El canciller acude a la capital comunitaria el Día de Europa para dejar claras sus prioridades, que serán las de la UE: «Alemania precisa desempeñar un papel fuerte en Europa, y el gobierno alemán lo hará» Leer El canciller acude a la capital comunitaria el Día de Europa para dejar claras sus prioridades, que serán las de la UE: «Alemania precisa desempeñar un papel fuerte en Europa, y el gobierno alemán lo hará» Leer
Es literalmente su «tercer día en la oficina«, como él mismo ha recordado, y ya ha visitado a los responsables de instituciones europeas. Primero, al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa; después a Roberta Metsola, que es la máxima dirigente del Parlamento; y por último, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Es más, todavía ha tenido tiempo de verse con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Y todo ello, en la jornada en la que Bruselas celebra el Día de Europa. Una fecha muy relevante y que el canciller alemán, Friedrich Merz, no ha querido dejar pasar para exponer sus prioridades, que en gran medida serán las que marquen el futuro de la UE.
«Alemania precisa desempeñar un papel activo y fuerte en la Unión Europea, y el gobierno alemán lo hará», ha asegurado. Y empezando ya el gasto en Defensa, punto que en Bruselas ya se da por hecho que deberá aumentar de manera significativa pero sobre el que existen todavía una importante incertidumbre: el cómo. Hay muchos líderes que siguen anhelando que, además del innegociable esfuerzo a través de los presupuestos nacionales, parte del desembolso se aborde con más deuda común. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ejemplo. Pero Merz ya ha dejado claro que eso no ocurrirá.
«No puede convertirse en norma que nos endeudemos a nivel de la UE. Puede haber circunstancias excepcionales, como durante la pandemia de Covid, pero el endeudamiento de la Unión Europea debe seguir siendo una excepción consagrada en el Tratado de la UE», ha apuntado concretamente en la rueda de prensa que ha ofrecido con Von der Leyen en un argumento que de una u otra manera ha estado presente en las cuatro ruedas de prensa que ha ofrecido.
Sobre el endeudamiento también ha señalado que, en general, le «preocupa» la tendencia que existe en Europa y también en EEUU. Ya no sólo en Defensa sino como herramienta a la que los estados acuden de manera significativa y constante. «Me pregunto hasta qué punto va a ser posible la refinanciación, no sólo de la deuda, sino también de los tipos de interés. No podemos entrar en espirales interminables de deuda«, ha señalado, incidiendo así en el mensaje. Vuelve un halcón, un estado del norte con aversión al pasivo público.
También se ha referido a la guerra arancelaria, y le ha advertido al presidente de EEUU, Donald Trump, que debe negociar con el conjunto de la UE y no con los países de manera individual. «Felicité al presidente [Trump] por el acuerdo que ha logrado con el Reino Unido, es muy buen camino hacia adelante. También le dije que no se puede hacer eso individualmente con los países de la UE porque negociamos juntos. Mi impresión es que lo aceptó«, ha apuntado, en este caso, después de verse con Costa.
Y directamente relacionado con la política internacional del magnate estadounidense, Merz ha reconocido asimismo que tuvo miedo sobre el futuro de la OTAN. Que tras el discurso del vicepresidente estadounidense, JD Vance, en la conferencia de Múnich y tras pasar por Bruselas, temió por el Atlantismo. «Los miedos que tenía en la noche electoral se remontaban a la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebró una semana antes. Estoy muy agradecido de que hoy pueda ser más optimista sobre el futuro de la OTAN», ha afirmado después de su cita con Rutte.
«Estoy satisfecho de ver que la postura de la administración estadounidense, evidentemente, ha cambiado. También a la hora de reconocer lo que hacemos como socios europeos en la OTAN. Han reconocido que estamos intensificando nuestros esfuerzos», ha añadido.
En esa rueda de prensa, por cierto, tanto Merz como Rutte han sido preguntados por una información que Reuters publicó la semana pasada: que el próximo objetivo de la OTAN en inversión militar, el que se fijará en La Haya a finales de junio, contemplará un gasto tradicional del 3,5% del PIB más un 1,5% adicional en aspectos más amplios relacionados con la seguridad. Esto completaría el 5% que exige EEUU y aunque ambos han rechazado hablar de cifras concretas, el secretario general de la Alianza sí ha reconocido que hay conversaciones internas y ha remarcado su habitual mensaje: «Tenemos que aumentar realmente el gasto en Defensa».
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