Viajes a crédito o vacaciones con hucha: ¿Cómo evitar que tu verano se convierta en deuda?

Los expertos recomiendan armar un presupuesto de viaje con antelación, separar el dinero de la cuenta principal y considerar descuentos para financiar el descanso Leer Los expertos recomiendan armar un presupuesto de viaje con antelación, separar el dinero de la cuenta principal y considerar descuentos para financiar el descanso Leer  

Reserva ahora, paga después. El modelo se repite cada verano. Miles de españoles financian sus vacaciones con tarjetas de crédito o préstamos personales. La mayoría son seducidos por las ofertas y la urgencia de «huir». Pero lo que parece una escapada soñada puede terminar en una vuelta al trabajo con más preocupaciones que descanso.

«Para eso trabajo» o «ya que estoy aquí». Son frases que han metido a muchas familias en el hueco de una «deuda mala» —la que está relacionada plenamente al consumo— durante sus vacaciones, especialmente en verano y que se arrastran hasta la Navidad, otra época que puede complicar la economía familiar. Y es que esta es una cuestión social. «Tenemos una falsa creencia de que necesitamos las vacaciones para poder escapar del día a día», explica Elizabeth Wakefield, asesora financiera. Y durante los viajes, solo se suele pensar en disfrutar sin un límite.

La falta de educación financiera convierte las vacaciones en una trampa silenciosa porque las decisiones se suelen tomar sin tener en cuenta cómo podría afectar en el futuro. La demanda de préstamos aumentó en el primer trimestre de 2025, según el Banco de España. De hecho, el crecimiento del crédito a familias para consumo y otros fines fue mayor. Y ahora, con la digitalización, a nivel de consumo «nos lo ponen todo tan inmediato que es muy fácil caer en préstamos, deudas y tarjetas», menciona la asesora financiera.

En este sentido, incluso los bancos pueden interferir en estas decisiones al ofrecer préstamos a condiciones «inmejorables», justo para financiar las vacaciones. Pero en ciertos casos no tienen la rentabilidad esperada ni se ajustan a la capacidad real de pago de la familia.

Para la experta, el tomar la decisión de coger un préstamo siempre debe ser con el objetivo de que aumente los ingresos, lo que se llama una «deuda buena». Para tomar este tipo de productos se deben tomar en cuenta varios aspectos, como la solvencia económica, el motivo y el patrimonio personal. El Banco de España recomienda que no se debe dedicar más del 35% de sus ingresos netos mensuales al pago de deudas financieras.

Uno de los errores más comunes al financiar las vacaciones con este tipo de productos es que están pensados para pagos grandes, como el transporte y el alojamiento. Sin embargo, el gasto no termina en el viaje. Los famosos «gastos hormiga» son ignorados hasta que la suma de todos supera el presupuesto inicial. Esos pueden ser pases a monumentos, pequeñas comidas o recuerdos del lugar.

La planificación es la clave para evitar las deudas cuando el verano termina. Según Wakefield, este debe ser un hábito financiero: «Lo ideal es tener un presupuesto base en el que yo pueda planificar y prever cuáles son mis gastos en todo el año». Con esto, cualquier préstamo o decisión financiera puede estar pensanda como una inversión con una alta rentabilidad.

Hablando de las vacaciones, quienes ahorran con antelación no solo viajan con más tranquilidad, también gastan menos, por lo que los expertos recomiendan empezar con un presupuesto de viaje. Con los gastos más importantes claros, también se debe tomar en cuenta un porcentaje para los gastos hormiga o un dinero de emergencias.

Este es el caso de Luisa Gallego, madre y psicóloga. Ella planifica las vacaciones durante todo el año, en función de los ingresos que tenga, las actividades laborales y las prácticas de fútbol de su hijo: «Ponemos una cantidad de dinero al mes y lo consideramos como un gasto fijo».

El siguiente paso es separar el dinero. «Si estimo que me voy a gastar 2.000 euros, tengo que apartar algo cada mes. Esto se llama periodificar un dinero, de tal manera que cuando llegue el momento ya lo tenga ahorrado», detalla la experta. Para esto, se puede hacer uso de una cuenta de ahorros separada de la cuenta corriente principal para no mezclar conceptos.

Cuando se planea con antelación, uno de los mejores aliados pueden ser los descuentos. Generalmente, puede ser un alivio para el transporte, el alojamiento y las actividades turísticas dentro de la ciudad de destino. Y así, se pueden considerar varias opciones que repercuten en el presupuesto de viaje final.

Este es uno de los métodos que utiliza Luisa al hacer el presupuesto de sus vacaciones: «Suelo mirar bastante un comparador de precios de vuelos, alojamiento y planificarme lo que vamos a gastar en comidas, en actividades y no salirme de ahí para que no genere deudas».

De esta manera, no es necesario hipotecar la tranquilidad financiera de los meses siguientes. Y al final, todo se resume en la educación financiera. Un tema que aún está abierto en España.

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