El 68% de los que han desaparecidos eran de empresarios sin empleados Leer El 68% de los que han desaparecidos eran de empresarios sin empleados Leer
El pequeño comercio sigue siendo el sector empresarial que atraviesa más dificultades en España. En los últimos diez años, el país ha pasado de tener 767.317 compañías dedicadas a esta actividad a tener 625.293, lo que supone una reducción de 142.024 locales en términos netos -teniendo en cuenta tanto las aperturas como los cierres-, según la estadística de Demografía Armonizada de Empresas publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De hecho, uno de cada cinco cierres de empresas que se producen en el país se enmarcan en esta actividad, que tiene una «tasa de muerte» del 8,4%, superior a la media del 7,8% para el conjunto del tejido productivo, según los datos de 2023, últimos disponibles.
Dado que es superior el número de comercios que cierran que el de los que abren, este sector de actividad va perdiendo peso en el conjunto del país y es el que registra el peor saldo, del -0,8%.
La mayoría de cierres han sido de empresarios autónomos que tenían su propio comercio pero sin empleados (el 68%), lo que denota las dificultades que tienen los emprendedores; mientras que un 31% tenía de uno a cuatro asalariados a su cargo, un 1% tenía de 5 a 9 trabajadores y sólo el 0,26% tenía una plantilla de diez personas en adelante.
En la última década el país ha perdido un 18,5% del total de stock de comercios -el equivalente a 39 cierres diarios– y las comunidades que han experimentado la mayor sangría son Aragón (con el cierre del 24,6% de sus comercios), Galicia (-24,4%), Castilla y León (-24,3%) y el País Vasco (-23,8%). Ninguna región se libra de la caída en el número de comercios, si bien las más moderadas se producen en la ciudad autónoma de Melilla (-7%), en Andalucía (-11,8%), en la Región de Murcia (-13%) y en Extremadura (-15,7%).
En número de tiendas, no obstante, Cataluña es la que más ha perdido (-24.225) junto con Madrid (-19.749) y Andalucía (-16.138).
Cuando se analizan los motivos que están poniendo contra las cuerdas al pequeño comercio, los propietarios de tiendas siempre mencionan la competencia de plataformas de venta online que tienen mayor capacidad de negociación con los proveedores, lo que les permite ofrecer precios más competitivos; un entorno inflacionario de costes crecientes -electricidad, alquileres, materias primas, etc.-, el aumento de costes salariales para quienes tienen empleados a su cargo -ya sea vía Salario Mínimo, muy presente en esta actividad, o vía cotizaciones sociales-, las dificultades para acceder a financiación bancaria, y un cambio de hábitos por parte de los consumidores, que priorizan la comodidad de comprar por internet y muchas veces a proveedores internacionales más baratos.
Últimamente, a estas causas históricas se suman nuevos problemas como la proliferación de pisos turísticos. «La turistificación y la especulación inmobiliaria vinculada al alquiler de corta estancia están dejando sin espacio a quienes sostienen el tejido económico real, los trabajadores por cuenta propia», lamentaba recientemente la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), que alertaba «de que el aumento descontrolado de viviendas turísticas y locales reconvertidos en alojamientos temporales no solo eleva de forma desproporcionada los precios del alquiler comercial, sino que rompe la lógica del comercio de proximidad, transforma las dinámicas vecinales y expulsa a las actividades económicas esenciales de los barrios».
«Si un autónomo no puede alquilar un local en su barrio, si un comercio cierra porque su alquiler se ha triplicado, eso es expulsión», denunció su secretaria general, María José Landaburu.
Lorenzo Amor, presidente de ATA, la asociación mayoritaria de los trabajadores autónomos, alertó hace unos días de que los trabajadores por cuenta propia del comercio «están en caída libre», lo que supone un riesgo de que se pierda «la cohesión social que generan los comercios de nuestros pueblos y ciudades».
Sin desagregar por sector, España cuenta hoy con 85.527 empresas más que hace una década y un 1,3% más que hace un año, a pesar de que la ratio de superviviencia de las compañías no es muy elevado: en 2023, tan sólo el 41,9% de las empresas nacidas en 2018 seguían activas.
«El primer año de vida es cuando se producen los mayores descensos de unidades empresariales, con tasas de supervivencia del 78,5% o inferiores. Cabe destacar que los efectivos de las poblaciones de empresas nacidas en 2018 y 2019 han quedado reducidos a menos de la mitad tras cuatro años», explica el INE.
Actualidad Económica // elmundo
