El silencio de Mar Flores ante la supuesta agresión de Carlo Costanzia a un paparazzi

La revelación abracadabrante de un paparazzi que acusa a Carlo Costanzia de haberle agredido arrojándole huevos para evitar una fotografía de su madre, no deja de acaparar titulares.

Mientras el reportero gráfico asegura que el joven actuó para proteger una imagen que no debería tener mayor trascendencia, Mar Flores prefiere, una vez más, mantenerse al margen de la polémica. No responde a los mensajes ni tampoco a las llamadas de quienes buscan esclarecer la verdad sobre el suceso. Abraza al silencio para zafarse de una polémica que, dicen, le ha molestado enormemente.

«Sobre todo porque siempre que hay follón es por algo relacionado con su hijo y ya no sabe cómo actuar«, dice una persona de su entorno más próximo. Mar se siente en una encrucijada, pues no quiere alimentar al monstruo público, ahora que la relación con su hijo y con Alejandra empieza a marchar más tranquilamente.

Si algo ha dejado claro es que prefiere que los encuentros familiares se produzcan en la intimidad, sin la necesidad de ser cacareados en televisión ni inmortalizados por los fotógrafos. Tal vez por eso, Carlo ya ha anunciado que acudirá a los tribunales para demostrar su inocencia.

Algo parecido ha hecho Alejandra Rubio cuando, tras sonreír nerviosa al ser preguntada por la ‘lluvia de yemas’ en el Club Social de Vamos a ver, aseguró que la acusación es una barbaridad que no coincide con la realidad.

Lo único que resulta evidente es que la relación con la prensa es tensa. La pareja son de ese grupo de personajes del colorín que creen que los periodistas de plató y los asfálticos son de clases diferentes. Y no lo son, por mucho que unos luzcan encorbatados o con lentejuelas y otros lleven guantes y cazadoras para protegerse del frío.

 La empresaria ha preferido mantenerse al margen de la polémica en la que está involucrado su hijo.  

La revelación abracadabrante de un paparazzi que acusa a Carlo Costanzia de haberle agredido arrojándole huevos para evitar una fotografía de su madre, no deja de acaparar titulares. 

Mientras el reportero gráfico asegura que el joven actuó para proteger una imagen que no debería tener mayor trascendencia, Mar Flores prefiere, una vez más, mantenerse al margen de la polémica. No responde a los mensajes ni tampoco a las llamadas de quienes buscan esclarecer la verdad sobre el suceso. Abraza al silencio para zafarse de una polémica que, dicen, le ha molestado enormemente.

«Sobre todo porque siempre que hay follón es por algo relacionado con su hijo y ya no sabe cómo actuar«, dice una persona de su entorno más próximo. Mar se siente en una encrucijada, pues no quiere alimentar al monstruo público, ahora que la relación con su hijo y con Alejandra empieza a marchar más tranquilamente.

Si algo ha dejado claro es que prefiere que los encuentros familiares se produzcan en la intimidad, sin la necesidad de ser cacareados en televisión ni inmortalizados por los fotógrafos. Tal vez por eso, Carlo ya ha anunciado que acudirá a los tribunales para demostrar su inocencia.

Algo parecido ha hecho Alejandra Rubio cuando, tras sonreír nerviosa al ser preguntada por la ‘lluvia de yemas’ en el Club Social de Vamos a ver, aseguró que la acusación es una barbaridad que no coincide con la realidad. 

Lo único que resulta evidente es que la relación con la prensa es tensa. La pareja son de ese grupo de personajes del colorín que creen que los periodistas de plató y los asfálticos son de clases diferentes. Y no lo son, por mucho que unos luzcan encorbatados o con lentejuelas y otros lleven guantes y cazadoras para protegerse del frío.

 20MINUTOS.ES – Gente

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