Mientras siguen evaluando los daños descomunales, los habitantes del sur del país temen que el ejército de Tel Aviv ocupe una franja junto a la frontera como hizo hasta el año 2000 o que el precario alto el fuego se desmorone Leer Mientras siguen evaluando los daños descomunales, los habitantes del sur del país temen que el ejército de Tel Aviv ocupe una franja junto a la frontera como hizo hasta el año 2000 o que el precario alto el fuego se desmorone Leer
Los transportes blindados del ejército llegaron a la localidad cristiana de Qlaiaah poco después de las 21:00. Marísa Salame, de 19 años, era una de las decenas de personas que se congregaron en torno a la estatua de San Jorge, que adorna el centro de la población. Algunos de los vecinos lanzaron arroz a los militares. Otros los recibieron con aplausos.
«El ejército es quien nos otorga seguridad. Necesitamos recuperar al estado», argumentó la much
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Si lo prefieres
Internacional // elmundo