La resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de las grandes amenazas para la salud pública de cara a los próximos años. De hecho, se estima que sólo de aquí a 2050 morirán por esta causa más de 39 millones de personas en todo el mundo, según un artículo publicado en el prestigioso medio científico The Lancet.
Existen muchos esfuerzos dedicados a encontrar nuevos antibióticos eficaces contra estos microbios, pero la posibilidad de que eventualmente las bacterias también desarrollen resistencia a los mismos convierte esta línea de investigación, en cierto sentido, en una proverbial patada cuesta abajo a la lata.
Cambios en los ribosomas
Ahora, un equipo de investigadores liderado por la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) pero con participación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) española ha propuesto una posible solución alternativa: limitar el acceso de las bacterias al magnesio (Mg²⁺).
Como publican estos autores en la revista Science Advances, y según recoge la agencia de noticias sobre ciencia SINC, esta posibilidad se basa en una característica observada en ciertas bacterias resistentes a antibióticos (concretamente, en una cepa mutante llamada L22 de la bacteria Bacillus subtilis).
Específicamente, los investigadores observaron que esta bacteria resistente a los antibióticos mostraba alteraciones en una parte de la célula llamada ribosomas. Estos orgánulos, que están presentes en todas las células, son indispensables para la supervivencia de las bacterias porque actúan como sintetizadores de proteínas.
El coste de la resistencia bacteriana
Estas alteraciones explicaban la resistencia a los antibióticos, pero curiosamente no se han extendido a toda la especie. Precisamente esto era lo que intrigaba a estos autores, que querían averiguar por qué.
Según explican, esta mutación confiere una ventaja clara a la bacteria (al permitirla resistir antibióticos como la eritromicina), pero también tiene un coste fisiológico: necesitan una mayor cantidad de magnesio para funcionar adecuadamente, lo que las pone en desventaja en condiciones en las que este elemento no se encuentra de manera suficientemente abundante en el ambiente de la bacteria.
Usando modelos computacionales que tenían en cuenta la dinámica del Mg²⁺ intracelular, concluyeron que limitar el acceso de las bacterias al magnesio puede ser un mecanismo capaz de eliminar microbios resistentes a los antibióticos.
Posibles aplicaciones clínicas o sanitarias
Este conocimiento resulta muy interesante, sobre todo teniendo en cuenta que hasta ahora la investigación sobre los ribosomas de las células (y más específicamente de las bacterias) se había centrado más en su estructura que en su interacción con moléculas inorgánicas como la del magnesio. Como ilustran hallazgos como este, llenar esas lagunas en nuestro conocimiento podría tener aplicaciones prácticas muy importantes.
Con todo, por ahora se trata de un descubrimiento de carácter principalmente teórico, y para ponerlo en práctica será necesario profundizar en varios aspectos. Por ejemplo, habrá que documentar el funcionamiento de otras mutaciones que confieren resistencia bacteriana en esta y otras especies de bacterias, e indagar en métodos para impedir efectivamente el acceso de las bacterias al magnesio.
En definitiva, y a pesar de que este estudio supone un paso importante en nuestra comprensión del fenómeno de las resistencias a los antibióticos, está lejos aún de tener aplicaciones médicas o sanitarias. Mientras se desarrollan métodos alternativos como este, es importante que sigamos combatiendo la crisis de los antibióticos haciendo un uso responsable de los mismos.
Referencias
Miryam Naddaf. 40 million deaths by 2050: toll of drug-resistant infections to rise by 70%. The Lancet (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/d41586-024-03033-w
Eun Chae Moon et al. Physiological cost of antibiotic resistance: Insights from a ribosome variant in bacteria. Science Advances (2024). DOI:10.1126/sciadv.adq5249
SINC (2024). ¿Cómo frenar las resistencias antibacterianas sin crear nuevos antibióticos? Consultado online en https://www.agenciasinc.es/Noticias/Como-frenar-las-resistencias-antibacterianas-sin-crear-nuevos-antibioticos el 20 de noviembre de 2024.
