El actor Sergio Peris-Mencheta está promocionando su último trabajo teatral, Blaubeeren y acaba de publicar un libro llamado 730 días, en el que recoge el proceso por el que pasó en su lucha contra la leucemia que le diagnosticaron hace un año y medio y de la que está recuperado, aunque deja claro que «hasta los 10 años no te dan por liberado de la espada de Damocles» y por tanto, no se da a un paciente por sanado del todo.
El actor contaba a Informativos Telecinco que su proceso de sanación fue duro, pero que la inactividad disparó su creatividad. «Tampoco tenía posibilidades de despistarme con otra cosa; estaba en una habitación con un gotero que tampoco me permitía irme al cine ni nada, y supongo que eso me ha ayudado a poder centrarme tanto en mi faceta personal como en la creativa», explicaba.
Y aunque ahora recupera su vida poco a poco, lidia con los efectos secundarios del tratamiento, que incluyó un trasplante de médula y medicación muy fuerte. «Me encuentro lidiando con efectos secundarios, con un avance muy poco a poco, con las manos hinchadas, náuseas, los pies y las rodillas se me hinchan… todas las articulaciones dan guerra. Por suerte, la cabeza más o menos va funcionando», contaba.
Sobre esto último, su cabeza, tuvo también algunos problemas. «He tenido sustos, porque de repente tenía vacíos de memoria que luego he visto, porque Marta (su esposa) y yo grabamos un documental del proceso y he visto imágenes que no recordaba, como si no hubieran pasado, menos mal que se grabaron porque no tengo conciencia de haberlas vivido», revelaba.
El actor se trató de la leucemia en un centro médico de Los Ángeles (EE UU), donde estuvo ingresado varias semanas y del que regresó el mes de julio pasado, hace ya casi un año.
El actor se recuperó de la leucemia, pero aún lidia con los efectos de la medicación que tuvo que tomar.
El actor Sergio Peris-Mencheta está promocionando su último trabajo teatral, Blaubeeren y acaba de publicar un libro llamado 730 días, en el que recoge el proceso por el que pasó en su lucha contra la leucemia que le diagnosticaron hace un año y medio y de la que está recuperado, aunque deja claro que «hasta los 10 años no te dan por liberado de la espada de Damocles» y por tanto, no se da a un paciente por sanado del todo.
El actor contaba a Informativos Telecinco que su proceso de sanación fue duro, pero que la inactividad disparó su creatividad. «Tampoco tenía posibilidades de despistarme con otra cosa; estaba en una habitación con un gotero que tampoco me permitía irme al cine ni nada, y supongo que eso me ha ayudado a poder centrarme tanto en mi faceta personal como en la creativa», explicaba.
Y aunque ahora recupera su vida poco a poco, lidia con los efectos secundarios del tratamiento, que incluyó un trasplante de médula y medicación muy fuerte. «Me encuentro lidiando con efectos secundarios, con un avance muy poco a poco, con las manos hinchadas, náuseas, los pies y las rodillas se me hinchan… todas las articulaciones dan guerra. Por suerte, la cabeza más o menos va funcionando», contaba.
Sobre esto último, su cabeza, tuvo también algunos problemas. «He tenido sustos, porque de repente tenía vacíos de memoria que luego he visto, porque Marta (su esposa) y yo grabamos un documental del proceso y he visto imágenes que no recordaba, como si no hubieran pasado, menos mal que se grabaron porque no tengo conciencia de haberlas vivido», revelaba.
El actor se trató de la leucemia en un centro médico de Los Ángeles (EE UU), donde estuvo ingresado varias semanas y del que regresó el mes de julio pasado, hace ya casi un año.
20MINUTOS.ES – Gente