Putin recibe a sus autócratas favoritos en una capital acorazada

Se reúne con los líderes de Venezuela, Cuba, Mongolia y Congo, y hoy verá a Xi Jinping Leer Se reúne con los líderes de Venezuela, Cuba, Mongolia y Congo, y hoy verá a Xi Jinping Leer  

La cobertura móvil falla, los aeropuertos cierran durante horas por ataques de drones, gimnasios y tiendas tienen que reducir sus horarios y las aplicaciones bancarias y de comida a domicilio parpadean en el móvil con interrupciones de servicio. No es una invasión extranjera, sino los efectos de la propia. Moscú es una ciudad fortificada de cara al Día de la Victoria, que Vladimir Putin celebrará por todo lo alto mañana viernes aprovechando para mostrar junto a casi una treintena de líderes extranjeros que, a pesar de la agresión a Ucrania, no está tan aislado como Occidente cree.

Ensayo general del Día de la Victoria sobre los nazis.
Ensayo general del Día de la Victoria sobre los nazis.S. IlnitskyEfe

El Kremlin teme que el desfile pueda ser interrumpido por un ataque ucraniano. Rusia ha desarrollado una serie de ‘paraguas’ electrónicos sobre Moscú y sus instalaciones clave, con capas internas muy avanzadas sobre edificios estratégicos y una compleja red de defensas aéreas para derribar drones antes de que lleguen al Kremlin en el corazón de la capital. Las medidas de protección están causando trastornos a los moscovitas. Pero, según el portavoz del Kremlin, los ciudadanos deben tratar esto «con comprensión». «Debemos tener en cuenta el barrio, digamos, peligroso que tenemos», añadió. Más de tres años después de intentar tomar Kiev, la invasión rusa de Ucrania devuelve esquirlas de esa guerra a la población rusa.

Drones ucranianos atacaron Moscú por tercer día el miércoles, obligando a la mayoría de los aeropuertos de la capital rusa a cerrar horas antes de que llegase el presidente chino, el invitado más importante de este 85 aniversario de una victoria que Putin quiere que sea eterna.

Se espera que asistan 29 líderes, incluido el presidente Xi Jinping, y el líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. «A pesar de la actitud hostil hacia Rusia por parte de varios países occidentales, estamos celebrando con mucho éxito un evento a gran escala», se felicitó Yuri Ushakov, el principal asesor de política exterior de Putin. Las comitivas de líderes extranjeros son recibidas en el Kremlin por una cinta gigante de San Jorge, un símbolo imperial recuperado con el régimen ruso al calor de sus primeras conquistas en Ucrania en 2014.

El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, en su llegada a Moscú.
El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, en su llegada a Moscú.Efe

El presidente ruso se vio ayer con los líderes de Venezuela, Cuba, Mongolia y la República del Congo, los primeros de una lista de invitados donde predominan los dictadores y autócratas de diverso pelaje ideológico. Putin y el líder venezolano, Nicolás Maduro, firmaron un acuerdo de asociación estratégica. El Kremlin evitó proporcionar detalles del mismo, aunque Interfax avanzó que los dos líderes discutieron sobre energía y petróleo. Hoy jueves Putin recibirá a Xi Jinping en Moscú. Se esperan conversaciones de las dos delegaciones y también un cara a cara, así como una ceremonia de firma de documentos y una cena de gala. Xi ha pedido conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania y ha acusado a Estados Unidos de avivar la guerra con el suministro de armas a Kiev. Las tropas chinas marcharán por la Plaza Roja. Durante las últimas horas ya han sido vistas por las calles del centro, cantando canciones militares rusas y saludando a los sorprendidos moscovitas.

Las autoridades de Letonia y Lituania prohibieron al avión del presidente serbio, Aleksandar Vui, volar por su espacio aéreo para acudir al desfile de Putin. Según el periódico serbio Blic, el aparato tuvo que hacer una parada inesperada en Bakú (Azerbaiyán) al no poder continuar en ese momento su vuelo a Moscú debido a las restricciones de vuelo introducidas en los aeropuertos de Moscú por los ataques de drones ucranianos. No llegó a la capital rusa hasta la tarde. Moscú interrumpió el miércoles varias veces la llegada y salida de aviones. Decenas de vuelos fueron cancelados. La amenaza ucraniana afectó a al menos 60.000 pasajeros.

La tempestad que encaró Vui no sólo era de objetos voladores, sino también política. Según los medios de comunicación serbios ‘Veernje novosti’ y ‘Kurir’, las autoridades letonas denegaron el sobrevuelo, alegando «la sensibilidad política del propósito del vuelo». Las autoridades lituanas alegaron «sensibilidad técnica y diplomática» en su negativa. Polonia y Lituania también denegaron previamente el acceso al espacio aéreo al primer ministro eslovaco, Robert Fico, que también va a asistir a las celebraciones. Estonia, por su parte, prohibió a Cuba y Brasil utilizar su espacio aéreo.

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