La izquierda elige a Jara para enfrentarse a Kast en las elecciones presidenciales de noviembre donde la polarización será la protagonista Leer La izquierda elige a Jara para enfrentarse a Kast en las elecciones presidenciales de noviembre donde la polarización será la protagonista Leer
El Chile de los extremos goza de buena salud: seis años después del estallido social de octubre de 2019, la quinta economía de América Latina se sumerge en una campaña presidencial en la que la derecha dura y el Partido Comunista parten como favoritos de cara a las elecciones del 16 de noviembre.
Jeannette Jara, ex ministra de Trabajo de Gabriel Boric, arrasó el pasado domingo en las primarias de la coalición que llevó al Gobierno a Gabriel Boric. Si cuatro años atrás, el hoy presidente había superado al candidato comunista en ese proceso, esta vez el triunfo ha sido para el PC, con un 60% de Jara contra el 28% de Carolina Tohá, ex ministra del Interior de Boric, y un escuálido 9% deGonzalo Winter, el candidato del Frente Amplio, la agrupación del jefe de Estado.
«No quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos externos, por eso mantendré una política internacional basada en la independencia y el multilateralismo», dijo la candidata presidencial de la izquierda en un discurso de 21 minutos en el que buscó mostrarse pragmática y razonable, lejos de las posiciones maximalistas de su partido.
«Saludo y abrazo a Jeannette Jara por el tremendo respaldo obtenido. Pasa de inmediato a encabezar las fuerzas del progresismo hacia el futuro, que con claridad la ha elegido como líder», dijo Boric en su primera reacción.
Y aunque Jara es, en efecto, más pragmática y moderada en las formas que Daniel Jadue, el candidato comunista al que Boric derrotó hace cuatro años, el hecho de que el partido más extremo domine la coalición de izquierdas es una muy buena noticia para el candidato de la derecha dura, José Antonio Kast, que encabeza las encuestas.
Según la última encuesta de la organización Cadem, conocida el domingo, Kast es preferido por un 24% de los chilenos, en tanto que Jara es segunda, con un 16%. Evelyn Matthei, la candidata del centro derecha moderado, cayó al 10%.
¿Cuán comunista es el Partido Comunista chileno? «Es muy doctrinario. Apoya a Cuba, Nicaragua, Venezuela y hasta a Corea del Norte«, explica a EL MUNDO Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo.
¿Y cuán comunista es Jara, que votó este domingo en el Liceo Poeta Federico García Lorca? «Lo es desde los 14 años, pero desde que es candidata entendió que debía distanciarse de su partido. Por eso ha deslizado la posibilidad de renunciar al Partido Comunista», añade Müller.
Es difícil que suceda esto durante la campaña, que Jara inició en abril simbólicamente junto a la estatua de Salvador Allende, el presidente derrocado en 1973 en un cruento golpe liderado por Augusto Pinochet.
Si Boric lideró a partir de 2022 el gobierno más a la izquierda desde aquel de Allende, una presidencia de Jara sería un hito, porque en aquellos turbulentos años 70, el PC era un miembro muy influyente de la coalición, pero el presidente era del Partido Socialista.
«Habrá una lógica polarización que podría beneficiar a Kast», explica a EL MUNDO Claudio Elortegui, especialista en Comunicación Política, que cree que el resultado ha sido el mejor posible para el líder de la derecha dura, derrotado por Boric en la segunda vuelta de 2021. En ese afán de conquistar por fin el Palacio de La Moneda, Kast puede contar con las ayudas involuntarias de Matthei y de Johannes Maximilan Kaiser Barents von Hohenhagen, el candidato libertario que se presenta como el Milei chileno.
«Matthei y Kaiser endurecerán sus posiciones en contra de Jara y serán funcionales al posicionamiento de Kast», pronostica Elortegui.
La candidata de la izquierda es una política bregada y con capacidad para tender puentes con aquellos que piensan diferente. Su principal problema será el mismo que tuvo Boric, pero potenciado: si el actual presidente lidió en su gobierno con la incomprensión y las críticas del ala dura del PC cada vez que definió a Venezuela y Cuba como «dictaduras», Jara sufre lo mismo ya desde antes de ganar las primarias.
Con un matiz: la candidata de la izquierda ha sido mucho menos categórica que Boric. Se atrevió a definir a Nicolás Maduro como líder de «un régimen autoritario», pero al referirse a Cuba dijo que la isla se rige por «un sistema democrático distinto». Semanas después admitió «vulneraciones a los derechos humanos» por parte del régimen de La Habana. Mucho menos que Boric, pero demasiado para los líderes del PC. Según Lautaro Carmona, presidente del PC, la falta de democracia en Cuba es responsabilidad de Estados Unidos. Y más aún: «No hay en Cuba gente que está presa porque piensa distinto, sino porque actúa fuera de la ley».
Otro fantasma amenaza a Jara y beneficia a Kast, el de la nueva Constitución. El estallido social de 2019 fue saldado por el entonces presidente, Sebastián Piñera, con un acuerdo transversal para sancionar una nueva Carta Magna que terminara con la de Pinochet, reformada en varias ocasiones en democracia.
Pero ese proceso fue un fiasco y el gran lastre del gobierno de Boric. Los chilenos rechazaron una primera propuesta por ser excesivamente de izquierdas, y luego otra por haberse escorado demasiado a la derecha. Para espanto de Jara, Carmona, pidió que si la izquierda se mantiene en la presidencia vuelva a impulsar un proceso constituyente. «Hay otras urgencias y prioridades ciudadanas, lo tengo clarísimo», respondió la ya candidata.
¿Es inevitable que la presidencia se defina entre Jara y Kast, probablemente en una segunda vuelta el 14 de diciembre? Müller cree que no necesariamente. Hay un dato: las primarias convocaron a apenas un 10% de los habilitados para votar. Y hay otro: «Polarizar la elección entre Kast y Jara puede funcionar en el corto plazo en las encuestas, pero la mayoría de los electores han tendido a votar por alternativas más moderadas y no por extremos. Eso le abre la oportunidad a Matthei o a otros candidatos».
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