«Le metieron un palo en la boca, le colocaron un embudo, le apretaron la nariz y le forzaron a tragar una sopa podrida»: así ‘celebra’ el régimen cubano el cuarto aniversario del 11J

El Gobierno de Díaz-Canel tortura al líder opositor, José Daniel Ferrer, símbolo del día en que los cubanos se hartaron de la dictadura y decidieron salir a la calle a protestar de forma pacífica Leer El Gobierno de Díaz-Canel tortura al líder opositor, José Daniel Ferrer, símbolo del día en que los cubanos se hartaron de la dictadura y decidieron salir a la calle a protestar de forma pacífica Leer  

El régimen cubano celebró el cuarto aniversario del 11J como mejor sabe. Desde hace días decidió quebrar a golpes y torturas al líder disidente, José Daniel Ferrer, uno de los símbolos del día en que los cubanos se hartaron de la dictadura y decidieron salir a la calle a protestar de forma pacífica. El día en que se rompió el silencio tras décadas bajo la bota militar.

A Ferrer, que lleva 16 días en huelga de hambre, «le golpearon con saña, le introdujeron un palo en la boca, le colocaron un embudo, le apretaron la nariz y le forzaron a tragar una sopa podrida», revelaron sus familiares, quienes le encontraron durante su visita a la cárcel con múltiples chichones en la cabeza, hematomas por todo el cuerpo, el oído izquierdo reventado…

Amenazas parecidas penden sobre las 752 personas (de un total de 1.158 prisioneros políticos) que permanecen en las cárceles cubanas por salir a la calle el histórico 11J, según las investigaciones realizadas por Prisoners Defenders. Líderes sociales de la importancia del artista Luis Manuel Otero Alcántara, apresado cuando se dirigía a la manifestación de aquel día en el Malecón habanero. O del dirigente opositor Félix Navarro, de 72 años, liberado durante unas semanas este año, como Ferrer, gracias a los acuerdos con Estados Unidos y el Vaticano, pero encarcelados de nuevo una semana después de la muerte del papa Francisco para demostrar que la revolución cubana juega con la vida de sus rehenes con el único objetivo de mantenerse en el poder.

«Hay personas que les dan golpes y les ponen más duras. De no ser así, no hubiera existido un Nelson Mandela, un Malcolm X«. El rapero Maykel Osorbo consiguió enviar un audio a sus más cercanos desde la prisión provincial de Pinar del Río. Autor también del himno Patria y Vida, es otro de los disidentes que no se rinde. Como Sayli Navarro y Sissi Abascal, como Donaire Pérez, líder de la comunidad yoruba, la primera en salir de prisión durante las excarcelaciones de enero, castigada meses después por exigir la liberación de su esposo y por contar sus vivencias a la comunidad internacional.

Dirigentes conocidos y personas del común permanecen hoy en prisión porque el Gobierno de Miguel Díaz-Canel, que hace cuatro años dejó para la historia de la isla la «orden de combate» para acabar a sangre y fuego con la primera rebelión popular masiva contra el castrismo, ha apostado por la represión para permanecer en el poder. La crisis sistémica, que golpea especialmente con la escasez de alimentos, el desabastecimiento de medicinas y los constantes apagones eléctricos de entre 20 y 4 horas, es aún más aguda que en 2021 y la mejor receta gubernamental contra ella es la represión.

«El 11J fue el parteaguas popular de una revolución, con un pueblo harto y esquilmado en su nombre. Y la historia, llena siempre de ironías, quiere que los violentos de ayer, de hoy y de siempre, intenten defender su burbuja, con el relato de su terrorismo original proyectado contra una sociedad excepcionalmente decente. El 11J es la historia cívica de nosotros: los buenos de una película rota«, resume desde el interior de la isla Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática (CTDC).

El presidente del CTDC es precisamente el preso político José Daniel Ferrer, cuyo estado de salud ante los malos tratos vuelve a preocupar dentro y fuera de la isla. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) presentó el pasado miércoles ante la Relatora Especial sobre la Tortura de la ONU una denuncia y acción urgente por «riesgo inminente para la vida».

Varios colectivos cubanos en el exilio aprovecharon la fecha para denunciar la barbarie del castrismo y para reclamar ayuda del mundo ante su calvario de décadas y ante la represión, como se encargó de recordar Justicia 11J: fueron más evidentes en junio de este año, gracias a las protestas universitarias contra el aumento de las tarifas de Internet, y entre octubre y noviembre del pasado, por el colapso eléctrico.

En paralelo, dos grupos misteriosos, Los Excluibles y las Autodefensas del Pueblo, han reivindicado varios actos de protesta contra símbolos del régimen, como la quema de una gigantografía de Fidel Castro en el barrio de los médicos de Cienfuegos. El Gobierno de Miguel Díaz-Canel pretende celebrar el natalicio del líder supremo el año que viene, que coincidirá con la celebración, «en condiciones desafiantes», del noveno Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).

En julio del año que viene se cumplirá también el primer año de las duras medidas puestas en marcha desde Washington, que contemplan una especie de examen para comprobar los avances de La Habana hacia una presunta transición democrática. «[Los cubanos] nos inspiran cada día, sabemos el riesgo que enfrentan en esa isla oprimida. Desde Estados Unidos tienen nuestro apoyo», disparó Marco Rubio, el primer secretario de Estado cubanoamericano de la Historia.

«Ante los intentos de injerencia, una isla en pie», se defendió ayer el Granma, órgano oficial del PCC. «Cuba está firme porque somos un pueblo que sabe pelear», redondeó Díaz-Canel en sus redes sociales. Ante el verano «peligroso» que acomete, tras reconocer que los apagones se van a suceder en medio de las tórridas temperaturas caribeñas, el mejor plan del Gobierno cubano será de nuevo la represión.

 Internacional // elmundo

Te puede interesar