«¿Pero no se dan cuenta de que la CDU es el primer enemigo de la AfD, que somos el partido a envenenar? No ha habido ni habrá colaboración con la AfD», ha repetido el candidato Merz. Leer «¿Pero no se dan cuenta de que la CDU es el primer enemigo de la AfD, que somos el partido a envenenar? No ha habido ni habrá colaboración con la AfD», ha repetido el candidato Merz. Leer
Las calles alemanas rugen contra la ultraderecha, aunque las manifestaciones vividas estos últimos días están viciadas. La proximidad de unas elecciones ha desencadenado una lucha contra el partido que encabeza las encuestas, la Unión Cristianodemócrata (CDU), de Friedrich Merz. En esa estrategia de acoso y derribo hay más de indicios de instrumentalización del electorado a partir de dos iniciativas parlamentarias en las que Alternativa para Alemania (AfD) sumó sus votos a la CDU.
Para el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller, Olaf Scholz, tercero en los sondeos, y para el candidato a la Cancillería de los Verdes y aún ministro de Economía, Robert Habeck, en cuarto lugar, la culpa de que la AfD votara con la CDU no fue de la propia AfD sino de Merz, como si éste marcara la agenda de esta formación libertaria o hubiera hecho un pacto ellos.
«¿Pero no se dan cuenta de que la CDU es el primer enemigo de la AfD, que somos el partido a envenenar? No ha habido ni habrá colaboración con la AfD», ha repetido por activa y por pasiva el candidato Merz ante las acusaciones recibidas. Primero, en el Bundestag, se le reprochó con enorme acritud haber roto un tabú, de cortar el cordón sanitario a la AfD establecido por los partidos democráticos y de abandonar el centro político, un lenguaje propio del hemiciclo que cristalizó de forma bien distinta en las calles.
Unos 700 agentes de policía tuvieron que velar por la celebración sin incidentes del congreso extraordinario que este lunes celebró en Berlín la CDU. Hasta 13 manifestaciones se habían anunciado en distintos barrios de la ciudad y en los alrededores del centro de congresos contra un partido de larga trayectoria democrática, pero que los rivales políticos intentan empañar en una forma de populismo poco visto en Alemania. » e temo unos planes de Gobierno de Merz con la AfD», declaró Habeck al diario económico Handeslblatt.
Las insinuaciones de los Verdes, secundadas por el SPD y viceversa colocan deliberadamente a la CDU y a la AfD al mismo nivel, de ahí que las manifestaciones contra la ultraderecha que recorren desde hace unos días las ciudades alemanas terminen o arranquen en las sedes de la CDU.
Las marchas del pasado fin de semana en la capital reunieron hasta 160.000 personas, entre ellas Habeck y los copresidentes de su partido. Por parte del SPD, acudieron, entre otros, el secretario general y sus dos copresidentes. En ninguna otra manifestación contra la ultraderecha, así, en genérico, ha habido tan alta representación. Curiosamente también, el programa político de entrevistas que se emite los domingos por la noche en la primera cadena de la televisión pública, en prime time, no invitó a Merz, protagonista de la semana y supuesto causante del terremoto político causado por el supuesto acercamiento a la AfD, sino a la líder de esta formación, Alice Weidel.
Las consignas exhibidas en las manifestaciones contra la extrema derecha habidas hasta ahora son prácticamente las mismas. «¡Qué vergüenza, CDU! Merz, fascista». «No pasarán, nosotros somos el cordón sanitario», «Prohibido girar a la derecha». Muchos de los eslóganes son una mezcla de crítica mordaz y burla. «Fritz, escucha a Mutti», se leía en una pancarta en Friedrich Merz y a la ex canciller Angela Merkel. «Mejor sin Merz que sin corazón», «No a Merz en febrero», «CDU, devuélvenos la C» (de cristiana) y «¡Quédate entre nosotros, CDU!». Pero también hubo un sombrío: «Quedan cinto minutos para 1933».
Este lunes no faltó hasta un avión de hélice sobrevolando el lugar donde se celebraba el congreso con una pancarta que decía «CDU, anticristiana». El Grupo de Trabajo Federal Ecuménico sobre Asilo en la Iglesia envió un mensaje a la conferencia federal del partido CDU con la advertencia en el cielo, anunció la organización. En la fachada del edificio frente al salon de congresos, el SPD proyectó un mensaje de luz: «Mitte-statt-Merz.de» («Centro en vez de Merz»). El lugar fue acordonado. El tráfico se paralizó en las calles circundantes.
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