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Las mutaciones que confieren a algunas bacterias resistencia a los antibióticos también les suponen una mayor necesidad de partículas de magnesio, lo que podría ser una vía para combatirlas.
La resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de las grandes amenazas para la salud pública de cara a los próximos años. De hecho, se estima que sólo de aquí a 2050 morirán por esta causa más de 39 millones de personas en todo el mundo, según un artículo publicado en el prestigioso medio científico The Lancet.
Existen muchos esfuerzos dedicados a encontrar nuevos antibióticos eficaces contra estos microbios, pero la posibilidad de que eventualmente las bacterias también desarrollen resistencia a los mismos convierte esta línea de investigación, en cierto sentido, en una proverbial patada cuesta abajo a la lata.
Cambios en los ribosomas
Ahora, un equipo de investigadores liderado por la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) pero con participación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) española ha propuesto una posible solución alternativa: limitar el acceso de las bacterias al magnesio (Mg²⁺).
Como publican estos autores en la revista Science Advances, y según recoge la agencia de noticias sobre ciencia SINC, esta posibilidad se basa en una característica observada en ciertas bacterias resistentes a antibióticos (concretamente, en una cepa mutante llamada L22 de la bacteria Bacillus subtilis).
Específicamente, los investigadores observaron que esta bacteria resistente a los antibióticos mostraba alteraciones en una parte de la célula llamada ribosomas. Estos orgánulos, que están presentes en todas las células, son indispensables para la supervivencia de las bacterias porque actúan como sintetizadores de proteínas.
El coste de la resistencia bacteriana
Estas alteraciones explicaban la resistencia a los antibióticos, pero curiosamente no se han extendido a toda la especie. Precisamente esto era lo que intrigaba a estos autores, que querían averiguar por qué.
Según explican, esta mutación confiere una ventaja clara a la bacteria (al permitirla resistir antibióticos como la eritromicina), pero también tiene un coste fisiológico: necesitan una mayor cantidad de magnesio para funcionar adecuadamente, lo que las pone en desventaja en condiciones en las que este elemento no se encuentra de manera suficientemente abundante en el ambiente de la bacteria.
Usando modelos computacionales que tenían en cuenta la dinámica del Mg²⁺ intracelular, concluyeron que limitar el acceso de las bacterias al magnesio puede ser un mecanismo capaz de eliminar microbios resistentes a los antibióticos.
Posibles aplicaciones clínicas o sanitarias
Este conocimiento resulta muy interesante, sobre todo teniendo en cuenta que hasta ahora la investigación sobre los ribosomas de las células (y más específicamente de las bacterias) se había centrado más en su estructura que en su interacción con moléculas inorgánicas como la del magnesio. Como ilustran hallazgos como este, llenar esas lagunas en nuestro conocimiento podría tener aplicaciones prácticas muy importantes.
Con todo, por ahora se trata de un descubrimiento de carácter principalmente teórico, y para ponerlo en práctica será necesario profundizar en varios aspectos. Por ejemplo, habrá que documentar el funcionamiento de otras mutaciones que confieren resistencia bacteriana en esta y otras especies de bacterias, e indagar en métodos para impedir efectivamente el acceso de las bacterias al magnesio.
En definitiva, y a pesar de que este estudio supone un paso importante en nuestra comprensión del fenómeno de las resistencias a los antibióticos, está lejos aún de tener aplicaciones médicas o sanitarias. Mientras se desarrollan métodos alternativos como este, es importante que sigamos combatiendo la crisis de los antibióticos haciendo un uso responsable de los mismos.
Referencias
Miryam Naddaf. 40 million deaths by 2050: toll of drug-resistant infections to rise by 70%. The Lancet (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/d41586-024-03033-w
Eun Chae Moon et al. Physiological cost of antibiotic resistance: Insights from a ribosome variant in bacteria. Science Advances (2024). DOI:10.1126/sciadv.adq5249
SINC (2024). ¿Cómo frenar las resistencias antibacterianas sin crear nuevos antibióticos? Consultado online en https://www.agenciasinc.es/Noticias/Como-frenar-las-resistencias-antibacterianas-sin-crear-nuevos-antibioticos el 20 de noviembre de 2024.
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