El PKK kurdo inicia su desarme en un paso histórico hacia el fin del conflicto con Turquía

Treinta combatientes dejaron simbólicamente sus armas en una pila ardiendo, en el marco del cese de 40 años de conflicto con Ankara Leer Treinta combatientes dejaron simbólicamente sus armas en una pila ardiendo, en el marco del cese de 40 años de conflicto con Ankara Leer  

El grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), inició este viernes su proceso de desarme en una ceremonia en el Kurdistán iraquí, dos meses después de que anunciaran el fin de más de cuatro décadas de guerra contra el Estado turco. El acto tuvo lugar en una localización secreta a unos cincuenta kilómetros al sur de Solimania, en una zona montañosa donde la mayoría de combatientes se han atrincherado durante más de dos décadas. Ante una comitiva de representantes de partidos kurdos de la región, periodistas y analistas locales, así como funcionarios de los servicios de inteligencia turcos, 30 combatientes dejaron simbólicamente sus armas en una pila ardiendo. Entre los militantes se encontraban figuras destacadas del grupo armado como Bese Hozat, copresidenta de la Unión de las Comunidades de Kurdistán (KCK), un movimiento paraguas del que forma parte el PKK. «Fue una ceremonia muy emotiva. Tras presenciar toda la ceremonia y escuchar los discursos, creo que la lucha por la paz y una sociedad democrática en Turquía seguirá fortaleciéndose a partir de ahora», declaró el diputado prokurdo Cengiz Çandar, cercano al proceso de diálogo entre el Gobierno y la guerrilla kurda.

«La deposición de armas por parte de militantes del PKK en Soleimani -un hito en la tercera etapa del proceso de desarme y desmantelamiento en curso- marca un paso concreto y positivo hacia el fin de la campaña de violencia que el grupo ha llevado a cabo durante décadas», señala a este periódico un alto funcionario turco, que definió este evento como «un punto de inflexión». «Turquía mantiene su compromiso de apoyar todos los esfuerzos que prioricen el desarme, la estabilidad y la reconciliación duradera en la región», aseveró.

El gobierno turco inició conversaciones indirectas con la guerrilla hace más de un año para alcanzar una postura común y poner fin a 40 años de un conflicto que ha causado más de 40.000 víctimas mortales y miles de detenidos. A finales de febrero, el líder del PKK, Abdullah Öcalan -encarcelado desde 1999 en la isla de Imrali, cerca de Estambul- ordenó por carta a sus seguidores la organización de un congreso para deponer las armas y disolver el grupo armado. El anuncio ha ido seguido de un proceso opaco en el que las autoridades turcas y los militantes están negociando las condiciones del desarme, el futuro de los militantes y de su líder Öcalan. Medios turcos aseguran que el proceso de desarme se alargará durante todo el verano y tendrá lugar en varios puntos establecidos bajo control de los gobiernos regionales en Turquía, Irak y Kurdistán.

«Esperamos que este prometedor proceso culmine con éxito lo antes posible, sin contratiempos ni intentos de sabotaje», declaró el miércoles el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. «Nuestro país, por un lado, y las regiones circundantes, por otro, están progresando gradualmente y transitando hacia una era nueva y esperanzadora. Turquía está a punto de liberarse del flagelo del terrorismo separatista, cuyo pasado ha estado marcado por casi medio siglo de violencia y brutalidad», declaró el líder ultranacionalista Devlet Bahçeli, aliado de Erdogan en el Parlamento turco.

Tras el encuentro simbólico, la escena se traslada al parlamento turco, donde se establecerá una comisión para decidir los próximos pasos a seguir. Por otro lado, el destino de Öcalan no está claro. Los combatientes del PKK advirtieron que dejarían las armas si Öcalan es liberado. Sin embargo, los analistas no contemplan esta situación aunque sí es probable que mejoren las condiciones de su arresto. Esta semana el grupo armado publicó el primer vídeo de Öcalan en más de dos décadas. Desde prisión el líder declaró que el proceso actual es «una transición voluntaria de la fase del conflicto armado a una fase de democracia política y legal». «Creo en el poder de la política y la paz social, no en las armas. Les pido que pongan este principio en práctica», declaró a sus seguidores.

Fundado en 1978 para reivindicar los derechos e independencia de la población kurda mediante la lucha armada, el grupo evolucionó hacia las demandas de mayores derechos políticos y culturales dentro de las fronteras de Turquía. El conflicto ha causado más de 40.000 víctimas, entre militantes, miembros de las fuerzas armadas y civiles. No es la primera vez que la guerrilla -considerada una organización terrorista en Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos- anuncia su disolución. Ya lo hizo poco después de la captura de su líder Öcalan en 1999, aunque poco después reanudó las hostilidades contra el Estado turco. Los analistas apuntan que el llamamiento actual es diferente, con el grupo armado muy debilitado y un contexto regional que favorece las negociaciones con Ankara, que busca una mayor estabilidad en medio de los conflictos en países vecinos derivados de la guerra en Gaza.

Pese a que el Gobierno ha reiterado que solo se trata de un proceso de desarme y no de unas negociaciones recíprocas en el que ambas partes harán concesiones, analistas y medios progobierno aseguran que Ankara podría ceder a algunas demandas del grupo armado. Entre las concesiones se baraja una amnistía de miles de presos políticos, muchos de ellos kurdos enfermos, pero también políticos de alto perfil como Selahattin Demirtas, ex candidato a presidente encarcelado desde noviembre de 2016.

 Internacional // elmundo

Te puede interesar