EEUU suma 10 aviones a su despliegue tras un «movimiento altamente provocativo» de dos F-16 venezolanos sobre uno de sus destructores Leer EEUU suma 10 aviones a su despliegue tras un «movimiento altamente provocativo» de dos F-16 venezolanos sobre uno de sus destructores Leer
A falta de huracanes destructivos en 2025, el principio de acción-reacción agita las aguas del Caribe en los juegos de guerra entre Donald Trump y Nicolás Maduro. El mandatario estadounidense ordenó que 10 aviones F-35 se sumen al despliegue de destructores y submarinos para «luchar contra el narcotráfico» en el sur del Caribe nada más conocer que dos F-16 venezolanos habían sobrevolado en la zona de influencia del destructor USS Jason Dunhan durante el jueves.
El «movimiento altamente provocativo» de los aviones chavistas, como lo definió el Pentágono, llegó a su vez días después de que un misil estadounidense pulverizara una lanchita que se dirigía con un supuesto cargamento de cocaína desde San Juan de Unare, en la Península de Paria, hacia Trinidad y Tobago.
El chavismo, en boca de su fiscal, Tarek William Saab, insistió en que el vídeo mostrado por las autoridades estadounidenses, que exhibe la masacre de los narcomarineros, es falso, un fake informativo. Pero la realidad es que familiares y amigos de los 11 hombres que perdieron la vida en el ataque con misil han comenzado a mostrar su consternación y condena a través de las redes sociales.
Esta madrugada. Trump ha vuelto a amenazar a Venezuela, a la que ha advertido que si sus cazas ponen a las fuerzas de su país «en una situación peligrosa» estos «serán derribados». Por su parte, Maduro ha exigido a EEUU que «abandone su plan de un cambio de régimen violento en Venezuela y en toda América Latina y el Caribe». Venezuela está «todavía en la fase de lucha no armada, que es una fase política, comunicacional, institucional», pero, agregó, si «fuera agredida, de alguna forma, pasaría a una etapa de lucha armada, planificada, organizada, de todo el pueblo contra la agresión, sea local, regional o nacional», ha añadido
El estado oriental de Sucre, en especial Paria, permanece desde hace más de una década bajo el control de bandas de narcotraficantes, que lo han convertido en un territorio sin ley. Según el medio local El Pitazo, de los pocos que han podido acceder a la zona, la embarcación destruida era una lancha rápida de 12 metros de eslora y 4 motores, muy parecidas a las que surcan esas aguas para trasladar a migrantes de forma clandestina desde Venezuela hasta Trinidad y Tobago.
Ocho de los fallecidos, ya identificados con nombres y apellidos, eran vecinos de San Juan, padres de familia y muy conocidos en el pueblo, y los otros tres de Güiria, una población que suma una larga lista de tragedias en el mar. «¡Cómo te nos fuiste, mi hermano!», se quejaba el amigo de uno de los muertos en una fotografía en una de las playas de la localidad. «Me dejaste con el corazón en mil pedazos, nunca imaginé que irías tan pronto», sollozaba la pareja de otra de las víctimas, junto a una imagen familiar.
Una por una fueron apareciendo las imágenes de las víctimas de la narcolancha, pese a que el Gobierno de Caracas aseguró que se trataba de una simulación realizada con Inteligencia Artificial.
El gran interrogante del momento es por qué Maduro ordenó el sobrevuelo de sus aviones cuando ni siquiera reconocía el incidente previo y sabedor de la diferencia de poder destructor entre ambos ejércitos. «Asumo que se debe a una apuesta para levantar el patriotismo y el nacionalismo en el interior de Venezuela, pero se trata de una jugada muy arriesgada, con la presunción de que Estados Unidos no va a responder», disertó para EL MUNDO el politólogo John Polga-Hecimovich, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Academia Naval de EEUU.
«Es una provocación evidente, y hay niveles y procedimientos de cómo manejar esa provocación. Los suboficiales y pilotos de las Fuerzas Armadas son muy radicales, muy comprometidos con el chavismo. La revolución pretende que la amenaza de una invasión inminente sea permanente y más cuando están apretando para que la gente se aliste a las milicias», detalló a este periódico un militar rebelde venezolano, hoy en el exilio en España. Maduro ha asegurado que familias enteras se unirán a los ocho millones de milicianos de los que asegura disponer, una cifra extravagante absolutamente alejada de la realidad.
«Es una escalada en el despliegue de fuerzas. Los F-35 (que han salido hacia Puerto Rico) podrían negar parte del espacio aéreo marítimo venezolano al régimen de Maduro», sentenció el analista Víctor M. Mijares, director de Geoestrategos.
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