es una necesidad imprescindible», aseguró.
Según el último informe de cobertura realizado por el Gobierno (datos de junio de 2024), el 95,76% de la población tiene 5G, pero en zonas rurales el porcentaje bajaba hasta el 80%, mientras que la fibra óptica llega al 94,79% del país y el 86,52% de las zonas rurales. Estos porcentajes deberían mejorar en las siguientes revisiones, ya que los operadores recibieron 750 millones de euros en subvenciones para llevar fibra óptica a estas zonas y otros 580 millones de euros para el 5G rural.
Ahora, el objetivo es invertir 41,3 millones entre 2026 y 2027 y otros 24,7 millones en fibra de más de 100 Mbps (megabytes por segundos) y en 5G para completar los huecos que queden tras el despliegue de los operadores, que está siendo complejo y que no se lanzarán en tromba a captar las nuevas subvenciones. Las convocatorias de ayudas serán financiadas con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y también vendrán acompañadas de subvenciones para investigación en 6G, de acuerdo al plan de subvenciones del Ministerio de Transformación Digital.
El problema que tiene la convocatoria del Gobierno es que el despliegue en zonas ultrarrurales es una tarea que, incluso con ayudas públicas, es poco rentable y muy costoso a todos los niveles operativos. De hecho, el Ministerio ha tenido que pedir a Bruselas una prórroga de los actuales programas en curso, que se podrán ejecutar hasta abril de 2026 ante el serio peligro de que algunos operadores tuvieran que devolver las ayudas por la imposibilidad de desplegar en tiempo el número de hogares que se había comprometido, en gran parte por trabas burocráticas, una situación que ha llegado al punto de ver cables colgados de árboles hasta recibir el permiso para soterrar.
A esto, se suman otros dos factores. Por un lado, las zonas rurales con más sentido económico para el despliegue de redes en estas zonas ya han sido cubiertas por los operadores de telecomunicaciones en las convocatorias anteriores. Y aún con eso, tanto Avatel como, sobre todo, Adamo (los dos operadores que más ayudas recibieron) están encontrando dificultades para rentabilizar la inversión con nuevos clientes.
De hecho, ya en la convocatoria de 2024, donde se adjudicaron 24,5 millones de euros para llevar fibra a 15.000 hogares, una dotación por hogar cuatro veces mayor que la que se prevé en esta futura licitación, ya hubo 12 provincias en las que ningún operador se presentó por no encontrar un proyecto viable. En este escenario, la gran candidata es Telefónica, la tradicional adjudicataria de estas programas y con una vocación de vertebrar el territorio mayor actualmente al contar con participación estatal.
Entre las comunidades que más se beneficiarían de la medida se encuentran Aragón, Asturias, Castilla y León y Galicia, las cuatro comunidades autónomas que tienen menos del 90% de sus hogares con fibra óptica de 100 Mbps.
La otra razón es que la conectividad por satélite ha mejorado mucho hasta el punto que Amazon promete llevar 1 Gbps a hogares con su nueva constelación Kuiper. En España, el Gobierno ya subvenciona un programa de Hispasat que ofrece hasta 200 Mbps por 35 euros al mes y que solucionaría de forma efectiva y sin necesidad de obras esa necesidad de conexión. A favor de esta alternativa juega también que el satélite necesita menos mantenimiento, una de las complicaciones que están teniendo ya las redes desplegadas. Al ser cables de fibra, están expuestos en muchos casos a los fenomenos climatológicos o naturales y su mantenimiento se dificulta al estar en zonas accidentadas.
El Consejo de Ministros autorizó este martes la primera inversión en un fondo dedicado al sector audiovisual de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica. La ‘Sepi’ digital inyectará 47 millones de euros en Culture CAP7, una entidad que también recibirá respaldo del Fondo Europeo de Inversiones.
El fondo está «orientado a impulsar pymes españolas con capacidad de crecimiento que operen en esta industria» y tiene sedes en Madrid y el País Vasco.
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