Esta es la diferencia entre el envejecimiento normal y la demencia, según un médico

Recuerdas haber dejado algo en la otra habitación y te mueves para recogerlo, pero cuando cruzas la puerta, todo recuerdo de lo que fuiste a buscar se desvanece y te quedas allí con las manos vacías, buscando en tu mente.

Esta sensación puede durar unos segundos o unos minutos, pero la mayoría de las veces, eventualmente recordarás lo que estabas buscando y dónde conseguirlo.

Aunque no lo parezca, esto es una buena señal. Olvidarse temporalmente no significa desaparecer, según el doctor Kenneth Frumkin, un especialista en medicina de urgencias cuyo libro ¿Envejecimiento o alzhéimer? profundiza en un debate sobre qué es el olvido natural relacionado con la edad o la indicación temprana de la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia.

La pérdida de memoria es un síntoma característico de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Y si bien todas las personas mayores con alzhéimer han sufrido pérdida de memoria, no todas las personas mayores con pérdida de memoria padecen o padecerán la enfermedad.

La pérdida de memoria es un signo común del proceso normal de envejecimiento. Sin embargo, el deterioro cognitivo es su ‘gemelo malvado’. La cognición es la diferencia entre ‘recordar’ y ‘saber’, dice el doctor Frumkin.

«En cuanto al ‘gemelo malvado’, cuando desarrollamos fallos cognitivos, estos pueden ser percibidos incorrectamente como un empeoramiento de la memoria, enmascarando o retrasando nuestro reconocimiento de las amenazas más graves del deterioro cognitivo a nuestra seguridad e independencia», dice el médico.

«Una cosa es olvidar por qué fuiste al centro comercial (memoria) y otra muy distinta es no poder encontrar el camino a casa«, prosigue.

El deterioro cognitivo se produce en cierta medida en todas las personas. El deterioro cognitivo relacionado con la edad (ARCD, por sus siglas en inglés) se refiere a cambios naturales en las capacidades relacionadas con el lenguaje, la atención y la resolución de problemas, y suele comenzar alrededor de los 60 años.

Tal vez las habilidades de tu abuelo para encontrar palabras hayan disminuido, pero su vocabulario se ha mantenido relativamente igual, o tu abuela ya no puede cocinar la cena mientras habla por teléfono.

Otros signos bastante inocuos del envejecimiento normal incluyen esos momentos en la punta de la lengua (cuando esa palabra específica o el nombre correcto son difíciles de recordar), una velocidad más lenta para resolver problemas y tomar decisiones, una velocidad de procesamiento reducida que hace que las tareas rutinarias como el cálculo mental tomen un poco más de tiempo, recuerdos menos vívidos y problemas para dominar una nueva habilidad o retener nueva información.

El ARCD es generalmente un proceso gradual, lo que lo hace más manejable para la persona mayor, su familia y las personas que la cuidarán.

Para la mayoría de las personas, el envejecimiento normal seguirá manifestándose en notas adhesivas por toda la casa y, de vez en cuando, se preguntarán: «¿Por qué volví a entrar en esta habitación?».

Pero para otros, las notas en la casa y los breves lapsos de memoria progresarán a cambios más disruptivos, como olvidar citas médicas o eventos sociales, tener problemas para seguir una conversación, perder el hilo de sus pensamientos y encontrar difícil seguir instrucciones y terminar tareas.

Cuando para la persona que padece lapsus de memoria es evidente que algo no anda bien o que su familia se ha involucrado, un médico realizará pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental o la Evaluación Cognitiva de Montreal para diagnosticar a una persona con deterioro cognitivo leve (DCL).

El deterioro cognitivo leve no es sinónimo de demencia, pero tampoco es algo que deba ignorarse ni atribuirse al envejecimiento.

Y aunque un diagnóstico de deterioro cognitivo leve no garantiza que se padecerá alzhéimer en el futuro, sí lo hace más probable.

Frumkin dice: «Después de un diagnóstico de deterioro cognitivo leve, todos los resultados siguen siendo posibles, incluida la mejoría, la transición a otras formas de demencia, déficits estables que no progresan e incluso una recuperación de la función cognitiva normal».

Un estudio realizado en pacientes del Departamento de Asuntos de Veteranos con deterioro cognitivo leve (DCL) durante un promedio de dos años y medio encontró que solo el 12% de los casos habían progresado a demencia. La mayoría, el 67%, se mantuvo sin cambios y el 21% mejoró.

Frumkin dice en su libro que «la ‘tasa de reversión’ (del deterioro cognitivo leve a la cognición normal) ha sido tan alta como del 25 al 30%» y está asociada a la falta de biomarcadores relacionados con la demencia encontrados en el líquido cefalorraquídeo.

 El doctor Kenneth Frumkin resume que la clave está en la cognición: la diferencia entre ‘recordar’ y ‘saber’.  

