La Ley de Vivienda fracasa en su primer año en vigor en Cataluña: suben los alquileres un 3,8% y se hunden los contratos un 10%

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Los datos oficiales de la propia Generalitat de Cataluña tras el primer año de vigencia oficial de la aplicación de la Ley de Vivienda reflejan por ahora un fracaso y un fiasco para los que necesitan alquilar y contradicen la versión del Gobierno de que esta norma con control de alquileres para zonas tensionadas es una solución.

La Generalitat de Cataluña ha hecho públicos los correspondientes al segundo trimestre de 2025 y fue un año atrás, en el segundo trimestre de 2024 el Govern empezó a aplicar oficialmente en su territorio esta normativa nacional de topes . El resultado es que cada vez hay menos oferta y es más cara, según la fotografía del mercado catalán del alquiler que se desprende de los propios datos del Instituto Catalán del Suelo (Incasòl).

En toda la comunidad autónoma, el precio medio del alquiler se sitúa en 854,70 euros, así que crece un 3,8% interanual, mientras que el número de contratos se desploma un 9,9%. De marzo a junio del pasado año se firmaron 29.311 contratos de alquiler en Cataluña y en el mismo período del actual, el último del que se ofrecen datos, se quedan en 26.416. El desplome es aún mayor si se compara el primer semestre de 2024 con el de 2025, porque la caída supera entonces el 15%.

¿Y en Barcelona capital? Con la ley en vigor, la actividad contractual no sólo no sube, sino que baja más que la media en Cataluña al superar el 10% de caída. La buena noticia sería que el precio medio del alquiler en Barcelona apenas habría subido un 0,35% con respecto a junio de 2024, pero tiene una letra pequeña que también es un revés para los defensores de la ley.

Por un lado, se mantiene a un nivel alto, 1.135,55 de precio medio, según la Generalitat -lo que iguala prácticamente todo un salario mínimo interprofesional mensual- y, por otro, se paga más por menos, según los agentes inmobiliarios. «Hay que hacer una lectura crítica de la experiencia de aplicación de la contención de rentas en los municipios declarados zona de mercado residencial tensionada (ZMRT)», según Carles Sala, que fue secretario de Vivienda de la Generalitat y actual portavoz de los agentes de la propiedad inmobiliaria. «El precio por metro cuadrado no ha descendido en ningún momento desde la aplicación del mecanismo de contención de rentas, al contrario, ha subido con fuerza (hasta los 16,56 €/m²) porque la media de la superficie de viviendas que se alquilan es menor».

Para este experto, «si el piso medio baja de 73 m² a 71 m² y el precio por metro cuadrado se ha encarecido en todo momento, el inquilino acaba pagando prácticamente lo mismo por menos vivienda», señala. Y hay otro agravante, la caída de contratos que, en su opinión, ronda ya el 17% en los de nueva firma, los que no incluyen renovaciones. «La contención de rentas beneficia a quien ya es inquilino, pero resulta letal para quien quiera entrar a vivir en alquiler, especialmente para los hogares más vulnerables, o los jóvenes», ¿Por qué? «Por la sensación de riesgo. La frase que más escuchan de los propietarios nuestros agentes inmobiliarios, no es tanto que estén preocupados por pérdida de beneficios, sino que no quieren problemas». Además, si la comparación en Barcelona no se hace interanual, sino intertrimestral de este año, los datos son peores, con un crecimiento del 4,75% de los precios.

En su comparecencia del pasado miércoles en el Congreso, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió en defender su regulación, porque «la política neoliberal de no intervención, de dejar hacer exclusivamente a las fuerzas del mercado lleva décadas naufragando, no solamente en España, sino también en otras muchas partes de Europa que sufren el alza de los precios de la vivienda».

Sin embargo, este fracaso por ahora en Cataluña en laLey de Vivienda da argumentos a los gobiernos autonómicos del PP que se resisten al llamamiento de la ministra, Isabel Rodríguez, a aplicar control de alquileres en sus territorios. Tampoco eso les libra de subidas de precios. Incluso en la ciudad de Madrid crecen algo más (5% frente al 3%) que en Barcelona, según datos del Observatorio del Alquiler, pero se mantienen más bajos y la oferta no decrece. «La Comunidad de Madrid se consolidaría como el territorio con más oferta del país, donde incluso podría subir con respecto a 2024 un 1,2%. Barcelona, en cambio, aunque es la segunda por volumen de oferta, volverá a ser uno de los lugares donde más se reducirá el número de viviendas que se ponen en alquiler residencial, con una caída estimada del 7,7%», señala el estudio del Observatorio.

El llamado Sindicato de Inquilinos sitúa la responsabilidad no en la ley, sino en los propietarios que no la aplican, pero el portavoz de los agentes inmobiliarios catalanes sostiene que los datos hablan por sí solos: «Cuando, un año después de aplicar la contención, tienes que salir a explicar que el precio/m² ha vuelto a subir y que hay menos contratos, el relato político se debilita. La medida no ha aumentado la oferta, no ha mejorado la accesibilidad y sí ha reducido la actividad». Además, para Sala este año está además «contaminado por la dinámica de los tres trimestres anteriores comprendidos entre junio de 2023 y marzo de 2024». Es decir, desde el mero anuncio de que habría topes en zonas tensionadas.

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