El rey Mohamed VI de Marruecos ahonda en la crisis del ovino español al cancelar la Fiesta del Cordero

El 80% de las cabezas de ganado que importa el país alauita para esta celebración procede cada año del mercado español Leer El 80% de las cabezas de ganado que importa el país alauita para esta celebración procede cada año del mercado español Leer  

Golpe duro para el sector del ovino en España, que ya arrastraba una fuerte crisis en los últimos años, con un importante descenso de unidades que ha derivado en un encarecimiento de los precios y ha provocado el abandono de muchos productores ante la falta de rentabilidad. La cita anual con la Fiesta del Cordero en Marruecos -una de las festividades más importantes del calendario musulmán- servía cada año de alivio para la industria del cordero nacional que aportaba el 80% de las importaciones (unos 850.000 corderos vivos), según los datos aportados por Anafric (Asociación Empresarial Cárnica).

Aunque la fiesta del sacrificio es una práctica religiosa muy arraigada en Marruecos, las causas oficiales de la suspensión se han achacado a la pertinaz sequía que arrastra desde hace ya siete campañas agrícolas el país, lo que ha supuesto una reducción del 38% de las cabezas de su cabaña ganadera. En este contexto, el Rey de Marruecos, Mohammed VI, realizó el 26 de febrero un llamamiento para que la población se abstuviera de realizar el sacrificio del Eid Al-Adha.

En un segundo plano, aunque no es la versión oficial, se apunta a la grave crisis económica que atraviesa este país como factor decisivo para esta drástica medida que, en principio, pretende aliviar los bolsillos de las familias marroquíes 70 días después de la celebración del Ramadán (el año pasado tuvo lugar el 17 de junio). Se trata de la primera vez que se suspende este importante ritual desde que este rey ascendió al trono en 1999 y la cuarta vez en la historia de este país: «Su realización en estas difíciles condiciones es susceptible de perjudicar a grandes partes de nuestro pueblo, especialmente a aquellos que tienen ingresos limitados», señaló el mensaje real.

«Allí el cordero es caro y lo que hace el Rey es subvencionar el 80% del coste a cada familia», apunta Ángel García Blanco, ganadero cacereño. De hecho, un informe oficial del Ministerio de Agricultura marroquí de 2024 cifraba en un 87,5% las familias marroquíes las que habían celebrado la fiesta, en la que se sacrificaron 6 millones de cabezas de ovino y caprinos. Prácticamente la mitad del total de envíos procedentes de España, en torno a 490.000 corderos, se solían enviar en el primer trimestre del año. Todo ha saltado por los aires: «Esta cancelación es un contratiempo, si bien la relación con Marruecos seguirá siendo clave para el futuro del sector cárnico español», apunta el director de Anafric, José Friguls.

En medio de este contexto, la tendencia a la baja es clara: entre enero de 2024 y enero de 2025 se perdieron en España 1.219 explotaciones de producción y reproducción de carne y 432.431 ovinos de todas las categorías. Los datos asustan. Y la salida son las exportaciones. En la actualidad, dos de cada cinco corderos criados en España se destinan al mercado exterior en busca de nuevos consumidores ante la caída de ventas en nuestro país. Para el sector agroalimentario español, los nuevos mercados, además de la estacionalidad -salvo la excepción de este año- que provoca Marruecos, son los de Filipinas, Singapur o Argelia, con una tendencia de aumento del poder adquisitivo de las clases media.

En el otro lado de la balanza, el inminente riesgo que produce el nuevo escenario geopolítico mundial y el posible uso de aranceles por parte del Gobierno de Donald Trump. Dentro de la Unión Europea, Francia e Italia son los países que más compran cordero de procedencia española.

Un reto por el momento irresoluble en las últimas campañas es la caída en picado del consumo en territorio nacional. La tendencia es descendente desde la de 2019. El censo se situaba a finales de 2024 (últimas cifras oficiales del Ministerio de Agricultura) en 2.293.470 cabezas (una caída del 6,9% respecto a 2022), de las cuales 1.805.878 eran hembras (-7,3%).

«Hay muy poca oferta de animales», lamenta Antonio Punzano, ganadero de ovino y caprino en Sierra Morena (Jaén), con 1.300 cabezas, quien advierte que los precios están en máximos en numerosas lonjas españolas. Entre 1 y 12 kilos, cada unidad se paga a 80,43 euros; entre 12,1 y 15, a 84,65 euros y así de forma escalonada hasta llegar a 158,20 euros los de más de 32 kg.

Al pie del terreno, este ganadero andaluz que se encuentra en plena época de parideras (350 hembras) lamenta el estado del sector: «Cada vez hay menos corderos y por eso los precios suben para el consumidor». También se queja de que el Ministerio de Agricultura «no está trabajando bien» para promocionar el producto: «No existen campañas publicitarias destinadas para publicitar el cordero y la carne», apunta el también responsable del sector de ovino y caprino de Coag.

Como buena parte de las producciones españolas, el otro hándicap es la falta de relevo generacional. Este ganadero retomó el trabajo de su padre, pero él ya no desea -«nunca le he animado»- que su hijo continúe la tradición familiar: «Es una labor muy sacrificada y hace mucho tiempo que no existe la rentabilidad económica». Lo corrobora desde Cáceres Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura: «La sequía que hemos padecido hasta este año y los altos costes de producción, incluida la mano de obra, han puesto al sector del cordero en una situación crítica». El dirigente agrario reclama la apertura puntual de ayudas en esta campaña través de los fondos PDR, teniendo en cuenta la suspensión de la fiesta en Marruecos. La puntilla casi definitiva.

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