Buckingham diseña una agenda con carácter de ‘normalidad’ Leer Buckingham diseña una agenda con carácter de ‘normalidad’ Leer
No se destaca Trump precisamente por su discreción. Y, así, de su encuentro privado con el príncipe Guillermo en París -en mitad de los fastos por la reapertura de Notre Dame-, el presidente electo difundió a los cuatro vientos algo demasiado parecido a un parte médico de Carlos III. «Tuve una gran conversación con el príncipe. Y le pregunté por su esposa y me dijo que estaba bien. Y le pregunté por su padre y me contestó que está luchando muy duro; él ama a su padre y ama a su esposa, así que fue triste. Tuvimos una gran conversación durante un poco más de media hora. Tuvimos una gran, gran conversación», detalló el republicano con pelos y señales.
Las declaraciones de Trump generaron cierta alarma, porque daba a entender que, a diferencia de la positiva evolución de Kate Middleton, el diagnóstico del soberano británico seguiría siendo incierto. De ahí que, poco después, el Palacio de Buckingham tuviera que salir al paso para tranquilizar a la opinión pública sobre el estado de Carlos III, aunque se aclaró que su tratamiento contra el cáncer tendrá que continuar en 2025.
Inevitablemente, buena parte del Mensaje de Navidad del rey estuvo centrado en reflexiones muy íntimas sobre la salud: «Desde un punto de vista personal, quiero expresar un agradecimiento especial y sincero a los médicos y enfermeros desinteresados que, este año, me apoyaron a mí y a otros miembros de mi familia en las incertidumbres y ansiedades de la enfermedad, y contribuyeron a proporcionar la fuerza, el cuidado y el consuelo que necesitábamos».
Con todo, fuentes palaciegas tratan de dejar completamente atrás el annus horribilis de los Windsor, y en los últimos días se lanzan mensajes acerca de que ya están en marcha los preparativos de la agenda real para el próximo año, que se estaría diseñando sobre dos premisas muy esperanzadoras: la vuelta de la princesa Kate a la actividad institucional plena, lo que incluiría incluso algún viaje al extranjero, y, asimismo, salidas al exterior del propio Carlos III en un clima de relativa normalidad. El objetivo es mantener el impulso que la Corona ha tomado en los últimos meses con acontecimientos del relieve de la gira que los reyes protagonizaron en Australia y Samoa -aquí con motivo de la Cumbre anual de la Commonwealth– o las visitas de Estado con el monarca como anfitrión de los emperadores de Japón y del emir de Qatar.
El próximo vuelo de Carlos III se podría producir tan pronto como este enero. Porque todo apunta a que estará presente en Auschwitz (Polonia) para conmemorar el 80º aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi, el 27 de enero, junto a otros mandatarios internacionales. Otras citas vinculadas al final de la II Guerra Mundial en las que participarán los Windsor en 2025 incluyen el 80º aniversario del Día de la Victoria en Europa, el 8 de mayo, y el Día de la Victoria sobre Japón, el 15 de agosto.
Y, más allá, medios como The Mirror han informado de que Carlos y Camila también podrían realizar una gira asiática que les llevaría a India, Pakistán y Bangladesh, tres de las joyas del viejo Imperio y hoy importantes miembros de la Mancomunidad de Naciones. Un viaje así sería la mejor demostración de que el titular de la Corona progresa satisfactoriamente en su tratamiento.
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