El presidente de los EEUU escribe en su red social con mayúsculas que la noche era clara y que «no es bueno» que no se hubiera evitado Leer El presidente de los EEUU escribe en su red social con mayúsculas que la noche era clara y que «no es bueno» que no se hubiera evitado Leer
El presidente Donald Trump, ante la primera tragedia de su nuevo mandato, ocurrida además a muy pocos kilómetros de la Casa Blanca, ha arremetido en la misma madrugada contra la tripulación del helicóptero y contra la torre de control, afirmando que el accidente que le ha costado la vida a 67 personas «era evitable».
En un primer comunicado oficial, Trump explicó que había sido «informado detalladamente sobre el terrible accidente que acaba de ocurrir en el Aeropuerto Nacional Reagan. Que Dios bendiga sus almas. Gracias por el increíble trabajo que están haciendo nuestros equipos de emergencias. Estoy siguiendo de cerca la situación y brindaré más detalles a medida que surjan».
Pero poco después, y ya desde su cuenta personal de Truth Social, ha añadido otras ideas. «El avión se encontraba en una línea de aproximación al aeropuerto perfecta y rutinaria. El helicóptero se ha dirigido directamente hacia el avión durante un período prolongado de tiempo. Era una NOCHE CLARA, las luces del avión estaban encendidas, ¿por qué el helicóptero no subió ni bajó, ni giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión? Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡NO ES BUENO!!!», ha lanzado a sus seguidores.
La toma de posición marca inevitablemente el tono de la administración. El nuevo secretario de Transporte, sean Duffy, que juró el cargo la mañana del accidente, ha explicado que según todos los datos no hubo nada raro ni en la aproximación del avión de la aerolínea American Airlines, con 60 pasajeros y 4 miembros de la tripulación, ni en la ruta de vuelo del helicóptero militar, un Black Hawk, con tres soldados a bordo. Tampoco parece que hubiera problemas de comunicación o interrupción de las conversaciones con la torre, según Duffy. Pero ha dicho que coincidía con el presidente en el diagnóstico: «podría haberse evitado». Debería haberse evitado.
Las comunicaciones por radio entre la torre de control del tráfico aéreo y el Black Hawk indican que la tripulación del helicóptero sabía que el avión estaba cerca. Las grabaciones del control aéreo parecen captar el último intento de comunicación con el helicóptero, de indicativo PAT25, antes de que colisionara con el avión, descrito como CRJ: «PAT25, ¿tienes un CRJ a la vista? PAT25, pase por detrás del CRJ», dice un controlador aéreo a las 20:47 (0147 GMT), según una grabación de liveatc.net. Segundos después, otra aeronave llama al control aéreo diciendo: «Torre, ¿ha visto eso?», aparentemente refiriéndose al accidente. Un controlador aéreo redirige entonces a los aviones que se dirigían a la pista 33 para que den la vuelta.
El vídeo del accidente, captado por una cámara web del cercano Kennedy Center, mostraba el momento del impacto entre el avión y el helicóptero, con una enorme explosión que iluminaba el cielo nocturno. Justo después de la colisión, se oyó a un controlador aéreo decir por radio: «Acabo de ver una bola de fuego y luego ha desaparecido. No he visto nada desde que chocaron contra el río»
Hace apenas una semana, Trump presumió de despidos y de haber puesto «fin a la locura por la diversidad y haber restaurado la excelencia y la seguridad en la Administración Federal de Aviación», afirmando que «casi increíblemente, como iniciativa de diversidad, equidad e inclusión (DEI), la FAA de Biden reclutó y contrató específicamente a personas con discapacidades intelectuales «severas», problemas psiquiátricos y parálisis total por sobre otras personas que buscaban trabajar para la FAA».
«El presidente Donald J. Trump ha firmado un memorando presidencial que pone fin a una política de contratación de la Administración Federal de Aviación (FAA) de la administración Biden que priorizaba la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) por sobre la seguridad y la eficiencia», señalaba el comunicado de la Casa Blanca. «Este memorando presidencial ordena al Secretario de Transporte y al Administrador de la FAA que detengan de inmediato los programas de contratación DEI de Biden y regresen a la contratación no discriminatoria y basada en el mérito. También requiere que el Administrador de la FAA revise el desempeño pasado y los estándares de desempeño de todos los empleados de la FAA en puestos críticos de seguridad y deje en claro que cualquier individuo que no demuestre la capacidad adecuada será reemplazado por alguien que garantizará la seguridad y la eficiencia de los vuelos de los estadounidenses».
El 21 de enero, a las pocas horas de volver a la Casa Blanca, Trump despidió a los jefes de la Administración de Seguridad del Transporte y de la Guardia Costera antes de que terminaran sus mandatos y echó a todos los miembros de un grupo asesor clave de seguridad de la aviación. Los miembros del Comité Asesor de Seguridad de la Aviación recibieron un memorando el martes diciendo que el departamento prescindía de los miembros de todos los comités asesores como parte de un «compromiso de eliminar el mal uso de los recursos y asegurar que las actividades del DHS prioricen nuestra seguridad nacional», informa AP.
El comité de seguridad de la aviación fue creado por orden del Congreso después del atentado contra el vuelo de PanAm 103 de 1988 sobre Lockerbie, Escocia. Técnicamente seguirá existiendo, pero no tendrá ningún miembro para llevar a cabo el trabajo de examinar los problemas de seguridad en las aerolíneas y los aeropuertos. Antes del martes, el grupo incluía a representantes de todos los grupos clave de la industria, incluidas las aerolíneas y los principales sindicatos, así como a miembros de un grupo asociado con las víctimas del atentado del vuelo 103 de PanAm. La gran mayoría de las recomendaciones del grupo se adoptaron a lo largo de los años.
El espacio aéreo a lo largo del río Potomac es uno de los más tensos y congestionados del país para los pilotos comerciales, que deben seguir numerosos procedimientos y dependen especialmente de la tecnología para evitar una catástrofe. Los helicópteros militares y de la Guardia Costera vuelan constantemente a baja altura sobre el río. Son, de hecho, imagen habitual. El Pentágono está junto al aeropuerto Ronald Reagan, hay bases y aeródromos en las proximidades. Y es habitual que los presidentes se desplacen en helicópteros desde la Casa Blanca a los aeropuertos y otros destinos.
Ese exceso de tráfico, en los cielos y en las pistas de rodaje alrededor del aeropuerto, ha generado preocupaciones desde hace tiempo. El Ronald Reagan, el más pequeño de los tres aeropuertos que usa la capital, fue construido para dar servicio a unos 15 millones de pasajeros al año, pero ahora maneja más de 25 millones.
Además, los helicópteros tienen sus rutas a lo largo del río, siempre a baja altitud, justo a una en la que algunos de los servicios de alerta de los aviones para evitar posibles coaliciones ya no funcionan para evitar distraer o confundir a los pilotos con exceso de información. Los investigadores deberán determinar si los pilotos recibieron alguna advertencia del sistema, si el avión militar fue detectado o si estaba emitiendo alertas a tan baja altitud con muchas otras aeronaves alrededor.
Según cifras recopiladas por The Washington Post, la región alberga tres aeropuertos importantes, 11 aeropuertos regionales y 55 helipuertos, sin incluir los operados por el ejército. Según un informe de 2021 al Congreso, 50 entidades operaron aproximadamente 88.000 vuelos de helicópteros entre 2017 y 2019. La mayoría estaban vinculados al ejército, pero otros incluían vuelos de operaciones médicas, fuerzas del orden estatales y locales y agencias federales.
Internacional // elmundo