Pagar a plazos el café o la hamburguesa: los riesgos de la tendencia estadounidense de fraccionar pagos pequeños que podría llegar a España

Los expertos recomiendan tener un presupuesto que incluya una cantidad para gastos de ocio y un fondo de emergencia. Además, rechazan la idea de fraccionar los pagos en gastos básicos Leer Los expertos recomiendan tener un presupuesto que incluya una cantidad para gastos de ocio y un fondo de emergencia. Además, rechazan la idea de fraccionar los pagos en gastos básicos Leer  

Compra una hamburguesa ahora, págala después…y a cuotas. En Estados Unidos, las aplicaciones de Buy Now, Pay Later (BNPL), como Klarna o Afterpay, permiten pagar a plazos billetes de avión, un móvil nuevo de última generación, y cada vez más frecuente, los alimentos o insumos básicos. El 25% de consumidores estadounidenses ya fraccionan el pago en supermercados o para adquirir comida, 11 puntos más que en 2024, según Lending Tree.

Y aunque pagar un café o la compra semanal a plazos parece inofensivo e incluso innecesario, en redes sociales se llenan de preguntas como «¿usar BNPL para un burrito es realmente mala idea?«. Varios medios estadounidenses ya mencionan la alianza entre DoorDash -empresa de comida en línea- y Klarna, que les permite comprar un burrito o un pedido de McDonald’s y pagarlo en cuatro cuotas sin intereses.

«Se está casi banalizando el concepto de endeudamiento», señala Jordi Martínez, coordinador del programa EFPA de Educación Financiera. Y es que este es un concepto que no se considera porque las aplicaciones suelen ofrecer servicios sin intereses. «Por un lado, tienen contento al cliente para que pague poco cada mes, pero le permite hacer muchas más ventas. Parece un win-win, pero tiene algo escondido», explica. Así, aunque resulte interesante pagar ciertas cosas a plazos, el principal riesgo es la acumulación silenciosa de deuda. Los consumidores muchas veces no vinculan estas microtransacciones con su presupuesto, lo que provoca sorpresas en el estado de cuenta o problemas para cubrir gastos esenciales.

Además, los intereses cero se cumplen si se hace el pago en los plazos establecidos. «Si realmente llega un día que al vencimiento no puedes pagarlo, entonces te van a cobrar una comisión o intereses y la deuda se va a hacer más grande», desglosa el experto.

Pero, ¿es algo que puede cruzar el Atlántico y llegar a España? Para Martínez, es una tendencia que se acerca y llegará antes de lo que se espera. «Ya lo hemos visto en la compra de entradas para conciertos que muchos pagan a plazos», asegura. Una entrada de 120 euros no está al alcance de todos, pero quienes no tienen el presupuesto suficiente y aún quieren ir toman la decisión de pagarlo a cuotas. «Tiene el peligro de que va a ir afectando el presupuesto personal de cada mes», apunta el experto.

De hecho, Klarna ya está en España y a pasos firmes. Solo en los primeros tres meses de 2025, la plataforma de pagos sueca creció un 56% y alcanzó los 1,8 millones de consumidores activos. Además, está ampliando su red de comercios y estableció nuevas alianzas con Wallapop, Primor, Ticketmaster o TikTok Shop, por lo que no está lejos de aplicarse a productos básicos. «Hoy en España puedes comprarte una camiseta de 12 euros a plazos o las entradas al fútbol», señala Martínez.

Gran parte del crecimiento de este tipo de aplicaciones se debe a la tecnología, pero también al público al que se dirigen, en su mayoría. «Los consumidores que más utilizan estos servicios son la gente joven porque normalmente son plataformas online«, reconoce el coordinador del programa EFPA de Educación Financiera, lo que les hace atractivas. Esto más el miedo al FOMO (miedo a perderse algo) puede ajustar mucho el bolsillo de los consumidores, especialmente si son más jóvenes.

A largo plazo, esto puede generar «estrés financiero», un estado de constante angustia o preocupación por la situación económica. «Si tú tienes pequeñas deudas que se van sumando, llegará un mes que te costará mucho más llegar al final», explica Martínez. Y, con una mayor presión, los riesgos no se quedan solo en el entorno financiero, sino que pasan los límites al bienestar emocional y físico, a lo que el experto llama «un coste oculto».

En caso de compras grandes y necesarias, los pagos a plazos pueden ser una opción recomendable. En el caso de gastos pequeños y de ocio, puede llegar a convertirse en un endeudamiento fantasma. Por esto, Martínez recalca la importancia de tener un presupuesto que incluya una cantidad destinada a las actividades de descanso. Y, sobre todo, recomienda no fraccionar los gastos básicos.

Después, en actividades como conciertos, la opción de fraccionar los pagos puede ser accesible «si tienes el dinero. Si no, es mejor que ahorre y hagas el gasto más adelante». En estos casos, el método de esperar 24 horas para decidir gastar dinero en un producto porque muchas veces después de un día se renuncia a ese gasto.

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