Patrullas de drones, la clave del sistema japonés para alerta de terremotos y tsunamis

Creado tras el accidente nuclear de 2011 en Fukushima, estos aparatos están conectados a a la red nacional de avisos en tiempo real y recibe incluso informaciones de lanzamientos de misiles norcoreanos Leer Creado tras el accidente nuclear de 2011 en Fukushima, estos aparatos están conectados a a la red nacional de avisos en tiempo real y recibe incluso informaciones de lanzamientos de misiles norcoreanos Leer  

Apenas unos minutos después de que el miércoles por la mañana saltaran las primeras alertas de tsunami en varias regiones costeras de Japón, sobre la playa de Ichinomiya comenzaron a sobrevolar dos drones que recorrieron varias veces los 7,5 kilómetros de costa. Llevaban altavoces con los que advertían a los bañistas que evacuaran inmediatamente el lugar y buscaran algún terreno elevado para refugiarse.

Ichinomiya, en la prefectura de Chiba, fue una de las ciudades japonesas que acabaron sumergidas tras el devastador terremoto y posterior tsunami de 2011. Tras la catástrofe, las autoridades se dieron cuenta de que no podían asegurarse que los sistemas de alerta convencionales, avisos a través de mensajes de texto al móvil y el ruido de las sirenas, llegaran hasta las personas que se encuentran en la playa. Entonces, decidieron crear su propio sistema de señal de desastres basado en drones. Este se conectaría a la red nacional de alertas de emergencias en tiempo real, la popular J-Alert, reconocido mundialmente por su velocidad y alcance.

En Ichinomiya se gastaron más de 270.000 euros en contratar a una empresa tecnológica de Tokio para instalar estaciones especializadas para drones en tejados de las oficinas municipales y de una escuela. Cada vez que se emite una alerta por terremoto o tsunami, dos drones despegan de forma autónoma y patrullan toda la costa haciendo sonar su particular bocina.

Tan solo diez minutos después de que el potente terremoto de magnitud 8,8 sacudiera la costa de la península de Kamchatka, en Rusia, el Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico, coordinado por la UNESCO, emitió un aviso inicial que cubría las zonas de mayor riesgo, en particular la costa rusa y la japonesa. A los 20 minutos, la amenaza por la posible llegada de grandes olas oceánicas fue retransmitida a centros nacionales a lo largo de la costa del Pacífico, activando inmediatamente los protocolos de evacuación en muchos países.

Después de que uno de los seísmos más potentes jamás registrados agitara esta semana todo el Pacífico, los expertos internacionales en desastres coinciden en que la nota positiva de este gran susto ha sido el éxito de los sistemas de alerta en los países afectados, desde Japón hasta Chile, pasando por los claros avisos que se emitieron en las televisiones de Hawái.

Desde la UNESCO destacaron también que su sistema de alerta, en coordinación con los nacionales, se extendió con rapidez por todos los rincones, proporcionando pronósticos detallados de la altura de las olas y las inundaciones. «Esta oportuna alerta demuestra una vez más el papel crucial de la cooperación científica internacional ante los peligros naturales», señaló Audrey Azoulay, director general del organismo de la ONU, que se apoya en una vasta red de sensores y mareógrafos que cubren las cuencas oceánicas del Pacífico, el Índico, el Caribe, el Atlántico Nororiental y el Mediterráneo, y que fue creado tras el tsunami del Océano Índico de 2004, en el que murieron más de 220.000 personas.

El J-Alert fue lanzado también en 2004 por la Agencia de Gestión de Incendios y Desastres (FDMA) de Japón, que recibe información en tiempo real de varias agencias nacionales e internacionales sobre todo tipo de emergencias (incluso lanzamientos de misiles norcoreanos) y transmite los datos a través de redes de satélite a estaciones terrestres que están repartidas por todo el país todo el país.

En Hokkaido, al norte de Japón, fue el primer sitio en el que el miércoles, tras el terremoto, se activaron inmediatamente todas las alarmas de un tsunami con olas de hasta tres metros (al final no superaron el metro y medio). El sistema J-Alert envió rápido las alertas a los móviles y su aplicación hermana, Safety Tips, hizo lo mismo en inglés y otros idiomas para los residentes y turistas extranjeros. En Japón, al igual que ocurre en China y en otros países asiáticos, es habitual que muchos municipios envíen además alertas a los móviles con el parte meteorológico del día, especialmente si vienen tormentas o golpea el calor extremo.

«Desde el accidente nuclear de Fukushima de 2011, hay una legislación que todo el mundo conoce y que establece unas reglas muy claras sobre las competencias en la gestión de emergencias, lo que garantiza una respuesta rápida y coordinada en todos los niveles. Además, todos los japoneses conocen a la perfección los protocolos de evacuación porque se hacen muchos simulacros», explica la española Carmen Grau, investigadora en la Universidad de Waseda, en Tokio, donde lleva 15 años dedicada a la gestión de desastres. Su trabajo consiste en recopilar información sobre cómo se preparan los japoneses ante catástrofes naturales, con vista a poder aplicar sus métodos en otros países.

La investigadora cuenta que en todas las ciudades y pueblos de Japón se establecen puntos seguros para evacuar. Si en una de las emergencias hay un fallo eléctrico, todas las localidades cuentan con radios en escuelas, centros deportivos y comunitarios para poder comunicarse. También, cada año, los técnicos del Gobierno se pasean por los ayuntamientos para impartir talleres sobre cómo se deben coordinar los operativos de evacuación y de rescate.

«Uno de los secretos del éxito de la respuesta temprana en Japón es la preparación previa. En los colegios se imparten cursos y las empresas forman a sus empleados para que sepan cómo actuar en caso de fuertes tifones, terremotos, etc. Cuando hay alertas importantes, las compañías priorizan ante todo la evacuación de los empleados y paralizan la producción», continúa la experta.

Cada vez que hay alertas de terremotos o tsunamis en Japón (un país ubicado sobre cuatro placas tectónicas en el que hay alrededor de 1500 terremotos al año, aunque la gran mayoría ni se sienten), además de usar el sistema J-Alert, las autoridades proyectan en trenes, aeropuertos y centros turísticos vídeos animados didácticos en varios idiomas sobre cómo responder a los desastres. Otra particularidad es que las guías de evacuación y mapas de refugios seguros ante terremotos o tsunamis se pueden encontrar a la vista de todos en hoteles, edificios públicos y estaciones de tren.

 Internacional // elmundo

Te puede interesar