La salida de Colombia, Argentina y Perú aporta 1.500 millones y permite salir de alguna de las regiones más conflictivas en las que la empresa española tenía presencia Leer La salida de Colombia, Argentina y Perú aporta 1.500 millones y permite salir de alguna de las regiones más conflictivas en las que la empresa española tenía presencia Leer
Telefónica ha tardado en hacer efectivas las palabras de su presidente, Marc Murtra, en su primera junta de accionistas. Apenas cuatro días después de consolidar su foco en Europa e insistir en el objetivo de salir de Latinoamérica, el grupo cerró la venta de su filial de Perú por 900.000 euros y la asunción de las deudas de la sociedad, en concurso de acreedores.
En apenas cuatro meses en la presidencia de Murtra, Telefónica se ha desprendido de sus operaciones en Colombia, Argentina y Perú, sociedades que todas juntas sumaban alrededor de 20.700 empleados, un 20% del total del grupo, según su informe anual, y habían ocasionado con regularidad pérdidas millonarias en los últimos años. Solo en 2024, 1.327 millones de euros en el caso de Argentina, 872 millones en el de Perú y 41 en el caso de Colombia. En total, la empresa española percibirá 1.550 millones de euros, 1.190 millones de ellos de la venta del negocio argentino.
El rendimiento de estos mercados latinoamericanos lleva años siendo una losa para Telefónica tanto en bolsa como a nivel operativo, ya que por mucho que ha simplificado sus operaciones, el complicado entorno macroeconómico en algunos países, la debilidad de sus divisas o las propias dinámicas del mercado habían convertido estas tres geografías en un quebradero de cabeza para la dirección del grupo, obligada a hacer deterioros contables casi bianuales.
En el caso de Colombia, la operación de venta al grupo Milicom aún necesita cerrarse oficialmente, pero en los otros dos mercados Telefónica ha firmado y cerrado las operaciones en el mismo momento, algo muy inusual y que supone que el operador español ha renunciado a pedir un precio mayor con tal de evitar el riesgo regulatorio o las repercusiones negativas que pudieran tener los meses entre el anuncio y cierre del trato (o el posible bloqueo como es el caso de Argentina).
Esta expeditiva salida ha sido celebrada por el mercado en el caso de Perú, ya que las acciones subieron un 3,14%, algo por encima de la media del Ibex 35 en una operación aprobada por la mayoría de los analistas. «El precio de venta es compatible con la difícil situación por la que atraviesa Telefónica del Perú. Esta operación le permite a Telefónica disminuir el riesgo considerablemente», señalan desde Renta 4.
«No es solo que Telefónica venda sus operaciones en Perú, sino que en el peor escenario lo hará con un precio mayor en la que lo valorábamos. Sin embargo, consideramos que la ejecución de su estrategia de salida de Hispam es más importante y Perú fue de lejos su peor mercado en 2024«, apuntan en Banco Santander.
Que un precio de 900.000 euros sea celebrado en el mercado habla a las caras del problema que estaba representando el mercado peruano para Telefónica. El grupo aún conservaba cuotas por encima del 30% en banda ancha, móvil y televisión de pago, donde es el mayor operador del país, sin embargo la losa regulatoria de sus eternas disputas fiscales con el Gobierno del país habían convertido el mercado en un pozo sin fondo de provisiones y ajustes y terminado por dañar la competitividad del grupo con procesos eternos que dispararon el pago de intereses. La compañía, que ha llegado a provisionar más de 950 millones de euros por estas disputas, pagó 350 millones de euros este año por sus impuestos de sociedades en el 2000 y 2001 y está inmersa en un proceso de arbitraje internacional con el Estado del país. Un buen resumen de la situación es que de las 123 páginas que tiene la memoria anual de Telefónica Perú de 2024, 60 se dedican a detallar estos conflictos.
Ahora, el cierre de este capítulo no solo libera de manos al grupo para centrarse en Europa, sino que pone los ojos en los otros mercados que estarían a la venta. Chile, donde este año también se aplicó un deterioro del negocio, México, Ecuador, Uruguay y Venezuela, que es la que se considera más complicada de vender, aunque fue el mercado que dio mayor beneficio de los mencionados.
Con todo, se trata de mercados que, con sus problemas, no tienen la gravedad de Perú, especialmente en el caso de Uruguay, que ya ha tenido interesados en su compra, y por los que el grupo podría seguir ingresando efectivo destinado a implementar esa «disciplina financiera de hierro» que prometió Murtra en la pasada junta para luego consolidar en Europa, la nueva gran prioridad del grupo.
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