La Generación Z de Nepal sacude el país en 48 horas: 19 muertos, dimisión del primer ministro y arde el Parlamento

Decenas de miles de jóvenes descontentos con el desempleo juvenil se han manifestado en protesta por la prohibición de 26 redes sociales en el país Leer Decenas de miles de jóvenes descontentos con el desempleo juvenil se han manifestado en protesta por la prohibición de 26 redes sociales en el país Leer  

Las calles de Katmandú y otras ciudades nepalíes llevan dos días envueltas en caos y las consecuencias no han tardado en sentirse: 19 fallecidos y la dimisión del primer ministro del país, KP Sharma Oli. Decenas de miles de jóvenes se han manifestado en protesta por la prohibición de 26 redes sociales como Facebook, Instagram o WhatsApp. La violencia ha escalado rápidamente con la invasión y quema del Parlamento y de las residencias de algunos dirigentes. El ex primer ministro, Sher Bahadur Deuba, y su mujer han sido agredidos dentro de su casa. La violencia ha escalado rápidamente con la quema de llantas, lanzamiento de piedras e, incluso, un intento de invasión del edificio del Parlamento, cuyos accesos han estado cerca de salir ardiendo o la quema de residencias de algunos dirigentes. Como respuesta, la policía ha disparado balas reales, bolas de goma, cañonazos de agua a bocajarro y gas lacrimógeno.

Al descontento que vive el país contra las élites políticas desde la abolición de la monarquía en 2008 -el movimiento pro-monárquico cada vez tiene más peso-, la corrupción, el nepotismo, la desigualdad social o el malestar de sectores como el docente, sólo le hacía falta una chispa más para la implosión. El Gobierno impuso la semana pasada una prohibición a las plataformas sociales y aplicaciones de mensajería instantánea porque no habían cumplido con el plazo para registrarse bajo las nuevas regulaciones.

Esta circunstancia ha sido la gota que ha colmado el vaso de una Generación Z desilusionada y frustrada por la falta de oportunidades que afrontan. El desempleo juvenil afecta a alrededor del 20% de la población, mientras que los hijos de la clase dirigente parecen gozar de ventajas y comodidades exclusivas. Todo ello, exhibido en las redes sociales hasta su efímera prohibición.

Un detonante clave de las protestas en Nepal ha sido la creciente percepción que la juventud tiene sobre las familias de la élite gobernante, cuyos lujos contrastan con el resto de una población país mayoritariamente pobre. En redes sociales, el término nepo kids (un juego de palabras con nepotismo) se viralizó semanas antes de las protestas del lunes para referirse a los hijos de altos funcionarios y ministros, quienes muestran estilos de vida ostentosos pese a los modestos salarios oficiales de sus padres. Vídeos en TikTok e Instagram muestran a familiares de políticos viajando, posando junto a coches de alta gama o vistiendo ropa con marcas de diseñadores.

Uno de los vídeos que más frustración ha generado es el publicado en TikTok por Sayuj Parajuli, hijo del ex presidente del Tribunal Supremo de Nepal, Gopal Parajuli. En él aparece posando junto a vehículos costosos y pasando el rato en restaurantes de lujo. En el pie de foto aparece la frase: «Presumen abiertamente de coches y relojes de lujo en redes sociales. ¿No estamos ya hartos de ellos?». Otra publicación mostró imágenes similares de Saugat Thapa, hijo de Bindu Kumar Thapa, ministro de Derecho y Asuntos Parlamentarios del Gobierno del ya ex primer ministro, Oli. También se han editado imágenes con distintos hijos de la clase política mezcladas con otras que muestran la pobreza de la gente de a pie.

El primer ministro revocó esta medida el lunes tras las protestas lideradas por adolescentes y jóvenes adultos resentidos por la situación que vive la nación del Himalaya. Se trata de un proyecto de ley que no ha sido debatido en el parlamento pero que ha sido interpretado como una medida de censura.

A pesar de que la prohibición quedó en suspenso, las protestas han continuado durante el martes y Sharma Oli acabó presentando su resignación tras la presión de los manifestantes, quienes incluso prendieron fuego a su residencia. El anuncio llegó horas después de que el ministro de Interior, Ramesh Lekhak, también presentara su dimisión después de confirmarse el fallecimiento de los manifestantes.

La retirada de Oli, de 73 años de edad, se produce para «facilitar una solución al problema y contribuir a una resolución política», tal y como expresó en un comunicado. Era su cuarto mandato desde 2015 tras formar el año pasado un gobierno de coalición con el partido de centroizquierda, Congreso Nepalí. El país, enclavado entre China e India, ha tenido 13 gobiernos desde 2008.

Hanaa Singer-Hamdy es la coordinadora de Naciones Unidas en el terreno y confiesa que muchos de sus empleados «están llorando». En una entrevista publicada a través de las plataformas de la ONU, ha sostenido que su equipo «no ha visto violencia como ésta en su vida». También ha explicado que el Gobierno de Nepal pretendía que las compañías de las redes sociales se ajustaran «a las leyes internas» debido a que les «preocupaba la desinformación, el discurso de odio y la armonía social». El objetivo, explica, era «garantizar la supervisión y el monitoreo». Singer-Hamdy añade que esta decisión fue «ampliamente criticada» porque los jóvenes la consideran como «una restricción de la libertad de expresión y al acceso a los espacios digitales».

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha instado a que se abra una investigación por «la muerte y las lesiones de los manifestantes». Su portavoz, Ravina Shamdasani, ha declarado en un comunicado que las autoridades nepalíes deben «respetar y garantizar el derecho de reunión pacífica y la libertad de expresión».

Estos disturbios han sido los peores en décadas e incluso han resultado más violentos que los que propiciaron el fin de la monarquía hace casi 20 años. En 2006 se produjo un levantamiento popular que se saldó con al menos 18 muertos y que acabó con el reinado del último monarca de Nepal, Gyanendra Shah, dos años más tarde. Desde entonces, la inestabilidad política ha sido la pauta generalizada de una república incapaz de asentar mandatos duraderos con hasta 13 cambios de Gobierno en 17 años. El ambiente ha estado caldeado en los últimos meses y en marzo dos personas murieron durante una protesta de partidarios de Shah en la capital del país que pretendían restaurar la monarquía.

Entre abril y mayo de este año, docentes de todo el país iniciaron huelgas contra la reforma educativa y por la falta de avances legislativos. Lograron compromisos por parte del Gobierno, pero dejaron en evidencia una administración lenta y desatenta. El columnista de Nepal News, Ajay Das, ha destacado que los jóvenes que han salido a las calles de Katmandú y otras ciudades no han protestado únicamente por la prohibición de las redes sociales y menciona el hartazgo de los Generación Z por «la cleptocracia, la mala gobernanza, el clientelismo y la explotación de los recursos estatales por parte de unos pocos».

Das indica también que «sólo la Generación Z puede hacer de este país un lugar verdaderamente habitable», ya que serán ellos los que «pasarán los próximos 40 o 50 años en Nepal y no tendrán más remedio que enfrentarse a su mal gobierno y a quienes ostentan el poder». El Ejército nepalí ha instado a los jóvenes manifestantes a que muestren «moderación» y a que suspendan sus actividades.

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