Unos 5.000 trabajadores de estas compañías se beneficiarán de la medida Leer Unos 5.000 trabajadores de estas compañías se beneficiarán de la medida Leer
Doscientas empresas británicas se han comprometido a implantar la semana laboral de cuatro días a raíz de la campaña y el programa piloto emprendido hace dos años por la 4 Day Week Foundation. Un total de 5.000 trabajadores, en sectores que van del marketing a la tecnología, del asesoramiento financiero a los cuidados sociales y la ONGs, se han beneficiado de los cambios en la relación laboral, que se han traducido -según sus impulsores- en un aumento de la productividad, en una mejora de la salud y el bienestar de los empleados y en una reducción de las emisiones de CO2.
«La jornada laboral de 9 a 5, cinco días a la semana, se inventó hace 100 años, ya no cumple su función y necesita una puesta al día«, sostiene Joe Ryle, director de la campaña que está teniendo un notable impacto en la opinión pública británica, como contrapunto a los mensajes imperiosos de «vuelta a la oficina» impulsados en los últimos meses por grandes compañías como Amazon y bancos como JP Morgan Chase.
«La semana laboral de 32 horas en cuatro días, sin una pérdida salarial, es una situación en la que tanto las empresas como los trabajadores salen ganando», advierte Rye, que destaca cómo el 92% de las compañías que participaron en el programa piloto la han seguido aplicando y el 86% de los trabajadores se han mostrado favorables al cambio en sus rutinas.
59 empresas de Londres llevan la delantera, aunque la tendencia se está implantando en toda la geografía británica. El distrito local de South Cambridgeshire abandera la iniciativa en el sector público, tras las ganancias en productividad y el ahorro aproximado de 430.000 euros en un año durante el programa piloto.
El Gobierno laborista ha dado luz verde a otros distritos para abonarse a la medida y la viceprimera ministra Angela Rayner se ha mostrado favorable a su implantación, aunque el impulso político no ha llegado a cuajar desde la llegada a Downing Street de Keir Starmer y el Partido Conservador ha respaldado firmemente la vuelta a la oficina en la era posterior a la crisis sanitaria.
Uno de los máximos impulsores de la semana de cuatro días ha sido precisamente el diputado laborista Peter Dowd, que en el 2022 presentó en el Parlamento una proposición de ley para reducir a 32 horas la jornada semanal y facilitar su implantación en las islas británicas.
«El modelo de nueve a cinco que sigue prevaleciendo en occidente fue diseñado para una economía industrial y agrícola que no refleja las necesidades del mundo moderno», advierte Dowd. «El Reino Unido es uno de los países con las jornadas laborales más largas, y sin embargo somos una de las economías menos productivas».
El 78% de los trabajadores de 18 a 34 años considera que la jornada semanal de cuatro días será una norma en los próximos cinco años y el 65% se muestra contrario a un trabajo a tiempo completo en la oficina, según un sondeo de Spark Market Research. «La fuerza laboral de los próximos cincuenta años no quiere volver a los viejos modelo de trabajo», asegura a The Guardian Lynsey Carolan, directora de Spark. «La salud mental y el binestar son prioritarios para esta generación, y la semana laboral de cuatro días va a ser vital para mejorar la calidad de vida».
El 71% de los trabajadores que participaron en el programa piloto de la 4 Day Week Foundation aseguraron sentirse menos «quemados» por la sobrecarga de trabajo y el 39% reconoció una mejora notable en los niveles de ansiedad y estrés. A las ventajas laborales y sociales se unen además las ambientales: una semana laboral de cuatro días supondría el ahorro de 127 toneladas de CO2 al año, el equivalente a las emisiones de 27 millones de coches privados en el mismo tiempo.
Tres de cada cuatro británicos opina que la semana laboral de cinco días en la oficina va en detrimento de su salud mental y física y en general de su bienestar, de acuerdo con otro sondeo de International Workplace Group. El 85% de los que se beneficiaron del «modelo híbrido» tras la pandemia admite tener una mayor «satisfacción laboral», el 76% aseguran estar más «motivados» y el 74% afirma que son más productivos.
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