La otra tragedia del terremoto: la prohibición del contacto entre mujeres y hombres pone en peligro la vida de las afganas

Las mujeres y las niñas, las más olvidadas en los rescates del seísmo, que deja ya 2.200 muertos Leer Las mujeres y las niñas, las más olvidadas en los rescates del seísmo, que deja ya 2.200 muertos Leer  

El terrible terremoto del pasado domingo en el este de Afganistán deja ya más de 2.200 muertos, mientras los equipos de rescate trabajan a contrarreloj para acceder a las aldeas más remotas de la región montañosa azotada por la tragedia. Las imágenes que llegan del sismo muestran a rescatistas y vecinos retirando escombros, hombres junto a los cuerpos de sus seres queridos cubiertos con mantas a la espera de que alguien se los lleve a la morgue y heridos siendo trasladados en sus propias camas ante la falta de camillas. Las mujeres brillan por su ausencia en la mayoría de imágenes y vídeos de la zona del desastre, no aparecen ni como víctimas ni ejerciendo de rescatistas y enfermeras en los hospitales de la zona.

Con el regreso al poder de los talibán en 2021, el régimen de Kabul ha borrado a las mujeres del espacio público. Les ha prohibido el acceso a la educación y el trabajo, coartando su libertad con formas cada vez más extremas, como hablar en público o interactuar con hombres que no sean de su familia. Este aislamiento se ha hecho más evidente con el terremoto del domingo, poniendo en riesgo la vida de miles de mujeres y niñas. Laprohibición del contacto entre mujeres y hombres sin parentesco -incluso en situaciones de emergencia- ha provocado que muchas mujeres heridas por el sismo no hayan sido atendidas, incluso algunas han sido abandonadas bajo los escombros, según relataron varios testigos a Radio Azad.

Los equipos de rescatistas y voluntarios que llevan días intentando acceder a las aldeas afectadas más remotas, están en su mayoría compuestos por hombres, debido a la orden talibán de prohibir a las mujeres el acceso al mundo laboral. Un hombre relató a la emisora que su mujer sufrió un aborto al no poder ser tratada tras el terremoto. «Cuando ocurrió el terremoto, estaba dando a luz, la situación pasó a ser muy grave», describió. «Ahora está en un hospital público pero no logra recuperarse. No hay doctoras para atenderla ni medicamentos«, añade. En la aldea Mazar Dara, en la provincia de Kunar, una de las más afectadas por el sismo, uno de los voluntarios rescatistas declaró al New York Times que su equipo dudó sobre rescatar o no a las mujeres.

Un portavoz del ministerio de Salud talibán, Sharafat Zaman, reconoció la escasez de trabajadoras sanitarias en las zonas devastadas por el terremoto, aunque prometió movilizar a mujeres sanitarias «para atender a las víctimas». Por su parte, la representante de ONU Mujeres en Afganistán, Susan Ferguson, alertó sobre la necesidad de dirigir la ayuda internacional a mujeres y niñas, que consideró «las más afectadas por este desastre». «Debemos asegurarnos de que sus necesidades sean la prioridad de la respuesta y la recuperación», aseguró en una rueda de prensa.

Pese a que las autoridades no han desglosado el número de fallecidos por sexo, los expertos creen que las mujeres suponen la mayoría de muertos debido a su forzada reclusión en los hogares. En el terremoto de Herat en 2023 -en el oeste del país- unas 1.500 personas murieron, el 60% mujeres, según datos de Unicef. Dos de cada tres personas heridas también eran mujeres, ya que en el momento del temblor la mayoría de hombres estaban trabajando en el campo. «Una catástrofe natural es un desastre aún mayor para las mujeres. Se nota desde el primer minuto del terremoto, cuando los hombres salen a la calle con lo puesto y las mujeres tardan más, porque se tienen que cubrir«, relata a este diario Rawari, una organización que monitorea violaciones de derechos humanos en Afganistán.

«Además de no ser atendidas por médicos, se exponen al peligro de ser atacadas a la intemperie, ante la falta de tiendas de campaña. Muchas mujeres tejen en sus casas y venden telas, el terremoto también destruye su única capacidad de subsistir. Es un desastre», añade. Algunas mujeres han perdido a todos sus familiares hombres en el terremoto, quedando aún más aisladas a nivel social. «Sin un familiar masculino, es muy difícil para las mujeres recibir asistencia. Muchas tienen primas en otras localidades, pero han quedado aisladas en sus aldeas porque los accesos están bloqueados tras el sismo», describe la organización.

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