Se abre a realizar compras y elevará su producción de blindados de 325 a 565 vehículos anuales Leer Se abre a realizar compras y elevará su producción de blindados de 325 a 565 vehículos anuales Leer
La compañía de defensa General Dynamics busca retomar el paso en España con una nueva estrategia industrial para Santa Barbara Sistemas, su marca en el país, después de la ofensiva de Indra y el Gobierno por intentar adquirir la empresa, el gran fabricante de blindados patrio.
La compañía prevé disparar un 73% su capacidad de producción en los próximos cinco años hasta superar los 565 vehículos y para ello estudia operaciones de compra o la creación de nuevos centros de trabajo en Aragón, Cataluña o País Vasco.
«La expansión territorial se está planificando. Hay muchas fórmulas y no descartamos ninguna (…) Miramos todo tipo de proyectos para desarrollar nuevas capacidades, centros de I+D y colaboraciones con la industria y universidades. Las capacidades que hay en esas tres zonas son muy importantes para nosotros», apuntó el presidente de la compañía, Antonio Bueno.
La compañía no ha concretado las cifras de inversión a la espera del despliegue de la estrategia industrial del Gobierno, pero ha apuntado a que será «importante» y tendrá también en cuenta a la cadena de proveedores españoles, que supera las 900 empresas.
En este sentido, la empresa está a la espera de ver los nuevos proyectos que pondrá en marcha el Ministerio, entre ellos la renovación de los blindados Leopard.
Gran parte de la comparecencia ha sido ocupada también por el futuro de Tess Defence, el consorcio que gestiona el programa del 8×8 Dragón y que está llamado a vehicular los grandes programas de blindados del Ejército de Tierra y del que ha tomado el control Indra esta semana para disparar la producción de los vehículos.
«Se perciben las relaciones en Tess más enraecidas que lo que son», aseguró el director general de Santa Bárbara y consejero del consorcio, Juan Escriñá.
En este consorcio, están presentes también SAPA y Escribano. El directivo subrayó que esta compañía debe crecer e incluso optar a ser internacional. «Estamos apoyando a que esta transición se haga normal y apoyamos a los socios», remachó Bueno.
Por su parte, Escriñá reconoció que la industria había pecado de «optimista» a la hora de lanzar el proyecto, que ha sufrido muchos retrasos.
«Es una plataforma que hubo que abrir para sustituir unas tecnologías que llevaba el vehículo original por otras desarrolladas en España y nos ha llevado más tiempo que el que pensamos en un principio», reconoció el directivo, que también espera que la evaluación operativa que están pasando ahora los vehículos arroje la necesidad de nuevos cambios antes de que comience la producción en línea.
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