Trump anuncia un acuerdo comercial con el Reino Unido, aunque aún faltan meses para cerrar los detalles y se mantienen los aranceles del 10 %

Washington celebra que «ha sido posible porque volamos por los aires todo el sistema», mientras que Londres lo considera un «inicio», pero no el final, y se resiste a aceptar una relajación de los estándares fitosanitarios Leer Washington celebra que «ha sido posible porque volamos por los aires todo el sistema», mientras que Londres lo considera un «inicio», pero no el final, y se resiste a aceptar una relajación de los estándares fitosanitarios Leer  

Un mes y una semana después del llamado «Día de la liberación«, en el que Donald Trump declaró una guerra arancelaria total contra el resto del planeta, Estados Unidos ha anunciado este jueves, con gran despliegue, su primer acuerdo comercial, nada menos que con el Reino Unido y el mismo día que se conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Lo ha hecho el presidente desde el Despacho Oval, rodeado de la plana mayor de su Gobierno, ante las cámaras y con el primer ministro británico, Keir Starmer, conectado por teléfono, señalando que supondrá ventajas por miles de millones de dólares gracias a un mayor acceso al mercado para las exportaciones estadounidenses, incluida la carne de ternera, el etanol y otros productos agrícolas.

Londres, sin embargo, se muestra más cauto, porque todo está en el aire, concluirlo llevará muchas semanas y podría incluso descarrilar. Y porque la relación preferente de la que presume su primer ministro citando a Churchill, ese vínculo histórico no ha servido para que la Casa Blanca levante el arancel del 10 % a todos los productos británicos que quieran venderse en Estados Unidos. Un mensaje claro para el resto del mundo, a pesar de que Londres todavía aspira a poder cambiarlo.

El Gobierno británico, que negocia al mismo tiempo un acuerdo con la Unión Europea que mejore las condiciones posteriores al Brexit, insiste eso sí en que no cambiará sus estándares fitosanitarios, así que la carne tratada con hormonas seguirá sin poder exportarse, por ejemplo. Tampoco se han dado detalles hoy sobre las tasas digitales y la tributación de los servicios de las grandes tecnológicas.

«Este acuerdo se ha materializado porque el primer ministro Starmer hizo un trabajo fantástico. Sus representantes son profesionales absolutos y lo han hecho muy bien. Pero creo que una de las razones es que reventamos todo el sistema, lo hicimos volar por los aires porque era muy injusto con Estados Unidos», ha presumido Trump ante los periodistas, sin aclarar cómo van las conversaciones con la Unión Europea, que hoy mismo ha explicado los particulares de la respuesta que prepara al proteccionismo norteamericano. «Es fantástica», se ha limitado a decir sobre Ursula von der Leyen. «Todos quieren acuerdos con nosotros».

Trump y su equipo habían prometido 90 acuerdos comerciales en 90 días. El propio líder republicano había afirmado que ya había 200 acuerdos casi firmados. Ninguna de las dos cosas se acerca a la realidad. El entendimiento con Londres, de hecho, ni siquiera está sellado. Pero Trump, apremiado por el mal desempeño de la economía y la tensión en los mercados, ha forzado el anuncio, admitiendo que llevará semanas, si no meses, terminar de pulirlo y poder firmarlo. De hecho, mientras Trump hablaba de términos históricos y el primer ministro se deshacía en elogios al presidente, el embajador británico en EEUU., el veterano Peter Mandelson, ha recalcado que esto es por ahora «un punto de partida», no el final. En declaraciones previas a los periodistas, Mandelson dijo que el acuerdo «nos proporciona la plataforma, el trampolín hacia lo que creo que será aún más valioso para ambos países a largo plazo».

«Reino Unido reducirá o eliminará numerosas barreras no arancelarias que discriminaban injustamente a los productos estadounidenses, un gran acuerdo que también será muy beneficioso para el Reino Unido. Están abriendo su economía, que era relativamente cerrada, y lo agradecemos. También agilizarán el proceso aduanero de los productos estadounidenses. Así, nuestras exportaciones se aprobarán con gran rapidez, sin burocracia. Los detalles finales se redactarán en las próximas semanas, pero tendremos un acuerdo muy concluyente. Creemos que prácticamente todo ha sido aprobado», ha asegurado Trump.

Entre los detalles pendientes, el principal es qué ocurrirá con los aranceles, una penalización severa que no se elimina. Trump impuso restricciones astronómicas a todos sus socios, pero tras ver el colapso en los mercados optó por dar marcha atrás y reducirlos al 10 %, al menos durante 90 días, mientras negocia. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha indicado únicamente que una de las concesiones de Washington es reducir el arancel del 25 % a las importaciones de automóviles hasta el 10 %. «Hemos aceptado que podrían enviar 100.000 coches a Estados Unidos y pagar solo un arancel del 10 %, para proteger su industria automotriz», ha aclarado Lutnick, mencionando que también quedarán exentos de aranceles los motores Rolls-Royce y las piezas de avión, mientras que el Reino Unido comprará aviones Boeing por valor de 10.000 millones de dólares.

«Vamos a tener acceso al mercado para productos químicos, maquinaria y muchos otros productos industriales estadounidenses que antes no se permitían. Además, en un paso histórico, el acuerdo incluye planes que alinearán al Reino Unido con Estados Unidos en materia de seguridad económica. Es el primero de este tipo y es muy importante, porque el Reino Unido ha sido un gran aliado, mucha gente dice que es nuestro mejor aliado», ha añadido el presidente.

«Este es un acuerdo realmente importante. Impulsará el comercio entre nuestros países y no solo protegerá el empleo, sino que también lo creará, facilitando la entrada al mercado. Y, como dices, Donald, el momento es inmejorable, porque no solo fue hace 80 años cuando Europa obtuvo la victoria tras la Segunda Guerra Mundial, sino que, por supuesto, ese día, el Reino Unido y Estados Unidos permanecieron unidos como aliados más cercanos», ha afirmado Starmer por teléfono.

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