Recuerdas haber dejado algo en la otra habitación y te mueves para recogerlo, pero cuando cruzas la puerta, todo recuerdo de lo que fuiste a buscar se desvanece y te quedas allí con las manos vacías, buscando en tu mente. 

Esta sensación puede durar unos segundos o unos minutos, pero la mayoría de las veces, eventualmente recordarás lo que estabas buscando y dónde conseguirlo.

Aunque no lo parezca, esto es una buena señal. Olvidarse temporalmente no significa desaparecer, según el doctor Kenneth Frumkin, un especialista en medicina de urgencias cuyo libro ¿Envejecimiento o alzhéimer? profundiza en un debate sobre qué es el olvido natural relacionado con la edad o la indicación temprana de la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia.

La pérdida de memoria es un síntoma característico de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Y si bien todas las personas mayores con alzhéimer han sufrido pérdida de memoria, no todas las personas mayores con pérdida de memoria padecen o padecerán la enfermedad.

La pérdida de memoria es un signo común del proceso normal de envejecimiento. Sin embargo, el deterioro cognitivo es su ‘gemelo malvado’. La cognición es la diferencia entre ‘recordar’ y ‘saber’, dice el doctor Frumkin.

«En cuanto al ‘gemelo malvado’, cuando desarrollamos fallos cognitivos, estos pueden ser percibidos incorrectamente como un empeoramiento de la memoria, enmascarando o retrasando nuestro reconocimiento de las amenazas más graves del deterioro cognitivo a nuestra seguridad e independencia», dice el médico.

«Una cosa es olvidar por qué fuiste al centro comercial (memoria) y otra muy distinta es no poder encontrar el camino a casa«, prosigue.

El deterioro cognitivo se produce en cierta medida en todas las personas. El deterioro cognitivo relacionado con la edad (ARCD, por sus siglas en inglés) se refiere a cambios naturales en las capacidades relacionadas con el lenguaje, la atención y la resolución de problemas, y suele comenzar alrededor de los 60 años.

Tal vez las habilidades de tu abuelo para encontrar palabras hayan disminuido, pero su vocabulario se ha mantenido relativamente igual, o tu abuela ya no puede cocinar la cena mientras habla por teléfono.

Otros signos bastante inocuos del envejecimiento normal incluyen esos momentos en la punta de la lengua (cuando esa palabra específica o el nombre correcto son difíciles de recordar), una velocidad más lenta para resolver problemas y tomar decisiones, una velocidad de procesamiento reducida que hace que las tareas rutinarias como el cálculo mental tomen un poco más de tiempo, recuerdos menos vívidos y problemas para dominar una nueva habilidad o retener nueva información.

El ARCD es generalmente un proceso gradual, lo que lo hace más manejable para la persona mayor, su familia y las personas que la cuidarán.

Para la mayoría de las personas, el envejecimiento normal seguirá manifestándose en notas adhesivas por toda la casa y, de vez en cuando, se preguntarán: «¿Por qué volví a entrar en esta habitación?».

Pero para otros, las notas en la casa y los breves lapsos de memoria progresarán a cambios más disruptivos, como olvidar citas médicas o eventos sociales, tener problemas para seguir una conversación, perder el hilo de sus pensamientos y encontrar difícil seguir instrucciones y terminar tareas.

Cuando para la persona que padece lapsus de memoria es evidente que algo no anda bien o que su familia se ha involucrado, un médico realizará pruebas cognitivas como el Mini-Examen del Estado Mental o la Evaluación Cognitiva de Montreal para diagnosticar a una persona con deterioro cognitivo leve (DCL).

El deterioro cognitivo leve no es sinónimo de demencia, pero tampoco es algo que deba ignorarse ni atribuirse al envejecimiento.

Y aunque un diagnóstico de deterioro cognitivo leve no garantiza que se padecerá alzhéimer en el futuro, sí lo hace más probable.

Frumkin dice: «Después de un diagnóstico de deterioro cognitivo leve, todos los resultados siguen siendo posibles, incluida la mejoría, la transición a otras formas de demencia, déficits estables que no progresan e incluso una recuperación de la función cognitiva normal».

Un estudio realizado en pacientes del Departamento de Asuntos de Veteranos con deterioro cognitivo leve (DCL) durante un promedio de dos años y medio encontró que solo el 12% de los casos habían progresado a demencia. La mayoría, el 67%, se mantuvo sin cambios y el 21% mejoró.

Frumkin dice en su libro que «la ‘tasa de reversión’ (del deterioro cognitivo leve a la cognición normal) ha sido tan alta como del 25 al 30%» y está asociada a la falta de biomarcadores relacionados con la demencia encontrados en el líquido cefalorraquídeo.

 20MINUTOS.ES – Salud

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